La Sierra de Guara en 5 experiencias que no te puedes perder

Caminar por una fortaleza de origen árabe, descender por cañones de aguas turquesas o localizar pinturas rupestres son algunos de los planes que te aguardan en la Sierra de Guara (Huesca)

Alquézar. Foto: Siggy Nowak | Pixabay.

Entre las estepas del Ebro y los Pirineos y con más de 80.000 hectáreas, el Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara es el espacio natural protegido más grande de Aragón. Aunque habitado desde el paleolítico superior, sus profundos barrancos cincelados por la acción del agua aún guardan secretos: impresionantes cascadas, pozas de color turquesa, sifones, cuevas o pinturas rupestres que atraen cada año a aventureros de toda Europa.

La espectacularidad de sus paisajes salvajes, fruto de una compleja estructura geológica y, sobre todo, de la acción de dos elementos: cal y agua, tiene como protagonistas profundas y estrechas gargantas recorridas por ríos como el Flumen, Guatizalema, Vero, Mascún o Alcanadre.

Barrancos como el del río Balcés, con más de 20 km de longitud y desniveles de 800 metros, o la sima de la Grallera Alta de Guara, con una caída de 277 metros son algunos de los más buscados por los amantes de los deportes de aventura en la Sierra del Guara.

Sierra del Guara. Foto: Aichelle Altez | Unsplash.

Con profundos contrastes marcados por los climas mediterráneo y atlántico que le afectan, especies vegetales únicas en estas sierras y una abundante fauna, los paisajes conviven sin embargo con otros tesoros como las pinturas rupestres a lo largo del río Vero, declaradas Patrimonio Mundial por la Unesco, y pueblos como Alquézar, siempre en los ranking de las localidades más bellas de España. Los descubrimos en 5 experiencias imprescindibles.

1. Pasarelas de Alquézar

A los pies de un castillo de origen árabe del siglo IX (Al-Qasar), la localidad de Alquézar se derrama por la ladera sin dejar de vigilar sus puentes sobre el río Vero en su último cañón.

Además de visitar la intrincada red de callejuelas, hay que acercarse a la imponente Colegiata de Santa María la Mayor, que ocupó tras la Reconquista el inicial castillo islámico, y admirar su claustro románico, sus columnas pareadas y sus arcos de medio punto.

Alquézar. Foto: Siggy Nowak | Pixabay.

Además, sin casi salir del pueblo ya se puede disfrutar de los espectaculares paisajes de la Sierra de Guara, gracias a la Ruta de las Pasarelas (4 euros). Se trata de un itinerario de 3km que parte de la plaza Rafael Ayerbe, junto al Ayuntamiento y justo debajo de la Colegiata, baja al Río Vero por el Barranco de la Fuente y discurre por pasarelas aéreas, en algunos tramos colgadas sobre paredes verticales de los cañones.

Alquézar forma parte del sello de los Pueblos más bonitos de España y, sin duda, es uno de los más hermosos de Aragón

En el trayecto se puede (y se debe) visitar la Cueva de Picamartillo, una curiosa oquedad formada por la erosión del agua, el salto de Azud, antiguamente parte de una central hidroeléctrica y el cañón del Vero: un espectacular conjunto de rocas, oquedades, pozas y agua, el puente colgante y la plataforma Mirador del Vero, con panorámicas sobre el río, el barranco y Alquézar.

Pasarelas de Alquézar. Foto: Huesca La Magia.

2. Barranquismo en el Vero

El barranquismo comenzó a popularizarse en esta zona en los años 80 del siglo pasado. Muchos franceses y belgas llegaban atraídos por las descripciones del escritor, fotógrafo y explorador Lucien Briet, uno de los mayores pirineistas y conocedores de Sierra de Guara (por cierto, el pasado 4 de agosto se cumplían 100 años de su muerte).

Briet había recorrido la zona mucho antes, entre 1903 y 1911, dejando en sus escritos testimonio de las bellezas de los cañones del Vero, Mascún y Alcanadre, el valle de Rodellar o la garganta del Flumen y del Guatizalema.

Hoy son muchas las empresas de turismo activo que ofrecen actividades como descenso de cañones y espeleología y el barranco del Río Vero es sin duda el más famoso.

Foto: Turismo de Aragón.

Aunque no es difícil -no esperes encontrar complicados rapeles o grandes saltos-, se requieren un mínimo de habilidad y resistencia para superar los aproximadamente 8 km de recorrido entre Lecina y el puente de Villacantal, a los pies de Alquézar entre enormes paredes y acantilados grandiosos que esconden estrechas gargantas que atravesar nadando.

3. Cañón del Formiga

Aunque hay muchas opciones de barranquismo, nos quedamos con el cañón del Formiga, otro apto para casi cualquiera y muy muy divertido, con constantes saltos, rapeles, toboganes, sifones e inmersiones a lo largo del río.

Foto: Turismo de Aragón.

Con acceso desde la carretera que conduce a Bierge, pasado un puente y la llamada Cueva de Polvorosas, a lo largo del recorrido se pueden ver además buitres leoonados, halcones peregrinos, águilas, zuritas y vencejos, además de cabras salvajes.

Como brillante colofón, una hermosa cascada de 6 metros de altura.

4. Parque Cultural del Río Vero

El Parque Natural de la Sierra y Cañones del Guara se solapa con el Parque Cultural del Río Vero, un lugar mágico que guarda las pinturas prehistóricas del ciervo levantino de Chimiachas.

Pintura rupestre en el abrigo de Arpán. Foto. Turismo de Aragón.

Con más de 60 abrigos de arte rupestre, es un auténtico museo al aire libre que ofrece la oportunidad de admirar en un mismo lugar los tres estilos clásicos del arte rupestre europeo: paleolítico, levantino y esquemático.

Antesala de la cordillera pirenaica, el Parque Cultural del Río Vero cuenta con más de sesenta abrigos de arte rupestre que lo convierten en un verdadero museo al aire libre

Desde el Centro de Interpretación del Arte Rupestre de Colungo se realizan visitas (previa reserva) que transitan por hermosas sendas y caminos y dejan admirar paisajes únicos, además de algunas de las primeras obras de arte de la historia de la humanidad.

Parque Cultural del Río Vero. Foto: Turismo de Aragón.

5. Vía ferrata de la Virgen de Rodellar

Otra actividad imprescindible para aventureros pasa por recorrer una de las vías ferratas del Parque Natural de la Sierra y Cañones del Guara. Subiendo montañas a través de paredes verticales y avanzanado entre clavos, grapas, escaleras, cadenas, pasamanos y puentes tibetanos sin duda se descubre otra perspectiva del entorno.

Por su entorno, nos decantamos por la vía ferrata Espolón de la Virgen del Castillo, en Rodellar, que se ubica en lo alto del cañón del Mascún, rodeada de paredes de roca caliza.

Escalada en Rodellar. Foto. Turismo de Aragón.

Con 250 metros de longitud, asciende desde el cauce del río hasta la ermita por un característico espolón de roca poco después de la Surgencia de Mascún. Aunque cuenta con algunos tramos aéreos muy espectaculares, no se trata de una progresión complicada y finaliza con extraordinarias vistas sobre el barranco.

Es obligatorio el uso de material de seguridad homologado (casco, arnés, disipadores) y se recomienda ir acompañado por un guía titulado.

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