Los mejores trenes para descubrir Cataluña

Escalando montañas, atravesando valles y descubriendo lagos, estos ferrocarriles turísticos ofrecen viajes para desconectar entre la historia y la naturaleza en Cataluña

Tren cremallera de Núria

El cremallera de Nuria es uno de los trenes mas impresionantes de Cataluña. Foto: FGC.

En algunos casos único medio para acceder a paisajes extraordinarios, en otros casos de trazado centenario y en otros la fórmula más relajada para descubrir pueblos, museos o parques naturales, Cataluña cuenta con un puñado de trenes perfectos para planear una escapada en clave ‘slow’.

Escalando montes y montañas, atravesando valles y lagos y acercándonos a poblaciones que vivieron durante siglos aisladas. En Montserrat, la Vall de Ribes, el Alt Berguedà, los lagos del Prepirineo o el municipio de Gelida, estos son los trenes turísticos con los que acercarnos a algunos de los paisajes más increíbles de Cataluña.

Tren de los Lagos
Paisajes y pueblos desfilan frente a las ventanillas en el Tren de los Lagos. Foto: JP Chuet-Missé.

Cremallera de Núria

Uno de los trenes que sí o sí hay que tomar alguna vez en Cataluña es el Cremallera de Núria, por otra parte el único medio de transporte que permite acceder a la estación de esquí y montaña del Valle de Núria en la Vall de Ribes, en el Pirineo Oriental (Girona).

Por supuesto, también se puede acceder caminando, aunque esta es una vía bastante más exigente si se tienen en cuenta las montañas de más de 3.000 metros de la zona o la altitud de la propia estación, exactamente a 1.964 sobre el nivel del mar.

La cremallera en el paisaje de lagos y montañas en el Valle de Núria. Foto: Oriol Molas | FGC.

Si nos decantamos por el tren tenemos que acercarnos al municipio de Queralt, desde donde parte, con paradas en cuatro estaciones: Ribes-Enllaç, Ribes-Vila (en el pueblo de Ribes de Freser), Queralbs (último punto donde se puede llegar en coche) y, finalmente, Núria, a 1.964 metros de altitud.

El trazado, de 12,5 km, se completa en 40 minutos y supera un desnivel de 1.000 metros, que lo convierte en el tren cremallera más alto del sur de Europa.

Durante el viaje, una audioguía gratuita accesible través del móvil permite descubrir secretos del valle y sus pueblos, pero también la historia del tren, inaugurado en 1931 y que ha permitido que la Vall de Núria sea un espacio sin coches, garantizando así la preservación de la puerta de entrada al Parque Natural de las Cabeceras del Ter y del Freser.

El ferrocarril del Valle de Núria tarda 40 minutos en realizar su recorrido. Foto: FGC.

El Cremallera de Núria funciona durante todo el año, con horarios y frecuencias que cambian según la temporada.

Cremallera de Montserrat

En la provincia de Barcelona, el Macizo del Montserrat y sus picos redondeados, como si hubieran sido cortados por una sierra gigante, es uno de los lugares icónicos de Cataluña, donde el sentir religioso se combina con el senderismo y el deseo de explorar la naturaleza, pero también con todo tipo de historias y leyendas, desde apariciones marianas a las que lo vinculan con los nazis y su búsqueda del Santo Grial.

Operado por la empresa pública FGC, este tren turístico, el único transporte que llega hasta el centro del recinto del Santuario de la Montaña de Montserrat, parte de la estación de Monistrol de Montserrat (a la que se llega, también en tren, en apenas una hora y media desde Barcelona).

La Cremallera de Montserrat con la montaña al fondo. Foto: FGC.

En su trayecto, el tren, de tipo cremallera, trepa para salvar un desnivel de 600 metros en un trayecto de cinco kilómetros, que completa en 15 minutos.

El paisaje se contempla desde los amplios ventanales panorámicos del ferrocarril mientras se puede sentir también el peso de la historia. Inaugurado el 6 de octubre de 1892, en poco tiempo se convirtió en el ferrocarril más popular de Cataluña. En aquel momento el recorrido desde la estación de Monistrol hasta el monasterio tomaba una hora y cinco minutos pero fue toda una revolución ya que, por primera vez, se podía ir a Montserrat y volver en el día a Barcelona.

En Montserrat hay dos funiculares que permite ascender a parajes difíciles de llegar a pie

El antiguo cremallera de Montserrat hizo su último viaje en 1957, pero la ilusión de verlo circular de nuevo motivó la puesta en marcha de otro tren que discurre en su mayor parte por el trazado del viejo cremallera del Montserrat.

Una vez arriba, el viaje hoy puede continuar gracias a los funiculares de Sant Joan o el de Santa Cova.

El primero, tras subir 503 metros, permite contemplar el monasterio a 1.000 metros de altura y ver la comarca de la Anoia en su extensión.

Funicular Santa Cova
Funicular Santa Cova. Foto: FGC.

Por su parte, el de Santa Cova asciende 262 metros, y conduce hasta la cueva donde la tradición marca el lugar de la aparición de la Moreneta, la virgen de Monserrat.

Desde estos funiculares parten caminos de senderismo y rutas de escalada. Pero también hay opciones turísticas más relajadas como el recorrido virtual del Espacio Audiovisul de Montserrat, el museo con su patrimonio de 1.300 obras modernistas, el Centro de Interpretación del Geoparque, el Parque Natural (en el mirador de Sant Joan) y la exposición permanente de la cremallera en la antigua estación de Monistrol-Vila.

El Cremallera de Montserrat circula entre el 1 de abril y el 31 de diciembre con diferentes horarios en función de la temporada.

Tren del Cemento

En la comarca del Berguedá (Barcelona), hace más de 100 años se inauguró un tren que unía la fábrica de cemento Asland, en Castellar de n’Hug, con el pueblo de Guardiola de Berguedà.

Tren del Cemento
Tren del Cemento. Foto: Turismo La Pobla de Lillet.

Hoy como reducto del pasado y joya ferroviaria, el tren recorre en alrededor de 20 minutos un trazado de 3,5 km mientras atraviesa bosques y paisajes majestuosos a las puertas del Parque Natural del Cadí-Moixeró.

Con cuatro paradas, el tren se detiene en primer lugar en La Pobla de Lillet, donde se encuentra una exposición de trenes históricos del Valle del Llobregat.

En la siguiente parada, Pobla Centre, se pueden visitar el Puente Viejo y el Monasterio de Santa María de Lillet. Por su parte, en los Jardines Artigas se puede visitar estas instalaciones paisajísticas creadas por Antoni Gaudí.

El viaje termina en el Museo del Cemento, con la historia de Asland (la primera cementera de Cataluña).

El Tren del Cemento tiene más de un siglo de vida. Foto: FGC.

El Tren del Cemento tiene su temporada entre abril y noviembre.

Tren de los Lagos

Entre montañas boscosas, atravesando un total de 75 puentes y 40 túneles circula el Tren de los Lagos, que lleva desde La Plana hasta el Prepirineo de Lleida.

La versión del tren panorámico en el ferrocarril de Los Lagos. Foto: FGC

Entre sus curiosidades, las 2 opciones de viaje que ofrece: bien en el tren histórico o en el más moderno y panorámico.

En ambos casos, transcurre al margen del río Segre desde Lleida hasta La Pobla de Segur en una vía única.

El Tren de los Lagos atraviesa 75 puentes y 40 túneles

Cuando deja atrás ese curso, el tren enlaza con la cuenca del río Noguera Pallaresa, que permite a los viajeros ver los majestuosos embalses.

Tren de los Lagos, Cataluña
Convoy histórico del Tren de los Lagos. Foto: FGC.

Para los más nostálgicos, el tren histórico es impulsado por locomotoras diésel de 1968, (conocidas en su momento como ‘ye-yés’) y el convoy incluye coches de época, entre ellos un furgón postal y un coche cafetería.

Por su parte, el tren panorámico, que opera las semanas centrales del verano, ofrece una experiencia de inmersión en la naturaleza gracias a su diseño diáfano y abierto, proporcionado por ventanas de gran tamaño, que permite disfrutar de excelentes panorámicas de las sierras del Monroig y el Montsec..

El Tren de los Lagos tiene su temporada entre los meses de abril y octubre.

Funicular de Gelida

En el Alt Penedès, en la provincia de Barcelona, se encuentra el encantador funicular que antiguamente llevaba a los trabajadores de los molinos papeleros al pueblo de Gelida.

Los dos coches datan de 1924, con compartimientos únicos de cinco niveles, con capacidad para 28 personas, que recorren 884 metros en ocho minutos.

Con casi 100 años de vida, el funicular permite realizar un entrañable viaje en el tiempo recordando el importante avance que significó para la población de la zona, ya que lo utilizaban las personas trabajadoras de los molinos papeleros de Gelida y también el vecindario del barrio de Sant Salvador.

El Funicular de Gelida circula todos los fines de semana del año (sábados y domingos).

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