Los AVE low cost asaltan el mercado europeo

Un fondo norteamericano invierte 2.500 millones para crear una red de ferrocarriles de alta velocidad de bajo coste en Italia

En dos años Europa liberalizará su transporte ferroviario de pasajeros. Como sucedió con el sector aeronáutico, una de las posibles consecuencias es la llegada de trenes con precios low cost, sobre todo en los servicios de alta velocidad.

La empresa estatal Renfe ya está preparando sus armas para este cambio de tornas en el mercado ferroviario, con el lanzamiento del EVA, que será como el tradicional AVE pero con precios un 25% más baratos y con diversas innovaciones tecnológicas en su servicio.

Llegan las inversiones desde EEUU

En Italia se dará otro campo de batalla, y seguramente será la cabeza de playa para la expansión de los ferrocarriles de bajo coste. El fondo de inversión Global Infraestructure Partners (GIP) pagó 2.450 millones por el fabricante de trenes Italo, la marca de alta velocidad de la compañía Nuovo Transporto Viaggiatori (NVG), informa el diario ABC.

El fondo estadounidense GIP paga 2.450 millones por Italo para adelantarse a la liberalización del transporte ferroviario

Este fondo estadounidense destinó 2.000 millones para adquirir la empresa y otros 450 millones fueron aportados para pagar la deuda de la firma italiana. Con un capital de 32.500 millones de euros, GIP tiene participaciones en empresas de transportes y servicios de agua y energía en todo el mundo.

Cómo hizo Italo para resucitar

Italo estuvo a punto de ir a la quiebra en los últimos años, pero las medidas del consejero delegado Flavio Cataneo, que llegó a la empresa en 2015, la ha resucitado de la desaparición. Una de sus claves fue ofrecer billetes hasta un 40% más baratos que los trenes estatales, pero sin recortar la calidad del servicio.

La firma aprovechó la inversión de 32.000 millones que el Estado italiano hizo en la red de ferrocarriles de alta velocidad en el país, y siguió los consejos de Cataneo de no cotizar en bolsa.

Tras seis años de pérdidas lograron vender la empresa a GIP, que según sus mismos dueños, pagó un “precio de oro” por sus activos. Gracias a esta operación sus fundadores Luca Cordero di Montezemolo y Diego della Valle se embolsaron 240 millones y 320 millones de euros, respectivamente.

A Cataneo, como responsable de la resurrección de Italo, tampoco le fue tan mal: obtuvo 116 millones de euros tras haber comprado acciones de la empresa por 15 millones.

Malestar del gobierno italiano

A quién no le cayó bien la noticia de la venta fue al gobierno italiano, que lamenta que una compañía extranjera entre en un sector estratégico como los ferrocarriles. La administración de Paolo Gentiloni hubiera preferido que la empresa haya cotizado en bolsa antes de que GIP sea el nuevo dueño.

La batalla de las low cost de alta velocidad

Aunque haya pagado casi 2.500 millones de euros por Italo, GIP prepara su artillería para expandir su propuesta de trenes de alta velocidad por el resto de Europa, donde seguramente competirá con otros inversores privados y con las compañías estatales, que no estarán dispuestas a ceder fácilmente su cuota de mercado.

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