Viaja por el mundo y elige tu manera de celebrar el Año Nuevo

Costumbre insólitas, comidas que parecen infinitas, abrazos, bailes y besos. Los festejos por el Año Nuevo son un carrusel de alegría

Adiós 2019, hola 2020. El nuevo año ya llegó a rincones remotos como las islas Kiribati, en el Pacífico Sur, pero a un par de miles de kilómetros de distancia, los atolones deshabitados de Alofi, Baker y Howland, en la Samoa Americana (EEUU), serán los últimos rincones en despedirlo.

Nochevieja y Año Nuevo en el mundo occidental son dos caras de una misma moneda solamente separadas por doce campanadas de relojes universales como el Big-Ben de Londres o el de la Puerta del Sol de Madrid, o la bajada de la bola de cristal de Times Square en Nueva York.

De occidente a todo el mundo

En rigor esta celebración del 31 de diciembre y el 1 de enero se origina en la cultura cristiana en occidente. O sea, otras religiones como la islámica, la judía, la budista y la ortodoxa rusa celebran su nuevo año en otras fechas.

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Pero eso no es un problema para que la llegada del 2020 se celebre en todas las latitudes y culturas, para que países como Tailandia, Japón e incluso Dubái (con su récord Guiness de la mayor pirotecnia de año nuevo), celebren con entusiasmo esta fecha. 

El origen del año nuevo

En el Alto Imperio romano (que es de donde vienen la mayor parte de nuestras fiestas más populares, posteriormente sacralizadas) el Año Nuevo se celebraba en marzo cuando llegaba la primavera. 

Hasta la llegada del calendario juliano, el nuevo año llegaba en marzo

Julio César, en el 47 a. C., creó el calendario Juliano, en el que dedicó el día 1 de enero y el nombre del mes (janvier, januar, gener, january, gennaio, janeiro, etc) a Jano, el dios de las dos caras: la de las entradas que miraba hacia atrás, y la de los comienzos que miraba al frente.

En 1582, el papa Gregorio XIII dejaría asentada la fecha, para siempre más, con el calendario que lleva su nombre Gregoriano. 

Festejos en todo el mundo

El 1 de enero se celebra a lo largo del planeta con gran jolgorio y festejos, todos ellos muy parecidos: brindis con champagne o cava, o prosecco, cenas pantagruélicas, tirar confetti o serpentinas, reparto de besos, pirotecnia, música, bailes, alegría desbordada.

times square festejos

Cientos de miles de personas desafían al frío en Times Square.

Al margen de eventos universales como el Concierto de Año Nuevo de Viena (con obras de Strauss), o las pruebas de salto de Garmisch-Panterkirchen, en Baviera, en cada rincón se dan sus formas específicas, supersticiones, rituales y fiestas para despedir-saludar al Año Nuevo. 

España

Las doce uvas es la tradición por excelencia. Consiste en realizar una importante cena y comer, a las 12 de la noche, una uva formulando deseos, con cada con campanada de un reloj singular en cada lugar (principalmente el de la Puerta del Sol, en Madrid).

La tradición dice que quien no coma las 12 uvas con el final de las campanadas tendrá un año de mala suerte.

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Aunque ya está documentada en 1897, se cree que esta tradición se origina con fuerza en Elche, en 1909, cuando viticultores del alicantino Baix Vinalopó la idearon para vender una cosecha sobrante. 

madrid plaza sol

La Plaza del Sol es el epicentro de los festejos en Madrid. Foto: EFE.

En Barcelona existía y existe la tradición de que los niños buscasen por toda la ciudad el 31 de diciembre al hombre de las narices. Lo especial de este personaje misterioso, que solo se deja ver un día, es que tiene tantas narices como días en el año.

Argentina y Uruguay

La tradición exige (como en casi todos lados) despedir el año con fuego: por un lado pirotecnia y por otro muñecos de madera, tela y papel que se queman como un rito purificador para deshacerse de todo lo malo que trajo el año saliente. Por la misma razón se dejan abiertas las ventanas durante toda la celebración. Añadir que la ropa interior femenina esa noche es de color rosa.

En Oriente se suelen lanzar globos con velas en su interior. Foto: S. Hermann & F. Richter - Pixabay

En Oriente se suelen lanzar globos con velas en su interior. Foto: S. Hermann & F. Richter – Pixabay

Los platos tradicionales de una cena pantagruélica son el asado, el vitel tonné, la pavita rellena, sándwiches de miga y piononos. A las 12 se brinda con sidra o champán y se disfruta una mesa dulce con el pan dulce, turrones, y frutos secos.

Japón

Japón adoptó el calendario gregoriano estableciendo un periodo festivo que se inicia el 25 de diciembre y dura casi un mes. 

Allí se decoran los hogares con dibujos de bambú, ramas de ciruelo y ramas de abeto, que simbolizan la abundancia, la prosperidad y el amor. 

AÑO NUEVO         

Los días previos a la noche del 31, se celebran las Bonenkai, unas fiestas para despedir el año que duran varios días, y se visitan los templos pidiendo a las deidades que no falte felicidad y salud, al tiempo que se limpian las casas y se tira todo lo que es viejo para facilitar la entrada de lo nuevo. 

En Japón se decoran los hogares con dibujos de bambú, ramas de ciruelo y ramas de abeto

En Nochevieja se regalan tortitas de arroz de color blanco y rosa, que traen buena suerte y se cena sopa de fideos de trigo soba, símbolo de prosperidad, antes de acudir a los templos que hacen sonar sus campanas ¡108 veces!, la»Joya No Kane” para purificarse de los 108 deseos mundanos que causan el sufrimiento. Tras el repique se brinda con amazake, un licor caliente. 

Estados Unidos

La Nochevieja más famosa es la de Times Square, en Nueva York, en la que miles de personas se concentran apretujados en esa plaza, no muy extensa, y muchas horas antes de la medianoche, desde las 17:00.

[Para leer más: El mejor palco para recibir al Año Nuevo en Times Square]

La caída de la bola de Times Square es uno de los eventos más famosos del Año Nuevo.

La caída de la bola de Times Square es uno de los eventos más famosos del Año Nuevo.

La bajada de la cinematográfica bola de cristal desde lo alto de un emblemático edificio es el momento cumbre para desatar todas las celebraciones en el país, entre fuegos artificiales, el confetti, los juegos de luces y los gritos de alegría. Cuando la bola de Times Square ya está encendida la gente se da el beso de medianoche, como símbolo de amor.

Brasil

El mar es el epicentro de esta festividad que tiene sus orígenes en antiguos rituales orishas, sincretismo y santería.

La gente acude a las playas a ver los fuegos artificiales; muchos visten de blanco y saltan por encima de siete olas porque es dará suerte, también tiran flores al agua mientras piden un deseo.

En Copacabana dos millones de personas que provienen de todo Brasil acuden para ver como las «filhas do santo» (sacerdotisas africanas) encienden velas y echan al mar barquitos cargados de regalos y flores. Si el mar se los lleva es presagio de fortuna.

Italia

La «notte di Capodanno” se inicia con una cena en la que las lentejas cocinadas con cotechino, un embutido cocido, y muy a menudo acompañadas con puré de patatas o polenta, son un plato imprescindible, originario desde la Edad Media, para gozar de un año nuevo de buena suerte.

En Roma o Nápoles se tiran trastos viejos para romper con el pasado y comenzar una nueva etapa

Las mujeres reciben como regalo lencería roja, que les traerá suerte en el año que llega. Y en algunos lugares, más hacia el sur, como Roma o Nápoles se tiran trastos viejos por la ventana para romper con el pasado y empezar una nueva etapa. 

En Venecia, el fin de año más universal de Italia, hay la costumbre de besarse durante la Nochevieja en la plaza de San Marcos, al ritmo de las campanadas y de los fuegos artificiales.

Grecia

El 1 de enero también es el día en que se honra a San Basilio, patrono de los pobres. El plato principal de la comida es la Vasilopita, un pan dulce decorado con masa, bayas y frutos secos, con una moneda dentro: el afortunado que le toque será el más feliz en el nuevo año. Fue así como San Basilio, dice la leyenda, otorgó sus bienes a los más pobres. 

Los niños griegos, como pasa en Rusia, esperan sus regalos de Año Nuevo, procedentes del mismo San Basilio y no de Papá Noel. Los pequeños dejan sus zapatos junto a la chimenea durante toda la noche.

Rusia

La tradición de celebrar la fiesta el primero de enero apareció en Rusia hace tan solo tres siglos, cuando el zar Pedro I, el año 1699, emitió un decreto por el que se ordenaba celebrar el Año Nuevo el 1 de enero, como en occidente y con abeto incluido. 

Los rusos escriben los deseos para el Año Nuevo en un papel, lo prenden fuego y arrojan las cenizas a una copa de champán que se lo beben

Para los niños rusos, el Año Nuevo es como la Navidad para los niños europeos occidentales: el «Ded Moroz», el Abuelo del Hielo, una especie de Santa Claus o Papá Noel recorre el país repartiendo dulces, juguetes y muñecas matrioskas. Para conseguir estos regalos, los niños suelen bailar alrededor del abeto y recitando poemas al Abuelo del Hielo.

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Solo hace tres siglos que los rusos festejan el Año Nuevo el 1 de enero.

Es tradición de los rusos escribir en un papel los deseos para el Año Nuevo, una vez hecho esto se prende fuego al papel y se arrojan las cenizas sobre una copa de champán que muchos se beben para completar el ciclo.

Francia

Se reúnen familias y amigos y tras una opípara cena Réveillon de la Saint-Sylvestre, que se celebra el nuevo año, con tantos, abrazos, y con un beso bajo el muérdago para conseguir buena fortuna en el año que llega, mientras brindan con champán.

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Los parisinos sale masivamente a la calle para despedir el año, en un circuito que va desde a los Campos Elíseos, del Arco del Triunfo a la plaza de la Concordia, llevando consigo una (o más) botella de buen champán

Alemania

En Alemania y Austria, se juega al “Bleigießen”, una juego adivinatorio que consiste en fundir varias figuritas de plomo en un cucharón, tras lo que se pone el metal fundido en agua fría donde forma una rara silueta que hay que interpretar pues simboliza lo que espera para el futuro. 

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En la decoración de la mesa de fin de año se colocan las figuras de un deshollinador y un cerdito (símbolo de abundancia) con un trébol (símbolo de fortuna). 

Equipo de Bleigiessen Set Wikimedia

Equipo de la tradición alemana del Bleigiessen. Foto: Wikimedia

Es costumbre dejar en el plato, hasta después de la medianoche, algunos restos para asegurarse una bien surtida despensa durante el año nuevo.

A las 12 se brinda con champán en honor a San Silvestre, y se lanzan fuegos artificiales para ahuyentar a los malos espíritus. 

También se frota el deshollinador y la frente con ceniza para atraer la buena suerte y la salud, también se comen berlinas de mermelada con o sin licor y se regalan cerditos de mazapán.

Inglaterra

En el Reino Unido se celebran diferentes tradiciones dependiendo del lugar. En zonas muy rurales la gente acostumbran a visitar a familiares y amigos como símbolo de buena suerte y portan regalos como dulces, licores e incluso carbón como símbolo de bonanza para el nuevo año, accediendo a las casas por la puerta trasera.

El fin de año de Londres es un paradigma con varias opciones: concentrarse en Trafalgar Square, Picadilly Circus, o ante el Big Ben. A medianoche la gente entrelaza sus brazos y cantan al unísono una tradicional canción escocesa titulada el «Auld Lang Syne” mientras se besan, en muchos casos sin llegar a conocerse.

Escocia

En la Escocia rural, el fuego, las velas y las hogueras son propias en Año Nuevo, en un antiguo ritual de la purificación por el fuego propio de todos los pueblos celtas, también en Irlanda y la Isla de Man. 

El Año Nuevo o Hogmanay se celebra así: los lugareños prenden fuego a un barril y lo hacen rodar por las calles envuelto en llamas; dicen que ello facilita una buena entrada del año.

En Escocia los lugareños prenden fuego a un barril y lo hacen rodar por las calles envuelto en llamas

En Escocia existe también una tradición celta conocida como «first footing», según la cual la primera persona que entre en la casa el primer día del año determina la suerte de la familia durante los meses siguientes. Lo ideal para ser muy afortunados es que entre un hombre moreno, y mejor si es guapo.

Irlanda

Cuando llega el año nuevo se tiran trozos de pan contra la pared para ahuyentar la mala suerte, y traer el buen humor a la familia. Ese día no debe cerrarse ninguna puerta de la casa, para que los muertos puedan acceder a celebrar esas fiestas tan especiales.

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Además, como en Escocia, la primera persona que entre en la casa debe de ser un hombre, moreno y alto para traer prosperidad al hogar, nunca una niña pelirroja (bastante común en la isla), que atraerá la mala suerte.

Noruega

La tradición culinaria es consumir unas costillas de cordero en salazón conocidas como “pinnekjøtt» y “peppercakes», galletas típicas de navidad a base de canela y gengibre.

En su menú está el tradicional aguardiente y los platos a base de pescado en salazón, salmón y gachas de arroz, nada que no se pueda encontrar en la vecina Suecia. El día de fin de año, tras las campanadas, cada familia sale al jardín a tirar petardos y fuegos artificiales, como en el resto del mundo.

Dinamarca

La cena de fin de año se basa principalmente en bacalao, tal y como dicta la tradición. La entrada del Año Nuevo implica saltar con todas las fuerzas en la silla en la que se está cenando, cuando suena la primera campanada del reloj del Ayuntamiento de Copenhague.

En Dinamarca la gente suele saltar en la silla por cada campanada y rompe la mayor cantidad de platos posible

Pero la tradición de siglos de historia, la más danesa supone arrojar contra el suelo (al estilo griego o ruso) o contra las puertas de las casas de los amigos la vajilla de la cena de Nochevieja.

Cuantos más platos haya rotos, mejor: mucha vajilla destrozada equivale a tener muchos (y muy buenos) amigos.

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