Seis lugares que todo amante de la arquitectura debería ver en Milán

La mezcla de arte y modernidad han consolidado a Milán como una ciudad única en Europa. Conocida como la capital de la moda, la ciudad italiana rebosa glamour gracias a sus elegantes palacios, sus exclusivas tiendas y sus lujosos hoteles.

Con la Piazza del Duomo como centro neurálgico del centro de la ciudad, en el panorama arquitectónico de la ciudad se erigen dos monumentos: la Catedral del Duomo y el Castillo de Sforzesco.

Sin embargo, la capital económica de Italia guarda diversos tesoros para los amantes de la arquitectura moderna gracias al proyecto Porta Nuova, un plan arquitectónico de regeneración urbana que ha transformado el paisaje milanés. Estos son los más destacados:

Bosco Verticale

El Bosque Vertical es el hogar de más de 900 árboles y más de 2.000 plantas. Foto: Pixabay.

El edificio más famoso del proyecto Porta Nuova y hoy en día un signo distintivo de la ciudad. Estos dos edificios residenciales, conocidos como Bosque Verticale, son el hogar de más de 900 árboles y más de 2.000 plantas de diferentes tipos.

[Para leer más: Milán para foodies: direcciones imprescindibles para comerse la ciudad]

Estas dos torres, de 80 y 112 metros respectivamente, fueron galardonadas con el premio Best Tall Building Worldwide, el mejor edificio en altura de todo el mundo. Arriba de todo del edificio más alto se encuentra el Terraza Gallia Bar & Restaurant, un lugar ideal para que el visitante observe la grandeza de la ciudad.

UniCredit Tower

La aguja que corona el edificio se inspira en la estatua dorada de la Madonnina. Foto: Wikimedia.

Con 231 metros de altura, este rascacielos se convirtió en 2011 en el edificio más alto de Italia. Este hecho, junto a su diseño modernista, hizo que el UniCredit Tower redefiniera el cielo de Milán.

El arquitecto César Pelli se inspiró en la estatua dorada de la Madonnina, el punto más alto de la Catedral del Duomo, para diseñar la aguja que corona este rascacielos.

Torre Velasca

Torre Velasca es la infraestructura más reconocible de la arquitectura de posguerra milanesa. Foto: Wikimedia.

Un auténtico hito de la arquitectura diseñado a mediados de la década de los años 50. Este edificio, que recuerda a la forma de una seta por su diseño, se convirtió en la infraestructura más reconocible de la arquitectura de posguerra de Milán.

Convertido en emblema del skyline de la ciudad, la parte superior está destinada a viviendas, mientras que el resto del edificio alberga oficinas y estudios profesionales.

Fondazione Prada

La Fondazione Prada alberga obras de la colección permanente de Prada, así como exposiciones temporales. 

La Fondazione Prada es un elemento singular del urbanismo milanés por sus singulares formas geométricas, idea del arquitecto Rem Koolhaas. Aunque no destaque especialmente por su altura -60 metros-, el hecho de estar ubicado en un barrio residencial dota al edificio de unas vistas magníficas a la catedral.

[Para leer más: El hombre que convierte los rascacielos en bosques verticales]

Si bien antiguamente era una reconocida destilería de la ciudad, hoy en día alberga obras de la colección permanente de Prada, así como exposiciones temporales.

CityLife

CityLife estará coronado por tres rascacielos. Foto: Wikimedia.

El mayor proyecto arquitectónico de Milán, las Tres Torres, sigue aún en construcción. Citylife, el nuevo complejo residencial e industrial al sud del centro histórico de Milán, estará coronado por tres rascacielos.

Los estudios de tres arquitectos famosos se encuentran tras el proyecto: Daniel Libeskind, Zaha Hadid y Ara Isokai, que encaran por separado el diseño de cada torre.

Por el momento, a falta que Libeskind complete su edificio, los visitantes pueden disfrutar de la joya de la arquitectura helicoide la Torre Generali de Hadid y de la majestuosa Allianz Tower del arquitecto japonés.

Villa Necchi Campiglio

Villa Necchi está abierta al público, por deseo de las herederas. Foto: Wikimedia.

Villa Necchi Campiglio se ha convertido en todo un referente de la arquitectura residencial. Construida por el arquitecto italiano Piero Portaluppi para una familia burguesa en los años 30, la villa se esconde en medio de un bosque en el centro de Milán.

[Para leer más: Milán despliega su tesoro renacentista (y sin multitudes a la vista)]

Por deseo de las herederas Gigina Necchi Campiglio y Nedda Necchi, esta residencia está abierto al público, con el fin de que todo el mundo pudiera admirar esta joya del arte deco italiano.