En busca del ‘kos’, la receta noruega de la felicidad

Nos refugiamos en el equivalente noruego al concepto de hygge danés para buscar esos pequeños placeres de la vida donde reside la felicidad

Un momento perfecto, uno en el que te sientas cómodo y seguro, en un lugar acogedor, calentito, en buena compañía y disfrutando de algo placentero. ¿Podrías describir tantos sentimientos en solo tres letras? Los noruegos sí: para eso inventaron el kos.

Aunque los daneses lograron imponer su hygge, que ya adoptamos como sinónimo de felicidad, y los suecos tienen el mys, el kos tiene sus propios matices. Puede ser pasar un día en la nieve, sentarse junto a la chimenea con una taza de chocolate caliente y un buen libro, reunirse en torno a una buena mesa o admirar auroras boreales en medio de la naturaleza. Pero también puede hacer referencia a una casa, a una conversación o a una persona. Entonces, ¿qué es kos?

Una definición para ‘kos’ sería una súbita felicidad que experimentas en lugar acogedor

[Para leer más: El alemán tiene la palabra que describe cómo te sientes (y es esta)]

El placer de la sencillez (compartida)

Es intraducible y multifacético y en una primera traducción, según la Oficina de Turismo de Noruega, se refiere a un tipo de felicidad repentina que experimentas cuanto te sientes seguro, abrigado y bien, todo a la vez.

Tiene un componente de simplicidad, de esas pequeñas alegrías que nos hacen sentir bien. Pero a diferencia quizás del concepto danés, lleva aparejado un elemento de socialización, de compartir, de ahí que la comida sea protagonista de muchas de las definiciones de este fenómeno.

Refugiarse en una cabaña es muy kos. Foto Visit Norway.

Refugiarse en una cabaña es muy ‘kos’. Foto: Visit Norway.

Pero kos también es un abrazo a alguien que hace mucho tiempo que no ves, una buena fiesta, o trabajar, si estás rodeado de personas que te gustan.

Conexión natural

Según el investigador del Departamento de Lingüística de la Universidad de Oslo Jan Svennevig, el término expresa  “un estado mental que refleja el modesto, pero habitual, ideal noruego de igualdad”.

Algo que se puede relacionar también con el ‘derecho de acceso’, esa prerrogativa tan noruega de vagar libremente por el campo, en cualquier lugar, siempre que lo trates con responsabilidad y respeto.

Porque la naturaleza es un componente importante del kos. De hecho, en algún momento, fue “sinónimo de supervivencia y seguridad, ya que nuestros predecesores no podían dar por hecho que su tranquilidad duraría lo que el largo, frío y oscuro invierno”, explica Arve Uglum, famoso presentador de uno de los programas de documentales más populares de la televisión noruega sobre sobre gente que vive en lugares remotos y bucólicos (Der Ingen Skulle Tru At Nokon Kunne Bu).

La naturaleza es muy importante en el concepto de kos. Foto Mikita Karasiou Unsplash

La naturaleza es muy importante en el concepto de kos. Foto: Mikita Karasiou  Unsplash.

De ahí, en su opinión, que en la actualidad la percepción más clásica de la palabra sea una chimenea encendida y deliciosa comida y bebida.

[Para leer más: ¿Aburrido por la noche? Mira la aurora boreal desde tu balcón]

Lo acogedor de la vida

Hoy el concepto abarca multitud de facetas. Según el propio Uglum podría ser “leer a mi hija pequeña antes de irse a la cama. Entonces me doy cuenta de que está segura, calentita y feliz, y por eso lo estoy yo también”.

Para Anja Stang, fundadora de la web de contenido ecologista Green House y greenfluencer (o influencer ecológica), el kos es la versión noruega de un fenómeno compartido entre todos los países escandinavos. Es un estilo de vida cómodo y acogedor, liberador, que huye de lo pretencioso y que se relaciona con simples momentos de placer ecológicos, de bienestar. Sería “una auténtica sensación de bienestar” que puede tomar forma en pasar un rato fantástico tejiendo, por ejemplo.

De nuevo naturaleza, comida local y socialización. En invierno objetos típicamente acogedores, como chimeneas o velas, que en verano dan paso al senderismo, rutas de isla en isla, música, excursiones a las montañas…

Disfrutar de la naturaleza es muy kos. Foto Torbjorn Sandbakk Unsplash

Disfrutar de la naturaleza es muy kos. Foto: Torbjorn Sandbakk | Unsplash.

Senderismo, esquí y festivales

No hay, como vemos, una única definición. Si para la atleta olímpica y famosa snowboarder Helene Olafsen el kos es hacer hotlap (es decir, practicar snowboarding sin hacer muchas pausas) en la pista con mis amigos o esquiar en el Sogndal Skisenter, para la crítica musical Katrine Sviland es participar en un festival de música.

Según su experiencia, “la gente ya compra sus entradas mucho antes de que se anuncie el programa del festival. Por eso, más que los propios artistas es sobre todo lo kos lo que atrae al público”. Se refiere con ello a la socialización, a los conciertos al aire libre, a la comida que se ofrece, preparada con ingredientes locales allí mismo.

Pone como ejemplos el Ice Music, en invierno, o los estivales Pstereo, en Trondheim, Bergenfest, en la ciudad de Bergen, Øya, en Oslo; o Trænafestivalen, en las islas de Sanna y Husøya (Nordland).

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Si ya has decidido adoptar el kos como estilo de vida, aquí va una última pista: Det var kjempe koselig, algo así como “eso fue muy kos”, la manera en que se agradece una experiencia agradable y acogedora que nos hizo sentir ese placentero calor y que sirve tanto para el personal de un restaurante que nos ha proporcionado una cena encantadora hasta a los amigos con los que has pasado un buen rato charlando mientras bebías café y tomabas bollos de canela.

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