Qué escapadas podemos hacer cerca de Segovia

Monasterios, jardines reales, valles, ríos y villas medievales. Este otoño es hora de realizar un recorrido circular por los encantos de Segovia

Carretera a Sepúlveda. Foto JesúsCM – Flickr

Segovia es una de esas ciudades que justifican una rápida visita desde Madrid, donde se pueden ver atractivos como la catedral, el alcázar, la judería o contemplar el acueducto romano desde una terraza con unas tapas.

Pero en este caso proponemos un programa diferente, que es una escapada que se multiplica por cinco, siete o diez alternativas a pocos minutos de esta ciudad castellana.

Tomando en cuenta las sugerencias del libro ‘A una hora de…’ (Lonely Planet), vemos que joyas culturales, de naturaleza e históricas podemos encontrar cerca de Segovia.

Jardines de La Granja

A muy poca distancia, se encuentran los Jardines de La Granja del Real Sitio de San Idelfonso, una de las joyas patrimoniales de la realeza española más interesantes de la región.

El arquitecto René Carlier aprovechó la gran cantidad de agua de las montañas cercanas para crear estos jardines de estilo francés, donde brillan grandes fuentes como la de La Fama que se elevan hasta 40 metros de alto.

Jardines del Real Sitio de La Granja de San Ildefonso. Foto Ignacio Ferré Pérez – Flickr

Hay tres fechas en el año, el 30 de mayo, el 25 de julio y el 25 de agosto, donde se pueden ver todas las fuentes funcionando en simultáneo.

Y por supuesto, sin olvidar el fastuoso palacio construido para complacer a Felipe V, una muestra de la pomposidad monárquica del siglo XVIII, con el que el primer Borbón pensaba imitar a su abuelo Luis XIV de Francia.

Palacio de Riofrio

Girando hacia el sur está el Palacio de Riofrio, mandado a construir por Isabel de Farnesio, viuda de Felipe V.

Entre los sitios reales cerca de Segovia se encuentran el Palacio de Riofrio y los afrancesados jardines de La Granja

Palacio de Riofrio. Foto Jim Anzalone – Flickr

Rodeado por 600 hectáreas de abundante vegetación boscosa, hogar de buitres, pasó por décadas de abandono hasta que en los años ’60 se recuperó y se remodeló para recibir visitas. El lugar tiene una interesante muestra de enseres reales.

Senderismo en El Espinar

Si se continúa en dirección al sur, como quien va a visitar El Escorial, se llega a uno de los bosques de pinos más grandes y bonitos de España.

Es El Espinar, que se puede recorrer a través de seis rutas que transcurren a través de la Sierra de Guadarrama.

Paisaje de El Espinar. Foto Ayuntamiento de El Espinar

Algunos de ellos cuentan con carteles que detallan aspectos de la flora y la fauna de estos bosques serranos.

Iglesia de San Sebastián de Villacastín

Si se toma el auto desde el Espinar hacia el noroeste a pocos minutos se llega a Villacastín. Su iglesia de San Sebastián es conocida como la ‘catedral de la Sierra’.

Interior de la Iglesia de San Sebastián de Villacastín. Foto Wikipedia

Con tres naves, este templo gótico del s.XVI tiene un inmenso órgano barroco que no parece encajar con la sencillez de estos parajes.

Abadía de Párraces

Tras dejar atrás Villacastín se puede tomar un desvío a la Abadía de Párraces. Alrededor de este conjunto religioso creció un pequeño caserío, que junto con el claustro y el paisaje de la sierra conforma una bonita postal.

Abadía de Párreces. Foto Turismo de Segovia

Este edificio pertenecía a la orden de los Jerónimos, y se encuentra abrazado por un buen número de chopos y encinas.

Pedraza

Un pronunciado giro hacia el noreste, tras volver a atravesar Segovia, lleva a Pedraza, una villa medieval que parece detenida en el siglo XI.

Pedraza y Sepúlveda son algunas de las villas medievales que se pueden encontrar a una hora al norte de Segovia

El lugar cuenta con rincones para descubrir como la vieja cárcel, el Arco de la Villa, la Plaza Mayor y la iglesia de San Juan.

De tapas en la Plaza Mayor de Pedraza. Foto Lorenzo Martin Iglesias – Flickr

Aquí se ofrecen algunos de los mejores cochinillos asados, por lo que cabe advertir que es muy difícil pasear por el pueblo sin caer en la tentación que desprende el aroma de las brasas.

Sepúlveda

Un poco más al norte se encuentra el pueblo de Sepúlveda, que también vale la pena visitar. Allí hay un castillo con sus murallas y cuatro iglesias románicas como las de los Santos Justo y Pastor, San Bartolomé, Nuestra Señora de la Virgen de La Peña y El Salvador. Esta última, precisamente, es la más antigua de este estilo al sur del Duero.

Pueblo de Sepúlveda. Foto Raul AB – Flickr

En esta villa son famosas las dulces creaciones de la Pastelería El Castillo, como la trenza de San Miguel, los petit choux y los dulces navideños. Se la encuentra en la Plaza de España.

Hoces del Duratón

Aguas abajo de Sepúlveda se llega a uno de los parajes naturales más bonitos de la región.

Son las Hoces del Duratón, un cañón formado por ese río afluente del Duero, donde algunas paredes llegan a los 100 metros de altura.

Vistas de las Hoces del Duratón. Foto Miquel González Page – Flickr

Entre los meandros se pueden divisar un gran número de aves como buitres. Además allí hay numerosos vestigios históricos, desde pinturas rupestres a la ermita de San Frutos.

Valle del Tabladillo

Al norte hay otro paraje natural de visita recomendada. Es el valle del Tabladillo, donde se pueden ver antiguas minas de yeso que sirvieron para construir el Real Sitio de San Idelfonso.

Vista aérea del Valle del Tabladillo. Foto Ayuntamiento Valle del Tabladillo

En los pueblos cercanos se pueden ver las balconadas y entramados de adobe que proviene de la influencia de antiguos residentes de Asturias y Cantabria.

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