La casa del árbol más lujosa del mundo está en el Pacífico mexicano

En el paraíso más desconocido de México, la Riviera Nayarit, este nuevo resort ofrece habitaciones en los árboles con piscinas infinitas y vistas al mar

El sueño infantil de muchos, la casita del árbol, ese espacio mágico alejado de la vista -y las normas- de los adultos, se reinventa en la mente de arquitectos y diseñadores que, desde los Alpes austriacos a la selva de Bali pasando por los bosques noruegos, proponen nuevas miradas a este clásico, eso sí, con las comodidades y el lujo del más exquisito hotel.

El último en dar alas a nuestros anhelos y forma a nuestros deseos es un asombroso complejo de One & Only Mandarina en la Riviera Nayarit. A aproximadamente una hora de Puerto Vallarta, para algunos el ‘tesoro del Pacífico mexicano’, este complejo bien podría ser un ejemplo de la integración de lujo y naturaleza en una única experiencia hotelera.

One & Only Mandarina

Con algunos de los hoteles más lujosos en los rincones más exóticos del mundo, la firma One & Only se estrena en la Riviera Nayarit con un espacio privilegiado, ubicado directamente sobre un acantilado que le proporciona vistas al océano y rodeado de exuberante selva tropical que ha sido cuidadosamente preservada para formar parte de la experiencia.

Las villas emergen de la jungla y se asoman al mar. Foto One Only.
Las villas emergen de la jungla y se asoman al mar. Foto One Only.

Inaugurado el 1 de noviembre, el complejo cuenta con un total de 104 suites y villas independientes (además de 54 residencias privadas con precios que van desde los 4,95 millones de dólares), muchas de las cuales flotan entre las copas de los árboles.

La naturaleza, protagonista

Para su construcción se consultó a expertos en botánica y se planificó el desarrollo para minimizar el efecto sobre el paisaje natural existente, de modo que se conservase la tierra y se pusiera en valor el patrimonio histórico y ecológico del destino.

Cada una de las villas y cásas-árbol tiene su propia piscina infinita y terraza, tragaluces, vista al mar, amplios baños y duchas exteriores, así como servicio de mayordomo privado. Algunas incluyen además jacuzzi, vestidores, pantalla de cine o terraza con barbacoa privada.

Villa con vistas al mar. Foto One Only.
Villa con vistas al mar. Foto: One & Only.

Además, el complejo ofrece diferentes restaurantes y espacios de ocio como el Jetty Beach Club, ubicado en la playa privada del resort, donde disfrutar de los cócteles y zumos más frescos; Carao, el restaurante principal con nada menos que el chef Enrique Olvera, posiblemente el cocinero más conocido de México, a cargo de los fogones; o Alma, que ofrece una delicada fusión entre los sabores de las gastronomías mexicana y mediterránea.

One & Only Spa

Mientras uno no esté perdido en sus pensamientos o disfrutando de la privacidad de su casita del árbol en versión ultralujo, descansando en la finísima arena blanca de la playa privada o disfruntando de un baño en el Pacífico puede optar por alguna de las actividades que ofrece el hotel que van desde la navegación a la pesca, el buceo, la pesca submarina, el yoga al aire libre, las caminatas por la jungla o el Club de Polo.

Incluso la bañera tiene vistas a la jungla. Foto: One & Only.

Solo para los niños hay un cine, sus propias casitas de los árboles, un jardín de mariposas o rocódromos para escalar, todo ello diseñado por la decoradora Brigitte Broch.

Además, el hotel cuenta con el One & Only Spa y sus seis salas de tratamiento ideadas para ofrecer experiencias bajo el dosel de la jungla y sus árboles centenarios. Dos gimnasios (uno de ellos al aire libre) y una palapa de yoga al aire libre completan sus instalaciones, siempre con materiales sostenibles que se integran en la naturaleza.

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