Viaje al pasado en el tren más romántico de Serbia

Desde la capital Belgrado hasta la pequeña ciudad de Sremski Karlovci, en Serbia, circula un tren a vapor que parece venir de un túnel del tiempo

Tren Romantika1. Foto Ferrocarriles de Serbia

Como viejos dinosaurios que resisten estoicamente al paso del tiempo, en varios rincones de Europa se pueden encontrar centenarios trenes a vapor que circulan de manera esporádica para el turismo. Uno de ellos es el tren Romántica, de Serbia.

Ojalá que las restricciones por la pandemia no vuelvan a cancelar a los viajes de estas locomotoras a vapor, que desde Belgrado ofrecen trayectos a las ciudades de Sremski Karlovci, Palić, Vršac, Bela Crkva, Požarevac, Smederevo o Despotovac – Resavica.

Son trayectos de una a tres horas, que se suelen organizar los fines de semana durante los meses de temperaturas más benignas, desde abril a octubre.

El tren Romantika circula durante la primavera y hasta mediados del otoño. Foto Ferrocarriles de Serbia

La resurrección del tren a vapor

El servicio se inauguró en 1996, tras una cuidada restauración de las locomotoras y los vagones. Por un precio de menos de 4,50 euros se puede pagar un billete en la primera clase, para sentir la sensación de viajar como en el primer tercio del siglo XX.

Los viajes desde Belgrado a Sremski Karlovci, en la primera clase de este tren a vapor, cuesta menos de cinco euros

También se puede optar por los vagones de segunda o tercera clase, aunque la diferencia de precios es mínima y no justifica la menor comodidad.

El convoy, que puede transportar 450 pasajeros, también cuenta con un coche comedor revestido en madera, donde se puede acompañar al trayecto con un café o un refresco; aunque en ocasiones se organizan viajes temáticos donde se sirven comidas tradicionales a bordo.

El tren cuenta con tres tipos de locomotoras. Foto Ferrocarriles de Serbia

También hay un coche para llevar bicicletas, una opción ideal para los que buscan combinar el romanticismo de estos viajes con paseos en los valles serbios.

Rumbo a Sremski Karlovci

Uno de los viajes más populares es el que conduce a Sremski Karlovci, una ciudad a 80 km al noreste de Belgrado en la vera del Danubio, famosa por unos recomendados vinos que se pueden probar en los bares de su casco antiguo.

El trayecto a Sremski Karlovci es el más popular del tren Romántica, un viaje de dos horas por valles, con la esperada cuota de túneles y viaductos

Un museo dedicado a la viticultura y el arte de la apicultura permiten conocer la historia económica y gastronómica de esta ciudad cercana a Novi Sad, donde además de varias galerías de arte se pueden encontrar numerosos edificios históricos como el primer seminario ortodoxo de Serbia o la primera escuela de gramática del país.

Vista del vagón comedor. Foto Ferrocarriles de Serbia

El viaje en el tren Romántica parte desde Belgrado a las 9:30 y llega a Sremski Karlovci a las 11:40. Durante el trayecto de dos horas se atraviesa la fértil llanura de Vojdovina, numerosos túneles y puentes por los ríos que corren por este rincón de los Balcanes.

El tren, que se puede alquilar para películas o eventos especiales, también es el vehículo más bonito para llegar a los pueblos cercanos a Belgrado en ocasiones de ferias y eventos comarcales, como la fiesta de la manzana de Bela Crkva, un pueblo a 100 kilómetros al este de Belgrado.

Las locomotoras a vapor

El tren Romántica cuenta con tres tipos de locomotoras. La más popular es la potente 01-088, de 20,5 metros de largo y que puede alcanzar velocidades de 90 km/h.

En ocasiones se organizan viajes temáticos. Foto Ferrocarriles de Serbia

Esta fue construida en los talleres alemanes de Schwarzkopf y Maschinenfabrik exclusivamente para los ferrocarriles serbios.

Solo quedan ocho unidades, de las que una de ellas, rehabilitada en 1996 en la fábrica Šinvoz, lleva al convoy del Romántica.

Otra es la 33-087, un modelo del que se fabricaron 6.000 unidades en la Segunda Guerra y otras 2.000 tras el conflicto bélico.

Son locomotoras de casi 23 metros de largo, ligeramente más lenta que la primera.

Viajar en este tren es como entrar en un túnel del tiempo. Foto Ferrocarriles de Serbia

Y luego está la más pequeña de la familia, la 51-052, de solo 10,9 metros de largo, que pertenece a una serie construida entre 1907 y 1959 en los talleres de Ganz Magav, en Budapest.

En todas ellas, su presencia con el vapor que emerge de sus calderas son una de las postales más recordadas en los viajes a Serbia.

a.
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