España, un país para recorrer con una copa de vino

Vaya paradoja: España tiene 97 denominaciones de origen protegidas (DOP) y 42 indicaciones geográficas protegidas (IGP) de vinos. Son territorios de los que nadie discute su belleza y que son una valiosa fuente de riqueza. Y sin embargo ninguno de estos paisajes vitícolas fueron catalogados como Patrimonio de la Humanidad.

“Pueden parecer muchas, pero no son tantas frente a las 441 DOP e IGP reconocidas en Francia, donde llevan siglos registrando cada milímetro de parcela de viñedo; o las 528 de Italia”. Quien dice esto es Francesc Ribes, autor de una interesante guía para descubrir las mejores rutas de enoturismo de España.

En Paseos entre viñedos (Anaya Touring) propone realizar nada menos que 43 rutas con una copa en la mano, para combinar el placer de probar tintos, blancos y rosados con la pasión por el senderismo, el descubrir pueblos y paisajes, conocer historias épicas de batallas y otras cotidianas de tenaces bodegueros contra los caprichos del clima y el mercado.

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Atrapar paisajes en una botella

“Se trata de atrapar un paisaje y unas sensaciones en una botella”, sintetiza el autor, que ha publicado varios libros sobre vinos, viajes, gastronomía y alguno sobre propuestas para descubrir la España Vacía.

Oficialmente, recuerda, hay 34 Rutas del Vino en España gestionadas por la Asociación Española de Ciudades de Vino, que garantizan que en el recorrido el viajero se encontrará con tiendas especializadas, hoteles, restaurantes, espacios naturales, experiencias y, por supuesto, catas en bodegas.

“Se trata de atrapar un paisaje y unas sensaciones en una botella”.

Francesc Ribes

Cabe aclarar que esta no es una guía habitual: no marca una línea de puntos del destino A al destino B, sino que son una serie de sugerencias para tener un panorama bastante completo antes de poner el coche en marcha o comprar un billete en tren, y varios vínculos web para empaparse de contenidos previamente.

Algunas propuestas de viaje

Cada capítulo está dividido por comunidades autónomas. Por ejemplo de Andalucía propone conocer Contraviesa-Alpujarra, Marco de Jerez, Montilla-Moriles y Sierras de Málaga; de Castilla y León invita a transitar por los terruños de Arlanza, Arribes, Bierzo, Ribera del Duero, Rueda, Sierra de Salamanca, Toro y Zamora; mientras que de Cataluña apuesta por las DO de Costers del Segre, Empordà, Penedès, Pla de Bages, Priorat con Montsant y la de Tarragona.

Si se trata de La Rioja, lo divide entre Rioja Alavesa y Rioja Alta. Del País Vasco, ir por la de Chacolí. En Castilla-La Mancha, presenta las de Manchuela con Ribera del Júcar, Valdepeñas y La Mancha; y de Galicia, las regiones vitivinícolas de Rías Baixas, Ribeira Sacra y Ribeiro.

Qué se puede encontrar en la guía

La cantidad de caminos sugeridos no tiene relación directa con el número de DOP en cada una: son propuestas para conocer paisajes, sabores y experiencias diferentes.

De hecho al final de cada capítulo hay breves descripciones de viñedos que han quedado fuera de la selección mayor.

En cada apartado ofrece una breve introducción de los atractivos naturales, culturales y vitivinícolas de la ruta, con datos sobre la historia y evolución de las cepas y la producción y añadidos de la historia o de detalles gastronómicos.

Y por supuesto, en cada uno un breve listado de bodegas recomendadas para una visita.

Sin desmerecer la belleza de los viñedos, las imágenes recuerdan la variedad de paisajes que se pueden encontrar en cada viaje

Sin desmerecer la belleza de los viñedos, las imágenes recuerdan la variedad de paisajes que se pueden encontrar en cada viaje, como los cañones de Las Médulas en la ruta del Bierzo, las bodegas de estética modernista como los de la Terra Alta en Cataluña, los llamativos monumentos como la mano y el racimo de bronce de la bodega Vivanco en Rioja Alta, la postal medieval del pueblo de Olite en Navarra y el discreto movimiento de los flamencos en las lagunas de Manjavacas, en La Mancha.

Ribes recuerda que España es el país con mayor superficie de viñedos del mundo, casi 950.000 hectáreas que hace sombra incluso a la galopante industria china.

“Es un mar de viñas que al principio abruma y en el que pronto se descubren espacios fabulosos”. La cita pertenece al capítulo dedicado a La Mancha, pero bien podría extenderse al resto del territorio español. Solo es cuestión de animarse a descubrirlo.