La revolución de la arquitectura en China está más viva que nunca

China presume de diseñar los edificios más audaces de los últimos años. Y sus formas futuristas se descubren bajo la lente del fotógrafo Kris Provoost

En 1959 China emprendió su controvertida revolución cultural. Medio siglo después, tras los Juegos Olímpicos de Pekín, emprendió una veloz carrera por crear los edificios más vanguardistas del mundo. Esta es la revolución de la arquitectura, que se puede descubrir en este libro del fotógrafo Kris Provoost.

“China embellecida: la revolución arquitectónica”, publicado por la editorial Lannoo, es un viaje por 16 ciudades del gigante asiático descubriendo 80 edificios emblemáticos, diseñados por grandes estudios como el de Zaha Hadid, Foster+Partners, Mad, Herzog & de Meuron u Ole Scheeren.

1 Foto Kris Provoost Ed. Lannoo

Sede de la cadena CCTV. Foto Kris Provoost Ed. Lannoo

La fiebre de China por las obras faraónicas

Provoost, además de apasionado por la fotografía, es arquitecto, y desde hace una década se instaló en Asia.

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Precisamente, el boom de diseños y construcciones que llegaron después de los JJOO le motivaron a profundizar la pasión de China por estar a la vanguardia y convocar a los creadores más talentosos del planeta.

Un dato para graficar esta fiebre urbanística: el año pasado en el país se construyeron cuatro de cada diez rascacielos que superaban los 200 metros de altura.

“China es un país que usa a la arquitectura para transformarse en si misma”, describe Provoost.

2 Foto Kris Provoost Ed. Lannoo

La lente de Provoost se enfoca en pequeños detalles de grandes edificios. Foto Kris Provoost Ed. Lannoo

Rascacielos y edificios de formas imposibles

“Viajar a través de China te lleva a comprender la gigantesca escala que usan en diseñar y expandir sus ciudades. Desde rascacielos con formas de arco, loops infinitos pasando por cortinas tubulares y palillos apilados, este libro ofrece una visión del inabarcable catálogo de la nueva arquitectura del país”, dice el autor.

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Lo interesante es que su visión de profesional le sirve para evitar las grandes tomas panorámicas de teatros, rascacielos y complejos deportivos. Lo que hace Provoost es capturar detalles de la fachada, de la torsión de una estructura, de balcones que se asoman al vacío, juego de colores y de luces que si no es por la explicación, no es fácil detectar dónde pertenecen.

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China construyó el 45% de los rascacielos del año pasado. Foto Kris Provoost Ed. Lannoo

Viaje por China de la mano de grandes edificios

El libro se estructura en cinco capítulos, entre los dedicados a Pekín, Shanghái, el delta del Río de las Perlas, el del río Yangtze y el dedicado a otras ciudades.

Entre ellos, se intercalan ensayos de arquitectos y académicos como Nikolaus Goetze o Li Shiqiao, que exploran las tendencias que imperan en el país y analizan la fiebre constructiva y de diseño de la nación asiática.

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Centro cultural de Chongqing Guotai. Foto Kris Provoost Ed. Lannoo

De su mano, podemos conocer las oficinas de la cadena de medios CCTV diseñada por OMA, el museo Exploratorium de Bernard Tschumi, el Centro Internacional de Arte y Cultura Meixihu de Zaha Hadid Architects, la Ópera de Harbin de Madeira, la Fundación Fosun de Foster+Partners con Heatherwick Studio, la torre SBF con su forma de Jenga de Hans Hollein y Christoph Monschein y el Gran Teatro de Chongqing.

En China, en varias ciudades ya están diciendo “bienvenido al siglo XXI”.

a.
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