Village de Islington: el barrio de los murales vivos de Toronto

Devorada por la ciudad, la antigua comunidad de Islington ha logrado preservar su esencia histórica a través de una exquisita colección de arte urbano

Al visitar Toronto, siempre están a mano los imprescindibles como subir a las panorámicas vistas de la Torre CN o aventurarnos hacia las cercanas Cataratas del Niágara. Pero más allá de los lugares más populares, Toronto atesora un paraíso de color para los amantes del arte urbano que buscan apreciar trabajos bien hechos.

Para hablar de esta zona artística en Toronto hay que retroceder a sus orígenes cuando la Village of Islington se llamaba Mimico (su fundación data de 1814). En aquella época la Dundas Street era la ruta principal entre York y la parte más occidental de Canadá. De esta manera, se convirtió en una parada indispensable en ambas direcciones.

Lejos de perder su esencia, Islington ha logrado conservar sus raíces y las muestra a través de enormes muestras de arte urbano

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Lo que para entonces era un pueblo algo lejano, en la actualidad ha sido absorbido por Toronto, la gran ciudad que lo rodea.

Lejos de perder su esencia, su encanto original está siendo capturado en una serie de murales a lo largo de la calle Dundas que invitan a conocer su historia a través de un agradable paseo que nos permite apreciar fantásticas obras plagadas de detalles milimétricos que parecen fotografías a gran escala.

 

Vídeo de TheHappySeeker.

Un proyecto artístico con sentido

La oficina de Mejoras de Negocios de Islington (BIA) es la encargada de pilotar este proyecto sin fecha de caducidad. Entre los objetivos están hacer la ruta atractiva y libre de grafitis sin sentido, ya que pretenden que los murales recuerden y preserven la rica historia de la comunidad.

Tanto es así que en el año 2004 comenzaron a designar fondos de los impuestos locales para invertir en los murales al aire libre que representan ciertos capítulos o costumbres del viejo Islington.

John Kuna, Sarah Collard y el colectivo Arts Etobicoke son los artífices de la mayor parte de estos murales

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Los mejores metros cuadrados del barrio

A la fecha de esta publicación conviven 28 obras de arte público que cubren más de 7600 metros cuadrados.

Muchos de los murales fueron pintados por John Kuna, aunque algunos de ellos también por Sarah Collard y Arts Etobicoke, esta última es una institución establecida en 1973 para dar voz a los artistas locales, un lugar para ver lo que se cuece en sus instalaciones.

The Faces of Islington (2013). Foto de Bo Saldaña
The Faces of Islington (2013). Foto de Bo Saldaña.

Kuna, por su parte, nacido en la exChecoslovaquia, de donde llegó a la edad de 11 años, ha plasmado su talento en un total de 23 murales, siendo el más antiguo el de The Way We Were, Islington – 1900’, culminado en 2005.

Hoy en día sus obras se pueden ver en varias instalaciones públicas y colecciones privadas en más de 40 ciudades de Canadá, Estados Unidos y Europa.

Arduo trabajo tras bambalinas

Aunque quizás nos seamos conscientes, cada mural lleva una inversión de tiempo entre 300 y 400 horas de trabajo. Se encuentran repartidos en unas cinco calles pequeñas a lo largo de la Dundas St y están pintados en su mayoría en los laterales de los edificios.

Timeline, Islington then and now (2009). Foto de Bo Saldaña
Timeline, Islington then and now (2009). Foto de Bo Saldaña.

Murales destacados

‘The Way We Were, Islington – 1900’ (John Kuna, 2008): el viejo Islington Hotel se ve en este mural que muestra a Islington en 1912.

El cobertizo donde se alojaban los caballos se puede distinguir en primer plano y la carnicería Clayton a unos pasos del hotel. Este mural es parte de unos cuantos que reviven de cómo era la calle de la ciudad hace más de 100 años.

‘Gordon’s Dairy’ (John Kuna, 2008): retrata un episodio importante de la vida cotidiana en Islington, cuando los camiones de leche de los años 40 entregaban productos lácteos a diario a los hogares. La lechería estaba en un edificio que tenía azulejos amarillos en el exterior y tenía adentro un mostrador de alimentos.

‘The Manse Committee’ (John Kuna, 2010): uno de los murales más singulares está en el costado del edificio que sirvió de espacio para la Iglesia Metodista de Weslyan.

Kuna lo pintó de una manera que parece el muro exterior original, de modo que permite observar el interior como pudo haber sido en 1888.

The Way We Were, Islington 1900 (2005). Foto de Bo Saldaña.
The Way We Were, Islington 1900 (2005). Foto de Bo Saldaña.

En la escena se ve al Pastor sentado en la mesa mientras un comité de mujeres de la iglesia inspecciona la casa con guantes blancos para garantizar la limpieza del lugar.

Dónde comer en Islington

Es muy probable que, tras un completo paseo de los murales, el apetito llame a la puerta, así que te ofrecemos algunas sugerencias.

Sin ir muy lejos, en la 5090 Dundas St West, nos espera John’s Fish ‘n’ Chips, un pequeño restaurante especializado en deliciosos pescados y patatas fritas, así como otras delicias marinas que combinan perfectamente con un maridaje de los vinos de calidad que ofrecen en su cuidada carta.

Fish and Chips con ensalada. Foto de John's Fish 'n' Chips.
Fish and Chips con ensalada. Foto de John’s Fish ‘n’ Chips.

Si estamos buscando algo rápido podemos inclinar la balanza por su Lunch Special que finaliza a las 15 horas.

Otra de las propuestas, St. Jame’s Gate, está en la 5140 Dundas St West. Se trata de un restaurante y pub orgulloso de su verdadera hospitalidad irlandesa donde podemos deleitarnos con buenas cervezas de barril, Martini, vinos y una interesante colección de whiskeys.

Además, comida de calidad cuya especialidad más aclamada son los sándwiches caseros.

Comida irlandesa. Foto de St Jame's Gate
Comida irlandesa. Foto de St Jame’s Gate.

Cómo llegar a Islington Village

En coche: la distancia entre el centro de Toronto e Islington es de unos 15 kilómetros, trayecto que se puede cubrir fácilmente en un viaje aproximado de 16 minutos.

En transporte público: la estación del metro más cercana es la Islington Station, una vez allí hay que caminar un kilómetro hasta llegar a la Dundas Street para iniciar la ruta de los murales de la Village de Islington.

 

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