Dos siglos de historia a través de las fastuosas joyas de los Romanov

Una muestra en Ámsterdam exhibe más de 300 piezas de incalculable valor que retratan la alta sociedad rusa antes de la revolución bolchevique

Desde piezas de Fabergé, Tiffany y Cartier a suntuosos vestidos y retratos que suman miles de piedras preciosas pero también, y más interesante, que cuentan cientos de historias a lo largo de dos siglos y que retratan la vida y la moda en la corte rusa de los Romanov en San Petersburgo. Es lo que encontramos en la muestra ‘Joyas. El brillo de la corte rusa’ en Ámsterdam.

Un mensaje en su web lo avisa: el Hermitage de Ámsterdam permanecerá cerrado hasta el 7 de abril como parte de las medidas puestas en marcha por el país para frenar la expansión del coronavirus. ¿La buena noticia? Cuando abra nos espera todo el brillo de una de las colecciones de joyas más fascinantes del mundo.

La exposición muestra, a través de 300 joyas, vestidos y retratos, la vida de la alta sociedad rusa a lo largo de dos siglos

[Para leer más: Una de las mayores colecciones de joyas del mundo tiene nuevo hogar]

El brillo de la corte rusa

‘Joyas. El brillo de la corte rusa’ es el nombre de esta muestra que podrá verse, inicialmente, hasta el 3 de mayo, una vez se reanude la actividad habitual del museo.

Joyas, el brillo de la corte rusa. Foto Hermitage Amsterdam

Joyas, el brillo de la corte rusa. Foto: Evert Elzinga | Hermitage Amsterdam.

De la legendaria colección, que forma parte del Hermitage de San Petersburgo, un total de 300 piezas están ya en los Países Bajos y forman parte de una excepcional muestra comisariada por Carlo Wijnands y diseñada para potenciar el brillo de las miles de gemas.

Son las piezas que vistieron zarinas extravagantes y poderosas como Isabel y Catalina la Grande, zarinas, príncipes y otros personajes de la alta sociedad rusa próximos a la familia real.

En la colección podemos ver, por ejemplo, un ramo de flores realizado íntegramente en piedras preciosas para el que se emplearon 400 brillantes y 450 brillantes rosas, además de zafiros, rubíes, topacios y esmeraldas. Usado como broche o adorno de la cintura fue adquirida por la emperatriz Isabel, hija de Pedro el Grande.

Museo Hermitage San Petersburgo.

Foto: Museo Hermitage San Petersburgo.

El joyero de Catalina la Grande

También se expone el joyero de Catalina la Grande, una obra maestra que pesa tres kilos y que está trabajada con 400 piedras preciosas incluidos 26 rubíes y 24 esmeraldas.

Cartier, Lalique, Tiffany y, por supuesto, Fabergé, el joyero de la corte, son algunos de los grandes nombres que firman estas joyas.

Joyero de Catalina la Grande. Foto Hermitage San Petersburgo.

Joyero de Catalina la Grande. Museo Hermitage San Petersburgo.

Bienvenido al Gran Salón

El diseño de la exposición, como un Gran Salón, invita a soñar cómo serían esas fastuosas fiestas y bailes de la alta sociedad rusa en la corte de los Romanov. Diseñado como una “sala de baile”, el espacio nos recibe entre suntuosos vestidos -muchos de ellos tan actuales que podrían llevar la firma de Alexander McQueen por poner un ejemplo- y trajes de gala bordados con hilos de oro.

También paseamos entre los retratos de estos personajes y nos encontramos cara a cara con los protagonistas de esta época de grandeza sin igual hasta su colapso con la revolución bolchevique.

Ahí nos espera, con las manos en los bolsillos y las piernas cruzadas, el príncipe Konstantin Gortsjakov, de impecable bigote, ataviado con atrevidos pantalones de color azul. La pintura, obra Nikolaj Bogdanov-Belski a fines del siglo XIX o principios del siglo XX, refleja la indiferencia arrogante del príncipe pero también evidencia el estilo art nouveau introducido a finales del siglo XIX.

Retrato priÌncipe. Foto Hermitage Amsterdam

Nikolaj Bogdanov-Belski, Retrato del Príncipe Konstantin Gortsjakov, finales del siglo XIX, principios del XX.

En otro retrato del mismo artista vemos a la princesa María Abamelek-Lazareva sentada en una silla, en una postura perfecta, con un vestido de noche cuajado de lentejuelas que no desentonaría hoy en la más exquisita alfombra roja.  

Secretos de príncipes y zarinas

La visita nos conduce después a través de diferentes escenas donde admirar el tocador, la historia de príncipes y princesas, celebraciones como las bodas, la vida y hasta el erotismo que se vivía en palacio.

Retrato Inna Regentova. Foto Hermitage Amsterdam

Nikolaj Bogdanov-Belski, Retrato de la princesa Maria Abamelek-Lazareva, 1900-01.

Pero hay más; a través de la muestra encontramos también joyas misteriosas y cargadas de simbolismo, que esconden secretos sobre apasionados romances o amores prohibidos.

Porque las joyas son mucho más que piedras preciosas.

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