Madrid: un museo donde nada es lo que parece

En Madrid hay un museo donde uno paga para ser engañado. Por supuesto que ya se sabe, aunque sea en teoría, lo que se va a encontrar, porque la idea del nuevo Museo de las Ilusiones es jugar con los sentidos y sumergirse en el vértigo de las ilusiones ópticas.

El concepto nació en Croacia hace cinco años y rápidamente se exportó como franquicia a otras ciudades del mundo, como Nueva York, Kuala Lumpur, Shanghái, Dubai, Toronto, Orlando y París, entre otras.

Aprender con el engaño

Una de las consignas del museo es aprender jugando. Y para ello desafía a los visitantes con pasar por 50 atracciones presentadas en diferentes estancias, donde las combinaciones de espejos, puzles y figuras geométricas generan ilusiones de ambigüedad, distorsión y dimensión.

En este museo las ilusiones ópticas, los espejos y los cambios de perspectiva engañan a los sentidos

O sea, no siempre hay que confiar lo que nuestros ojos ven. Pero para quedarnos tranquilos, en cada atracción hay una explicación científica sobre por qué unos círculos fijos parecen cobrar vida cuando se fija la mirada, o de qué manera las imágenes repetidas en un espejo son procesadas en el cerebro.

Un mundo diferente

Por supuesto que para que la ilusión sea completa hay que llevar el móvil y retratar el momento en que se engaña a los sentidos, como en la Silla de Beuchet o el Cuarto de Ames, en que la perspectiva juega con el espectador.

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En el Cuarto Antigravedad parece que uno flotara en el espacio, en el Túnel del Vórtice se escuchan los gritos de los que creen que están girando en un cilindro (aunque sus pies ni se mueven), y los espejos son protagonistas de los trucos visuales del Caleidoscopio, La mesa de los clones y el Túnel infinito, las atracciones más psicodélicas del centro.

Desarrollar la lógica matemática

También se pueden conocer hologramas, formas geométricas que nuestro cerebro juzga como imposibles, discos de efectos hipnóticos y estereograma, esas imágenes que parecen sin sentido pero cuando se las mira fija descubren un dibujo en 3D.

Además de divertirse con las ilusiones ópticas en el museo se aprende por qué el cerebro es engañado con figuras geométricas y espejos

El museo también cuenta con un salón de juegos inteligentes, donde una serie de puzles, rompecabezas, nudos imposibles, esquemas de construcción y dilemas matemáticos ponen a prueba el pensamiento lógico.

Por las medidas sanitarias del coronavirus este espacio está temporalmente cerrado, pero en la tienda se pueden comprar estos juegos para llevar el desafío a casa.