Shanghái construye la ópera del futuro

Mucho más que una ópera, la ciudad inicia la construcción de una nueva referencia que la sitúe a la vanguardia de la cultura en el mundo

Es la arquitectura, estúpido, podríamos decir adaptando la célebre frase de la campaña que llevó a Bill Clinton a la presidencia de los EEUU. De las bibliotecas a los aeropuertos, pasando por museos, teatros y rascacielos, el diseño de los edificios define la forma en que nos relacionamos entre nosotros y con el mundo. Ahora, más que nunca, descubrimos su poder.

Capaz de colocar una ciudad en la vanguardia, de fortalecer su influencia cultural, de atraer a nuevos públicos y de revolucionar la forma en que entendemos el arte, la arquitectura trasciende la misión de concebir simples receptáculos. Así, si la Ópera de Sídney logró situar a la ciudad en el mapa global, Shanghái se dispone a construir un nuevo referente que la coloque a la vanguardia de la modernidad y la cultura.

El estudio noruego de arquitectura Snøhetta firma el proyecto de la nueva Ópera de Shanghái

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Gran Ópera de Shanghái

El proyecto del estudio noruego Snøhetta, vencedor del concurso abierto por la ciudad, es mucho más que un edificio que aspira a atraer a nuevos públicos a través de representaciones de ópera tradicional y china, conciertos de música clásica y actuaciones más audaces y experimentales.

Ópera Shanghái. Foto Snøhetta.
Proyecto de la nueva Ópera de Shanghái. Foto Mir y Snøhetta.

Se trata de un diseño global que proyecta no solo la arquitectura, sino también el interiorismo y el paisajismo de toda la zona. Se desarrollará con el estudio de arquitectos ECADI, con sede en Shanghái, y las autoridades esperan que sirva para fortalecer la influencia cultural global de la ciudad y del país.

Entre sus trabajos, Snøhetta cuenta con proyectos como la Ópera el Ballet Nacional de Noruega, la Ópera de Busan (Corea del Sur) el Centro Isabel Bader para las Artes Escénicas (Canadá) y la renovación del Teatro Nanterre-Amandiers (París)

«La Gran Ópera de Shanghai es una progresión natural de nuestro trabajo anterior con el diseño de centros de artes escénicas», señaló el fundador de Snøhetta, Kjetil Trædal Thorsen.

En ella volcarán competencias y conocimientos adquiridos a través de proyectos como la Ópera y el Ballet Nacional de Noruega, la Ópera de Busan en Corea del Sur, el Centro Isabel Bader para las Artes Escénicas en Canadá y la renovación del Teatro Nanterre-Amandiers en París.

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Puro movimiento

La nueva Casa de la Ópera se construirá en el barrio Expo Houtan, ubicado en la zona ribereña del río Huangpu, y se concibe como un lugar público y abierto, con una distribución radial de los paisajes circundantes que garanticen un fácil acceso desde la ciudad.

Opera Shanghai panoramica. Foto Ópera Shanghái. Foto Snøhetta.
Ópera Shanghái panoramica. Foto Brick Visuals.                                                                                                        

De marcado carácter ecológico, el espacio está diseñado para hacer coincidir a los artistas y al público – visitantes globales y ciudadanos locales- bajo un techo compartido

De marcado carácter ecológico, el espacio está diseñado para hacer coincidir a los artistas y al público – visitantes globales y ciudadanos locales- bajo un techo compartido.

Su original forma, además, encarna el concepto de movimiento, con una superficie helicoidal del techo que evoca un abanico desplegable y captura el dinamismo de la danza y el cuerpo humano.

Al generar tanto superficie como espacio, los movimientos radiales del techo forman una escalera en espiral que conecta tierra y cielo generando un mirador con vistas hacia la ciudad y las orillas del río Huangpu.

Todo el proyecto gira en torno al concepto de movimiento, la danza y el cuerpo humano

Los movimientos en espiral y en abanico se replican en todo el proyecto y se extienden hacia el vestíbulo, los pasillos y los tres auditorios.

La propia identidad visual de la ópera hace también referencia a estos mismos movimientos, con un nuevo logotipo que recrea la imagen del abanico abierto.

Ópera de Shanghái interior. Foto Snøhetta.
Ópera de Shanghái interior. Foto Mir y Snøhetta.

Nuevos espacios de arte

El techo de ópera se convertirá en un escenario accesible y punto de encuentro, adecuado tanto para eventos a gran escala como para el flujo diario de visitantes.

Al acoger tanto lo colectivo como lo individual, la plaza se convertirá en centro neurálgico del espacio, y permitirá el acceso de los visitantes las 24 horas del día, los 365 días del año, generando un sentido de propiedad pública.

El techo de ópera se convertirá en un escenario accesible y punto de encuentro, adecuado tanto para eventos a gran escala como para el flujo diario de visitantes

Una serie de restaurantes, galerías, exposiciones, museos, centros educativos, bibliotecas y pequeños cines contribuirán a que la ópera se convierta en un destino popular.

El auditorio principal con capacidad para 2.000 personas se ubica en el corazón del edificio, e incorporará las soluciones técnicas más novedosas para lograr una acústica impecable.

Un segundo auditorio de 1.200 asientos ofrecerá un ambiente más íntimo para producciones de menor tamaño, y un tercero con 1.000 localidades y total flexibilidad en la distribución de asientos se convierte en el espacio idóneo para espectáculos más experimentales.

Interior Ópera de Shanghái. Foto Snøhetta.
Interior Ópera de Shanghái. Foto Mir y Snøhetta.

Delicada belleza

El exterior blanco del edificio contrasta con la suave seda utilizada en su interior. Los pisos principales y los interiores de los auditorios se construirán en madera de roble, teñida en diferentes tonalidades de rojo en las salas.

Amplios paneles de vidrio abrazan la luz natural del exterior durante el día y acogen los juegos de luces exteriores, generando asombrosas experiencias.

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