Digno de reyes: abre el primer hotel dentro del Palacio de Versalles

De ultralujo, el Château de Versailles Le Grand Contrôle ya está abierto y deslumbra tanto como los suntuosos salones y jardines del palacio en el que se enmarca

Château de Versailles. Foto: Renee Kemps | Airelles.

Francia continúa avanzando en su desescalada y, por fin, Versalles ya recibe visitantes. En realidad, todo un complejo que incluye el palacio principal, los jardines y arboledas y otros edificios en un terreno de más de 100 hectáreas y que, además de recuperar sus visitas, da la bienvenida a un nuevo y fastuoso inquilino: el primer hotel ubicado en la que fuera residencia de los reyes de Francia.

A pocos metros de lugares míticos como el Salón de los Espejos, los jardines de la Orangerie y la Pièce d’Eau des Suisses y recién inaugurado, el Airelles Château de Versailles, Le Grand Contrôle recibirá a sus huéspedes en el primer alojamiento hotelero abierto en los dominios del icónico Palacio de Versalles, quizás la residencia más famosa del mundo, cuyas opulentas galerías y estancias visitan más de tres millones de personas al año (y más del doble a sus jardines, lo que lo convierte en el segundo lugar más popular del país).

Tras maravillarse con sus espejos venecianos, mármoles, candelabros, molduras y numerosas piezas de arte, seguro que muchos de ellos soñarían con pasar una noche en el palacio. Un deseo que este nuevo hotel hace realidad en 14 únicas (y exclusivas) habitaciones.

Suite Madame de Fouquet. Foto: Renee Kemps | Airelles.

Un restaurante del aclamado chef, Alain Ducasse, un spa de Valmont, una piscina cubierta y el acceso privado al castillo y los jardines que lo rodean completan la oferta.

Le Grand Contrôle

Ubicado en un hermoso edificio construido por el arquitecto favorito de Luis XIV, Jules Hardouin-Mansart, en 1681, ahora ha sido el arquitecto e interiorista Christophe Tollemer el encargado de restaurar meticulosamente la propiedad y dar forma a sus habitaciones, entre las que se cuenta una suite de 120 m2.

El primer hotel de la historia dentro de los terrenos del Palacio de Versales permite descubrir otra cara del lugar a través de visitas a lugares habitualmente ocultos y experiencias tematizadas con personajes históricas

Para ello se inspiró en el vecino Petit Trianon Palace y el estilo personal de Luis XVI y escogió el año de 1788 como referente, justo el mismo en el que Maria Antonieta redecoró algunos de los edificios.

Han pasado casi cinco años -y una pandemia- desde que se iniciaran los trabajos para convertir en hotel estos retazos de la historia pero, según Guillaume Fonquernie, el director ejecutivo de Airelles, que suma con este la sexta propiedad a su catálogo de hoteles de lujo en los Alpes franceses o Saint Tropez, el resultado es “un sueño”. Especialmente orgulloso del “nivel de detalle y dedicación que se ha puesto a este proyecto tan especial”, afirma que “representa una nuevo y emocionante capítulo para Airelles en un momento muy conmovedor para la industria hotelera en su conjunto”.

Restaurante Le Grand Cabinet. Foto: Renee Kemps | Airelles.

Suites con nombre propio

Cada una de las 14 habitaciones y suites lleva el nombre de alguna de las personalidades vinculadas a Versalles. Decoradas individualmente, reproducen el estilo más elegante del siglo XVIII, con telas, candelabros y piezas de arte auténticas de la época, y curiosidades como una carta de amor de la novelista y ensayista Madame De Staël a su amante Louis, el conde de Narbonne-Lara en la suite que lleva su nombre.

Jacques Necker, el que fuera director de finanzas con Luis XVI, y Madame Fouquet, una célebre socialité casada con el Marqués de Fouquet, o el cardenal y estadista francés Étienne-Charles de Loménie de Brienne dan nombre a otras de las habitaciones.

Cada una de las 14 habitaciones y suites lleva el nombre de alguna de las personalidades vinculadas a Versalles, desde el ministro de finanzas Jacques Necker a la socialité Madame Fouquet o la novelista Madame De Staël

También la gran mayoría de muebles son originales de la época, para lo que el equipo de Tollemer trabajó en colaboración con el experto en patromonio y arte francés de los siglos XVII y XVIII Emmanuelle Vidal-Delagneau y la prestigiosa Maison Pierre Frey, encargada de recrear tapices de época sobre diseños originales extraídos de los archivos del Château. Muchos de los temas empleados son de flores y mariposas, característicos de ese anhelo de regresar a la naturaleza que defendía en la época Jean-Jacques Rosseau.

Las habitaciones tienen increíbles vistas a Versalles. Foto: Renee Kemps | Airelles.

Un viaje a la época del Rey Sol

Mucho más que una simple estancia, dormir una noche en el hotel es casi como un viaje en el tiempo, concretamente a la Francia de los reyes y las reinas. Para acentuar la experiencia, Airelles ofrece acceso a áreas y terrenos del palacio que normalmente están cerrados a los visitantes. Es el caso del Gran Trianon de Luis XIV y los amados jardines ingleses de Maria Antonieta, que se visitan antes de que comience a llegar el público general y que ofrece itinerarios distintos cada día.

Del mismo modo cada noche, una vez los visitantes se han marchado, los huéspedes del hotel pueden disfrutar de un recorrido privado por el palacio en sí, que incluye las estancias del Rey y la Reina y el Salón de los Espejos. También experiencias temáticas como la centrada en María Antonieta y que incluye hasta una prueba de vestuario, una cena privada con un cuarteto de cuerda en el antiguo apartamento de las hijas de Luis XV o una visita tras los pasos del jardinero estrella de la realeza, André Le Nôtre.

Una fiesta real para los sentidos

Se han restaurado muebles y objetos de época. Foto: Renee Kemps | Airelles.

No menos importante para la experiencia es la oferta gastronómica, encarnada por el chef poseedor de 20 estrellas Michelin (y el primero en lograr, en 2005, tres restaurantes con tres estrella simultáneamente) Alain Ducasse.

Con vistas al invernadero, el chef despliega su conocimiento para crear menús inspirados en las comidas de la realeza, con toques que recuerdan a los extravagantes banquetes de antaño y clásicos franceses reinventados, que se sirven en suntuosas vajillas por parte un personal ataviado con atuendos de época.

También se sirve el té de la tarde y, los domingos, un ‘brunch real’ inspirado directamente en Le Grand Couvert, un antiguo ritual francés en el que el rey y la reina cenaban frente al público.

Tras ese festín de placeres una buena idea es recorrer los alrededores o, quizás, relajarse en el spa, decorado con frescos pintados a mano y con el suelo en damero de mármol de Carrara, inspirado también en el patio del Palacio.

Piscina cubierta. Foto: Renee Kemps | Airelles.

Piscina cubierta de 15 metros, hamman, sauna y todo tipo de tratamientos desarrollados en exclusiva por los expertos de Valmont son algunos de sus atractivos.

La tarifas también son proporcionales: las estancias comienzan desde 1.700 euros, con mayordomo, visitas diarias al Palacio y el Trianon y acceso a jardines y otros dominios, que pueden explorarse en carritos de golf y botes con los que explorar el Gran Canal.

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