La pequeña república entre Francia y Suiza que (casi) nadie conoce

La República de Saugeais, en un valle francés, empezó como una broma pero sus habitantes se lo tomaron en serio, donde cuentan con aduana y moneda propia

Al este de Francia y sobre la frontera con Suiza, entre las escarpadas montañas del macizo de Jura, hay un micro-estado de 128 km2 que casi nadie en el país había oído hablar. Es la República de Le Saugeais, una micronación que se creó como una broma pero que se convirtió en un asunto de gran importancia para sus habitantes.

Le Saugeais es una comarca que comprende a una docena de pueblos rurales del departamento de Doubs, que en conjunto no llegan a los 4.500 habitantes.

Identidad forjada en el aislamiento

Zona de impactante belleza, su relativo aislamiento entre los Alpes le ha otorgado una identidad regional muy potente, donde también se desarrolló un dialecto que combina el francés con toques de alemán y el franco-provenzal, idioma románico de la frontera con Suiza.

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La zona cuenta con pobladores permanentes desde el siglo XII, gracias a la llegada de monjes que construyeron ermitas como la de Montbenoît, que atrajeron a agricultores de los valles de Saboya y Grisones.

La presidenta Georgette Bertin-Pourchet con los dos funcionarios de aduanas. Foto: Turismo de Jura

La presidenta Georgette Bertin-Pourchet con los dos funcionarios de aduanas. Foto: Turismo de Jura

El origen

Como sucede con otros estados minúsculos repartidos por la geografía de Europa, la creación de la República de Saugeais comenzó como una anécdota que se le dio demasiada importancia.

El origen de la República de Saugeais se remonta a una broma entre el prefecto y el dueño de un restaurante, que se tomó el chiste como un objetivo en su vida y desde 1947 impulsó la promoción del estado

La génesis se rastrea en 1947 en la comida que el prefecto de Doubs tuvo en el restaurante Abadía de Montbenoît, donde su propietario Georges Pourchet le reclamó la visa para circulaba en la República de Saugeais, mientras improvisaba una historia sobre la creación del pequeño estado.

El funcionario le siguió el juego y dijo que le nombraba presidente de la supuesta república. Podría haber quedado en un chiste de sobremesa, pero Pourchet se entusiasmó con la idea y dedicó 20 años más de su vida a difundir las bondades del nuevo país.

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La abadía de Montbenoît es el principal monumento histórico. Foto: France Voyage

La dinastía de Saugeais

Cuando falleció en 1968 su esposa Gabrielle siguió con el legado. Al ser electa con aplausos como presidenta, se dedicó a dar una estructura más formal al gobierno, con el nombramiento de un primer ministro, un secretario general, un consejo de 12 embajadores y la mención de personalidades ilustres que ayuden a promover la causa. Actualmente hay 450 miembros distinguidos como ciudadanos honorarios.

Tras la muerte de Gabrielle, un consejo de representantes de los pueblos eligió, como si fuera una dinastía real, a la hija del matrimonio Georgette Bertin-Pourchet para que continúe como jefa del micro-estado.

La República de Saugeais otorga un pase al llegar al pueblo de Montbenoît, y allí se pueden comprar recuerdos con la moneda local

A pesar de las resistencias iniciales, la heredera sintió que no podía traicionar el legado político y familiar y asumió el mando, que lo continúa ejerciendo a los 85 años.

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Cartel de bienvenida. Foto: Facebook República de Saugeais

Símbolos propios

La pequeña república cuenta con una bandera, un escudo y un himno que es una canción humorística escrita en el dialecto local, que en uno de sus párrafos dice “Ser saugeainés significa que sientes que eres algo más que ser francés”.

También tiene un sello postal emitido en 1987 que fue aceptado por el sistema postal francés y una moneda, el sol saugeinés, que solo es aceptado en los comercios de la comarca.

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Oficialmente el estado francés nunca reconoció oficialmente a la república, pero el expresidente Nicolas Sarkozy invitó tres veces a la señora Pourchet a actos conmemorativos en el Elíseo.

Dos kilómetros antes de llegar al pueblo de Montbenoît, la capital, una garita que oficia de aduana retiene el paso y allí alguno de los dos funcionarios entregan el visado para transitar libremente por la comarca. O si no hay nadie, ya los encontrarán en alguna de las localidades.

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Acto oficial del microestado. Foto: Facebook República de Saugeais

Atractivos para conocer

Le Saugeais es famoso por la producción de embutidos ahumados, producidos con carne de cerdo alimentados con un derivado lácteo con que se produce el queso Comté, y mezclado con un añadido de hierbas y especias de receta secreta.

Además su geografía acoge una vez al año el Saugeathlon, un evento deportivo que congrega a 1.000 atletas que deben realizar un descenso de siete kilómetros por el río Doubs, correr un escarpado circuito de nueve kilómetros en el valle, y transitar en bicicleta de montaña un trayecto de 24 km los hombres y 12 km las mujeres.

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Los famosos embutidos de Saugeais. Foto: Turismo de Jura

La república tiene a un pequeño museo que explica su curiosa historia, y la abadía de Montbenoît, que fue restaurada gracias a la segunda presidenta, es el monumento más importante del estado.

El gran debate entre los ciudadanos es cuál será el futuro de su micro-país. No por falta de amor patriótico, sino porque su jefa de Estado no tiene hijos, y ya es hora del relevo. “Estoy cansada, y quisiera que alguien tome mi lugar”, dice la señora Pourchet a la BBC.

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