Alarma en los hoteles de lujo de Washington (y en la Casa Blanca)

Un joven británico que se marcha sin pagar siembra la alarma en los hoteles de lujo de Washington y hasta en la Casa Blanca

Un ciudadano británico de 21 años, identificado como Nicholas James Cooper, se ha convertido el mes de marzo en el temor de la hostelería de lujo en Washington e incluso en un motivo de sospechas para el Servicio Secreto que resguarda la Casa Blanca.

Según cuenta The Washington Post, todo comenzó el 13 de marzo, cuando la policía recibió un reporte de dos robos en centros de élite de la capital estadounidense. Desde el hotel Willard acusaron a un hombre con acento británico de firmar su cuenta de 68 dólares con nombre y número de habitación falsos.

Ese mismo día, pero en el bar Old Ebbitt Grill (el bar más antiguo de Washington y un punto de encuentro de políticos y famosos a la vuelta de la Casa Blanca), el hombre hizo algo similar: intentó pagar su cuenta de 67 dólares con una tarjeta inhabilitada.

El británico que no paga sus cuentas de hotel se verá ante el juez el 12 de abril

Cooper fue arrestado pero puesto en libertad a la espera de su audiencia ante el juez, que será el 12 de abril. Pero tres días después regresó a la custodia policial, cuando le acusaron de destrucción de propiedades luego de tirar las puertas de vidrio del Embassy Row Hotel tan fuerte que las rompió.

Después del segundo arresto, la policía dijo que Cooper confundió el Embassy con el hotel en el que se estaba quedando al otro lado de la calle. Nuevamente, fue puesto en libertad, siempre con miras a su encuentro con un juzgado a mediados de abril.

Pero el marzo de este ciudadano británico estuvo intenso, y sus polémicas en la ciudad más política del territorio estadounidense siguieron encendiendo alarmas entre los hoteles, bares y restaurantes, y los oficiales que se encargan de proteger al presidente Donald Trump y a su familia.

Cooper pidió un chupito de 1.200 dólares y lo puso a nombre de un jugador de los Denver Nuggets

El 23 de marzo lo hizo de nuevo, y esta vez llevó sus delitos a un nivel superior. Ese día, Cooper visitó el hotel Ritz-Carlton y llegó directamente al bar, donde comió pulpo y cordero, se tomó una botella de vino y cerró la cena con un chupito de un whisky de lujo cuyo importe es de 1.200 dólares.

Su cuenta en el Ritz-Carlton ascendió a los 2.200 dólares, los cuales nuevamente no pagó. En cambio, Cooper puso la cuenta a nombre de la habitación en la que se había hospedado horas antes un jugador de baloncesto de los Denver Nuggets que esa noche había jugado contra los Washington Wizards.

La policía lo confrontó a su salida del Ritz-Carlton y la escena terminó en su tercer arresto y consiguiente liberación. Un cuarto incidente en el que un hombre no pagó su cuenta en el bar de un hotel de lujo se registró horas después, pero los agentes llegaron tarde y no lograron arrestarle.

Un juez le prohibió a Cooper merodear la Casa Blanca

No obstante, en el que sí fue su cuarto arresto la situación escaló de la policía al Servicio Secreto.

El jueves 29 de marzo, los agentes encubiertos le vieron entrando a un hotel cerca de la Casa Blanca. En varias de sus visitas a hoteles durante el mes, Cooper dijo que tenía planes de saltar las rejas de la Casa Blanca. A raiz de su comportamiento sospechoso, un juez le prohibió merodear el área, por lo que el Servicio Secreto le arrestó al acercarse demasiado e incumplir con la orden judicial.

El británico quedó en libertad horas después de su cuarto arresto, y aunque su historia no se ha terminado de escribir, ya es innegable que Cooper logró encender las alarmas de los hoteles de lujo y de la misma Casa Blanca en tiempo récord.

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