Por qué el Alentejo es el destino perfecto para estas vacaciones

Playas paradisíacas y atardeceres mágicos, deportes de agua, gastronomía, hoteles increíbles... la pregunta es qué no tiene la región portuguesa del Alentejo para convertirse en el verano de nuestra vida

Idílicas playas desiertas de Comporta, en el Alentejo. Foto: Getty Images.

Literalmente ‘más allá del Tajo’, el Alentejo es la región más grande de Portugal y, pese a que aún es bastante desconocida, también uno de los destinos más completos, ideal para eso que llamamos slow travel.

Es cierto que desde que Madonna se aficionó a pasear por la playa de Comporta a caballo su fama se disparó y son muchos, de cantantes a diseñadores, políticos e influencers, los que se han aventurado a descubrir sus arenales salvajes y pueblos de ambiente relajado, sus paisajes salpicados de arrozales, sus olas atlánticas perfectas para surfear y las costas dulces de sus lagos y ríos.

Sin embargo, incluso en julio y agosto sus extensas playas distan mucho de estar masificadas. Y eso las zonas más conocidas.

Sin necesidad de adentrarnos en ciudades del interior como Évora, Arraiolos, Monsaraz, Estremoz, Marvão y Castelo de Vide -perfectas para un roadtrip en busca de herencia romana, castillos medievales, imponentes murallas y artesanía multicolor-, los cerca de 140 km de costa alentejana aguardan con un inacabable abanico de propuestas en clave veraniega, que van de kilométricos arenales y actividades náuticas a pueblos blancos encaramados a acantilados y de tradición pesquera.

Praia da Comporta. Foto: Turismo del Alentejo.

Las resumimos en estas 10.

1- Surf en las mejores olas de Europa

El océano Atlántico es famoso por sus grandes olas, muy populares entre los surfistas, convirtiendo a Portugal en el mejor destino para practicar surf de Europa.

Al oeste de la región alentejana, en el distrito de Sétubal se encuentra Comporta, que ofrece magníficas playas para practicar este deporte y disfrutar de la experiencia de cabalgar las olas.

Surf en Comporta. Foto: Turismo del Alentejo.

2- Playas salvajes

De sur a norte, desde la punta de Troia hasta el cabo de Sines, el menú de las playas se vuelve interminable en la costa del Alentejo: Alteirinhos en Zambujeira do Mar, Furnas en Vila Nova de Milfontes, la playa de Almograve o Bico das Lulas en Troia son solo algunas de las más recomendables, pero hay muchas más.

Praia Zambujeira do Mar. Foto: Turismo del Alentejo.

3- Atardeceres dorados

Además de disfrutar en las playas entregadas al hedonismo de atardeceres que parecen no tener fin, el momento más mágico del día, cuando el solo colorea los azules atlánticos, lo es aún más desde los maravillosos acantilados en Cabo Sardão, paseando por los senderos que forman parte de la Ruta Vicentina. Es un lugar lleno de una energía especial que solo la naturaleza nos puede ofrecer.

Cabo Sardao. Foto: Turismo del Alentejo.

4- Playas fluviales

¿Quién dijo que la playa es patrimonio del mar? En el Alentejo existen también numerosas playas fluviales donde escapar del mundo.

No es difícil encontrar un lugar tan delicioso como solitario en la Quinta de Alamal, en Gavião. O en las playas de Mourão, Monsaraz y Amieira, en el gran lago de Alqueva, el mayor de Europa con 1.200 km de orilla y que en algunas zonas hace de frontera natural entre Portugal y España; Santa Clara, en Odemira; y Tapada Grande, situada cerca de la localidad de Minas de São Domingos, en Mértola.

Playa fluvial Tapada Grande. Foto: Turismo del Alentejo.

4- Kayak y piragüismo en el río Mira

Además del surf, el windsurf, el paddle surf o el submarinismo en el mar, otra forma de disfrutar del agua pasa por surcar las tranquilas aguas en kayak o canoa en la desembocadura del río Mira, cuyo nacimiento se encuentra en la sierra de Caldeirão, límite entre la región del Alentejo y el Algarve. Una actividad relajante y divertida que permite, además, conocer la flora y fauna del entorno.

Paddle Surf en el río Mera. Foto: Turismo del Alentejo.

5- Pueblos con buena vibra

La costa alentejana guarda también el secreto de unos pueblos blancos encaramados a acantilados y de tradición pesquera con pequeños puertos donde la actividad se realiza de forma lenta y tradicional.

Entre los más tranquilos encontramos Vila Nova de Milfontes, en el Parque Natural do Sudoeste Alentejano e Costa Vicentina, y en cuyo puerto, dicen, se refugió Aníbal y hoy acoge a muchos surfistas que lo llenan de buen ambiente. En su entramado de callejuelas y plazoletas -también tiene playa urbana- hay muchas opciones de restauración.

Vila Nova de Milfontes. Foto: Mario Rui Andre | Unsplash.

En el polo opuesto, Zambujeira do Mar, con una de las playas más conocidas del Alentejo, recortada frente a imponentes acantilados, y que se convierte cada verano en un multitudinario y bullicioso destino que acoge un famoso festival, Festa do Sudoeste (pospuesto a 2022).

6- Glamping

Hace tiempo que sabemos, glamping mediante, que el glamour y la naturaleza pueden perfectamente estar unidos.

También lo saben en Azenhas da Seda, uno de los proyectos más grandes de glamping de Portugal. En el entorno acuático de Ribeira da Seda, en Pavía (Évora), entre cascadas y bajo un manto estrellado se puede dormir en una enorme cama ubicada bajo una gran carpa.

Otra alternativa es Gavião Nature Village, situado cerca de la playa fluvial de Alamal, que ofrece 10 refugios construidos con corcho ecológico -el alcornoque y la producción de corcho son símbolos de la región- y 13 carpas totalmente equipadas.

Cabañas de corcho en Gavião Nature Village.

7- Dormir en una casa flotante

Entre los alojamientos más originales –y que además garantizan la privacidad y la distancia social- están las casas flotantes que ofrece el puerto deportivo de Amieira.

Equipadas con el máximo confort y con una terraza de 12 m2, son perfectas para disfrutar a la deriva en el lago Alqueva y maravillarte con la magia del entorno natural del Alentejo. ¿Lo mejor? Basta con un sencillo curso para manejarlas y no requieren de ninguna titulación para ser tu propio patrón.

Navegando por el gran Lago de Alqueva. Foto: Amieira Marina.

8- Los hoteles más chic

Si prefieres la tierra firme para tu alojamiento, también existen hoteles maravillosos. Nos quedamos con el Parque de Natureza de Noudar, Vila Galé Alter do Chão o el nuevo concepto de agroturismo que ofrece Xistos en el interior, o el Troia Design Hotel en la costa.

Sublime Comporta o Quinta da Comporta, que aúnan comodidad y naturaleza, se cuentan también entre los alojamientos más chic de la zona.

Parque de Natureza de Noudar.

9- Una región de sabor

La gastronomía alentejana es muy diversa y variada, y se asienta básicamente en productos locales.

Desde platos ligeros y veraniegos como la sopa de gazpacho al estilo alentejano –donde las verduras no se trituran, sino que se cortan en dados- al pescado preparado a la parrilla o en sopas, mariscos, açordas o sopas tradicionales alentejanas o los ya más contundentes migas con carne de cerdo, guisado de borrego, quesos, embutidos y dulces conventuais.

Gazpacho alentejano. Foto: Turismo del Alentejo.

10- Y de vinos

Con más de 22.000 hectáreas dedicadas al cultivo de viñas y alrededor de 250 productores, la viticultura y el enoturismo son actividades emblemáticas de la región.

Alentejo cuenta con ocho zonas Denominación de Origen: Évora, Granja/Amareleja, Portalegre, Borba, Redondo, Reguengos, Vidigueira, y Moura en las que se elabora una gran variedad de vinos blancos, tintos y rosados.

De vinos por el Alentejo. Foto: Turismo del Alentejo.

Para conocerlos, nada mejor que concertar una cata, por ejemplo, en la Asociación Ruta de los Vinos de Alentejo.

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