El road trip definitivo por Rioja Alavesa

Entre viñas, bodegas y copas, proponemos una escapada al corazón de una de las zonas vitivinícolas más hermosas del mundo

Al abrigo de la Sierra de Cantabria, a la que los lugareños achacan el microclima que hace diferentes –y magníficos- sus vinos, se extienden viñedos y villas medievales, murallas, pinceladas renacentistas y barrocas, dólmenes y olivos milenarios, iglesias góticas y templos del vino que adoptan formas sinuosas de titanio o que ocultan sus barricas bajo el subsuelo.

Ubicada a 60 kilómetros de Vitoria-Gasteiz y poco más de 15 de Logroño, quince municipios integran una comarca, con apenas 300 km cuadrados, que cuenta con 12.000 habitantes y 13.500 hectáreas de viñedos, así como más de 300 bodegas. Muchas de ellas han abierto sus puertas al enoturismo para mostrar al visitante sus encantos.

De ellas, un total de 61 se integran en la Ruta del Vino de Rioja Alavesa, el proyecto que articula los servicios y atractivos del destino, y que incluye, además de bodegas, hoteles, restaurantes, bares y todo tipo de empresas de servicios turísticos, incluyendo opciones de transporte como vehículos de alta gama con conductor y un original racimotrén.

Y, ahora sí, que comience el road trip.

Laguardia, capital de la cuadrilla

Una buena opción para recorrer la zona parte de Laguardia, la capital de la comarca (o cuadrilla, como se conoce administrativamente en Álava). Tras desperezarnos en alguno de sus buenos alojamientos, como el magnífico Hotel Villa de Laguardia, atravesamos las puertas de su muralla para transportarnos, como por arte de magia, a un mundo donde el tiempo parece haberse detenido.

Ruta del Vino de Rioja Alavesa

Laguardia es, sin duda, uno de esos pueblos de postal, con su muralla –mandada construir por el rey Sancho el Fuerte de Navarra– perfectamente conservada, sus casas solariegas y sus callejuelas, de típico trazado medieval, que nos incita a imaginar antiguos hidalgos y caballeros, labriegos y viticultores que la habitaban siglos atrás.

A los extremos, las iglesias de San Juan Bautista y Santa María de los Reyes, que atesora un pórtico realizado en piedra a finales del siglo XIV que conserva intacta la policromía del siglo XVII.

Laguardia se encuentra totalmente hueca, horadada por cientos de cuevas subterráneas bajo las casas y que constituyen otra ciudad en el subsuelo; son los calados

Una ciudad subterránea

Sin embargo, su mayor secreto no está en el exterior, sino en el subsuelo. Laguardia se encuentra totalmente hueca, horadada por cientos de cuevas subterráneas bajo las casas y que constituyen otra ciudad en el subsuelo. Son los calados, antiguamente conectados entre sí, quizás para huir de los invasores, quizás para almacenar grano y, más adelante, para elaborar vino.

Entre los calados subtérraneos de Laguardia, merece recorrer los de Casa Primicia y la Bodega el Fabulista, donde se puede realizar una visita teatralizada con el propio Félix María de Samaniego 

Muchos de ellos siguen hoy en activo y forman parte de establecimientos públicos o privados. Merece la pena pasear por los de Casa Primicia, el edificio civil más antiguo, donde se recogían los diezmos y primicias, y Bodega El Fabulista.

Este último, ubicado en un palacio que fuera propiedad de la familia del conocido escritor de fábulas Félix María de Samaniego, es una de las dos únicas bodegas que aún elaboran vino dentro de las murallas de la localidad. Con originales visitas enoturísticas, algunas teatralizadas con el propio fabulista. Si lo visitamos en el momento justo, podremos participar incluso en el pisado de la uva.

Centro Temático del vino Villa Lucía. Laguardia.
El Centro Temático del Vino Villa-Lucía ofrece una aproximación a la cultura vitinvícola en la zona.

Además, Laguardia es un lugar fantástico para dejarse seducir por la gastronomía en su cuidada oferta de restaurantes y bares de vinos o, como hacen los laguardienses, para salir de poteo y disfrutar de excelentes pinchos en lugares como Hiruko, El jubilado, Velar, Doña Blanca y La Tertulia.

Otra parada interesante en la localidad es el Centro Temático Villa-Lucía, un museo interactivo donde obtener una aproximación a la elaboración del vino en la zona, así como disfrutar de una experiencia inmersiva en 4D llamada En tierra de sueños, premiada en un total de 17 festivales internacionales de cine y turismo.

Hora del vino

Con la cabeza llena de conceptos como maceración carbónica, tempranillo, roble francés, taninos, fermentación maloláctica, crianza o despalillado, toca poner en práctica lo aprendido con una copa entre manos.

No es bodega sino balneario y hotel la magnética creación de Frank Gehry para Marqués de Riscal, tocada con ondulantes láminas de titanio que recrean los colores del vino

En los alrededores de Laguardia encontramos excelentes bodegas para ello, desde las más tradicionales, regentadas por terceras o cuartas generaciones de bodegueros, hasta las más vanguardistas, ultramodernas construcciones de formas sinuosas cuya arquitectura es un atractivo más.

Entre ellas destaca Ysios, y su cubierta ondulante a imagen y semejanza de la Sierra de Cantabria, con el sello de Santiago Calatrava; Viña Real, con forma de gigantesca tina de vino proyectada por el arquitecto francés Philippe Mazières, y Baigorri, en Samaniego, grandioso cubo de cristal enclavado sobre siete alturas obra del vasco Iñaki Aspiazu.

 

No es bodega sino balneario y hotel la magnética creación de Frank Gehry para Marqués de Riscal, tocada con ondulantes láminas de titanio que recrean los colores del vino, y que enmarca una de las escenas más fotografiadas del vecino Elciego.

Campillo, Solar de Samaniego –y su fascinante proyecto Beber entre líneas-, Palacio, Mayor de Migueloa, Casa Primicia y Luis Alegre son otras de las bodegas interesantes de la localidad.

Explorando la Ruta

En los alrededores de Laguardia merece la pena explorar Elciego, con un gran patrimonio arquitectónico, tanto en edificios civiles como religiosos, y bodegas como Valdelana, con una interesante propuesta de enoturismo que incluye un museo etnográfico y un túnel de los sentidos.

De allí nos desplazamos a Lapuebla de Labarca, una villa que debe su nombre a una barca que antaño cruzaba el río Ebro uniendo la Sonsierra del Reino de Navarra con el de Castilla y donde hoy se puede realizar un entretenido recorrido en kayak.

Lapuebla de Labarca.

Con previsión y organizando la parada, los más gourmet no deben perderse el restaurante Héctor Oribe, en la diminuta localidad de Páganos. El que seguramente es el mejor chef de la comarca ofrece una cocina actual, que bebe de la tradición y, especialmente, se nutre de productos de temporada, con muy buena relación calidad-precio.

En los alrededores, nos esperan las bodegas Torre de Oña, García de Olano y Eguren Ugarte, esta última con hotel cuyas habitaciones se abren a la sala de barricas y con algunas de las propuesta enoturísticas más originales, como el segway entre viñedos.

Samaniego

Otra parada indispensable es el pueblo de Samaniego. Con una ubicación transfronteriza que hizo de la localidad un importante puntal defensivo del Reino de Navarra, y un importante patrimonio histórico, cuenta también con uno de los miradores más emblemáticos de Rioja Alavesa, el Balcón de La Rioja, desde el que se divisa una vista panorámica de toda la comarca.

En Samaniego, y con el permiso de la citada Baigorri, merece la pena conocer la historia familiar de los bodegueros de Ostatu y dejarse impresionar por las novedosas técnicas de elaboración que emplea Remírez de Ganuza.

La villa de las bodegas

Seguimos hacia el oeste rumbo a Villanueva de Álava. Para entender la importancia de la industria vitivinícola de esta pequeña localidad de 8,5 kilómetros cuadrados y 317 habitantes, hay que saber que en el pueblo hay censadas actualmente 43 bodegas o, lo que es lo mismo, ¡una por cada 7,3 habitantes!

 

 

Utterly spoiled and it’s work ??

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La mayor parte son de pequeños productores cosecheros, que cultivan la vid y elaboran su propio vino, que conviven con otras de más tamaño y reconocimiento exterior como Luis Cañas, Izadi y Hermanos Frías del Val.

También aquí se alza una de las más originales propuestas de alojamiento del lugar: el hotel Viura. Formado por cubos caprichosamente superpuestos, que parecen brotar desde el centro de la tierra, y atravesado por grandes cristaleras que integran el paisaje exterior en sus instalaciones, es un establecimiento de lujo y que además apuesta por el desarrollo sostenible.

Labastida

En el extremo oeste de la ruta nos espera Labastida. La localidad, amurallada, cuenta también con bodegas subterráneas en las que se siguen elaborando preciados vinos, entre las que destaca Bodegas Tierra, con una visita que organizan los propios bodegueros, quienes nos hacen deambular por los calados originales del siglo XIV, perfectos para conservar, sin cambios de temperatura ni humedad, los vinos que elabora.

Labastida, Rioja Alavesa.

Próxima parada: la vendimia

Si bien la vendimia se produce, según la climatología, alrededor de octubre, las celebraciones en torno a este momento tan especial para las tierras dedicadas a la viticultura comienza mucho antes.

El próximo 16 de septiembre tendrá lugar, en la localidad de Elvillar, la Fiesta de la vendimia de Rioja Alavesa, un evento itinerante entre los pueblos que conforman la cuadrilla y que este año cumple su edición número XXV.

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