‘Hermanos de armas’: el poder negro de Spike Lee llega a Netflix

Mientras los Estados Unidos arden por la muerte de George Floyd, Spike Lee estrena una película que culmina ensalzando el movimiento Black Lives Matter

Hace algo más de una semana, entre fotos de manifestantes con pancartas, Spike Lee publicaba en sus redes un breve montaje en el que compara las estremecedoras muertes de Floyd y Eric Garner –ambas a manos de la policía y retransmitidas a todo el mundo vía móvil– con la de Radio Raheem, uno de los personajes de su clásico Haz lo que debas (1989), que también fallecía víctima de la brutalidad policial.

 

Pasan los años y las cosas no cambian demasiado. En Estados Unidos, un negro sigue teniendo seis veces más posibilidades que un blanco de acabar en la cárcel, o de morir en un enfrentamiento con la policía. La lista de la desigualdad es ominosamente larga, y está claro que Donald Trump no ha llegado a la Casa Blanca para arreglarlo.

Después de encadenar éxitos, como Cuanto más, mejor (1990) o Fiebre salvaje (1991), hasta mediados de los 90, el que a sus 63 años sigue siendo el director más popular de la América negra se había ido relajando, entregando una obra significativa cada cierto tiempo. Pero desde que Trump ganó las elecciones, Spike Lee está en pie de guerra.

 

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En guerra contra Trump

Lee no tardó en plantar cara a Trump con la contundente Infiltrados en el KKKlan (2018), película de título impronunciable basada en las memorias, publicadas por Capitán Swing, de Ron Stallworth, un policía de color que, aunque parezca increíble, logró infiltrarse bajo las sábanas del Ku Klux Klan en el Colorado de finales de los 70.

Infiltrados en el KKKlan era a priori una película de época, aunque no faltaban alusiones directas a Trump (uno de los cabecillas del KKK hablaba, por ejemplo, de “devolver la grandeza a América”), que culminaban con un epílogo documental en donde se podía apreciar el desfile con antorchas de nostálgicos del KKK en Virginia, el 11 de agosto de 2017, y los altercados del día siguiente en Charlottesville, que terminaron con el brutal atropello de los que se manifestaban contra los supremacistas blancos, con resultado de un muerto y casi 20 heridos.

El FBI calificó el atentado de “terrorismo interno”, pero Trump, tal y como aparece en aquel epílogo, prefirió negar la presencia de neonazis, a pesar de las inequívocas banderas, y repartir las responsabilidades de la violencia entre ambos bandos.

 

De los Oscar a Vietnam

Dos años después de que Spike Lee se alzara, por fin, con el primer Oscar de su carrera (sin contar el Oscar honorífico, que le fue otorgado en 2016) por el guion de Infiltrados en el KKKlan, evidenciando una vez más la postura anti-Trump del Hollywood más progresista, el director estrena directamente en Netflix (a partir del 12 de junio) Hermanos de armas (Da 5 Bloods), una película que también dialoga con el pasado, y lo relaciona con el presente.

Hermanos de sangre es la historia de cuatro afroamericanos, veteranos de la Guerra de Vietnam, que regresan en la actualidad al país asiático en busca de un cargamento de oro que dejaron enterrado junto a los restos de un compañero de armas que les hacía de guía espiritual, cual Martin Luther King de bolsillo, ayudándoles a conciliar patriotismo y negritud.

‘Hermanos de sangre’ es la película de Vietnam desde el punto de vista afroamericano, en contraste con aquellas películas de Stallone y Chuck Norris

Los cuatro veteranos se encuentran así con un país convertido en una suerte de parque temático de Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979), de la que por cierto se estrena una nueva versión, ni tan corta como la original ni tan larga como aquel Apocalypse Now Redux, que llegará a las salas, si el virus lo permite, el próximo 3 de julio.

Como en el clásico de Coppola, o el de Joseph Conrad en el que se inspira, los cuatro viejos amigos remontan el río para alcanzar su objetivo, desenterrar el oro y al compañero que dejaron atrás, con el fin de sepultar sus restos con honores en Arlington, el cementerio militar donde yacen veteranos de todas las guerras, empezando por la de Secesión.

La película es otro drama contado a modo de comedia, típico de Lee. Quizás sufre de un guion con demasiados giros caprichosos, así como de ese halo de patetismo que envuelve a toda última misión protagonizada por ancianos. Pero el director de la monumental Malcom X (1992) vuelve a mezclar ficción y realidad con pertinente habilidad, recordando que las protestas contra la Guerra de Vietnam y el movimiento por los derechos civiles caminaban en la misma dirección.

DA 5 BLOODS. Netflix
 

La misma dirección que ese Black Lives Matter (las vidas negras importan) que está de tan triste actualidad estos días, y aparece explícitamente celebrado al final del film, en el que aparecen auténticos activistas.

De la misma manera que en Miracle at St. Anna (2008) Lee retrataba las vicisitudes de cuatro marines negros en la Segunda Guerra Mundial, Hermanos de sangre, que se desarrolla al ritmo de las canciones de Marvin Gaye, y en particular de su mítico disco What’s Going On (1971), pretende ser la película de Vietnam desde el punto de vista afroamericano, en contraste con aquellas películas de Stallone y Chuck Norris de los 80 sobre las que tampoco faltan chanzas en el film.

Pero si Hermanos de armas, que estaría a medio camino entre Rambo y Apocalypse Now, nos ha seducido es, una vez más, por su combinación de ficción y realidad y, sobre todo, por sus sugerentes collages documentales, casi un catálogo de todas las imágenes icónicas de la causa negra en Estados Unidos, desde el siglo XVIII a la actualidad, pasando por la negativa del gran Cassius Clay a combatir en Vietnam.

Trump, cómo no, vuelve a ser la estrella invitada. Esta vez a través de uno de los cuatro veteranos que se pasea con la típica gorra roja de Make America Great Again y opina que el muro en la frontera mexicana es una buenísima idea (“hay que echar a los gorrones de los emigrantes y levantar el muro. A ver si los negros nos espabilamos, y rapidito”).

De manera bastante jocosa, mediante otro inserto documental, Lee compara a este incoherente personaje con el afroamericano que aparecía sujetando pancarta detrás de Trump en un mitin de Florida el 25 de octubre de 2016.

Naturalmente, es el que está más loco de los cuatro, algo que quedará meridianamente claro cuando todos se enfrenten, inevitablemente, el horror al final del viaje.

a.
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