Turismo singular: de microempresas monásticas al ‘dragón’ de la Conca

Poblet conserva o, quizá mejor dicho, reinventa el concepto de austeridad monástica que en otros lugares monumentales parece haberse perdido; además, nos encontramos instaladas ofertas eno-gastronómicas.

Situarse en Poblet, en la Conca de Barberà (Tarragona), y convivir con la comunidad monástica con sus usos, costumbres y reglas es una experiencia única. El pequeño municipio conserva o, quizá mejor dicho, reinventa el concepto de austeridad monástica que en otros lugares monumentales parece haberse perdido.

Las estrictas reglas hacen que sólo a los hombres les sea permitida la convivencia en el seno de la comunidad. A pesar de ello, hay un buen hotel al lado, que sin las disciplinas de horarios y las restricciones de género puede servir para hacer un horario a la carta. Siempre que se pueda, la conversación con alguno de los monjes es una recomendación espiritual. Máxime cuando te puedes encontrar con personajes como el Prior, doctor en física cuántica.

Al salir de esta microempresa monástica, sin ánimo de lucro, nos encontramos instaladas en antiguas granjas del monasterio sendas ofertas eno-gastronómicas y turísticas.

Granjas hotel con singularidad

En Riudabella, reconvertido en castillo medieval de inspiración romántica por sus antiguos propietarios, de una estirpe de fabricantes de Barcelona, encontramos ahora una oferta de gastronomía singular en un marco único. Los últimos descendientes de la estirpe, un catalán y una holandesa, ofrecen una cocina centrada en la cocción de carne en el horno y la degustación de vinos de la zona. En otra antigua granja, Milmanda, también reinventada como castillo por los nuevos propietarios que accedieron tras la desamortización, ahora una empresa, en este caso no precisamente micro, Torres, ofrece visitas y degustaciones.

Siguiendo con las estirpes familiares, Gonzalo Gil, hermano del propietario de Riudabella, con Laly Puig gestiona desde hace tiempo una microempresa de turismo activo en l’Espluga de Francolí: Drac Actiu. Está especializada en diferentes servicios de actividades, combinando deporte, esparcimiento, salud y cultura. Organiza actividades guiadas deportivas y de naturaleza, pensadas a medida para grupos, familias, jóvenes y niños como el senderismo, el tiro con arco, las excursiones en quads, juegos en diferentes entornos… También realiza tareas de dirección de actividades extraescolares, monitorización y de socorristas acuáticos en diferentes ámbitos.

Responsabilidad social en turismo

Y siempre, todo ello, con un concepto actual de responsabilidad social: promover el uso seguro y responsable de todos los servicios que ofrecen; manual de gestión; política ambiental; reciclaje de los residuos; sistema de valoración para conocer la satisfacción de los clientes; sistema para evaluar la formación realizada… Una microempresa, de nuevo, mimetizada en el territorio y que parte de la base de su estimación.

Una vez en la zona, puede completar la estancia con la visita imprescindible al museo de la vida rural de Cataluña, que tras su remodelación, a cargo de la Fundación Carulla es el MUSEO (sí, con mayúsculas) etnográfico de la Cataluña rural.

Cerca, la villa de Montblanc donde su alcalde, toda una tradición local, Pep Andreu, es uno de los principales prescriptores del territorio, empezando por su villa, que casi ha culminado un complejo proceso de restauración de las murallas, el convento de Sant Domènec y ahora la cooperativa, donde irá instalada una zona de degustación de los vinos de la comarca. Entre ellos, los de cavas Andreu –muy especializada en rosado– o el de la bodega Foraster, otra de las de renombre de la comarca.

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