Poblenou: el barrio obrero con futuro 2.0

Inside Poblenou, del fotógrafo Darius Koehli refleja cómo el antiguo Manchester catalán se reconvirtió en un distrito de tecnología 2.0 y universidades

Pocos barrios de Barcelona tienen una transformación más radical en la última década que Poblenou. De ser la meca de la producción textil, luego metalúrgica y alimentaria, ahora busca su destino como eje de atracción de universidades, centros de innovación, centros de arte y empresas tecnológicas.

Es un barrio que siempre se fue transformando, pero su ritmo se aceleró en los últimos 30 años, desde las obras por los Juegos Olímpicos en 1992 y la realización del Fórum de las Culturas de 2004, hasta los planes para reformular los alrededores de Glòries y dar origen al 22@, proceso que todavía sigue en marcha.

Agrícola, industrial y de servicios

A vuelo de pájaro este era el antiguo Manchester catalán, aunque habría que viajar a tres siglos atrás para recordar el pasado agrícola y de manufacturas alimentarias.

El lente de Darius Koehli captura la transición que no cesa de Poblenou, del pasado agrícola e industrial a la tecnología 2.0

Las chimeneas son los únicos testigos de la explosión industrial desde fines del siglo XIX hasta la década del ’70. Pero hay otras fuentes, como las imágenes atesoradas por el Archivo Fotográfico de Barcelona, que se incorporan a la selección de imágenes del fotógrafo suizo Darius Koehli, que adoptó a Poblenou como su nueva patria chica.

taller de motos poblenou
En Poblenou sobreviven talleres de motos y coches.

Inside Poblenou, editado por el Ayuntamiento de Barcelona, no presenta un orden cronológico. Al contrario, juega con las mismas percepciones que tienen los vecinos y visitantes que transitan las calles del barrio: fábricas abandonadas comparten solares con otras reconvertidas en centros de arte (como La Escocesa), donde había una metalurgia ahora hay start-ups dedicadas a la producción de efectos visuales, y universidades como la Pompeu Fabra, la UPC o la de Barcelona se encuentran en antiguas plantas textiles o industriales.

Entre lo viejo y lo nuevo

Hay bloques de edificios de los años 60 que miran con recelo a los nuevos edificios de vivienda, más amplios y luminosos. Asimismo, los talleres de reparación de motos y las pequeñas metalurgias, con sus calendarios de chicas sin bañador y sus trapos engrasados, están calle de por medio con oficinas sin papeles, con lemas optimistas en la paredes y trabajadores con barba de leñador.

3. cableados
Las casas obreras en Glòries fueron derribadas en la reforma (que aún sigue) de la zona.

El lente de Koehli capta como la torre Agbar, luminosa por fuera y vacía por dentro, impera entre bloques de manzanas donde las torres de cristal emergen como creadas por un juego de estrategia.

Siempre en transición

En Poblenou todavía hay vecinos que salen a tomar el fresco en la Rambla, un restaurante con estrellas Michelin como Dos Cielos está a un par de pasos de bares españoles regentados por dueños chinos, los carriles bici conquistan día a día más asfalto y las grúas mantienen su presencia altiva como gigantes que siguen reconstruyendo este barrio.

Estas calles no dejan de cambiar, y para no olvidar lo que fue y hacia donde se dirige, conviene analizar el libro de Koehli, guardarlo un par de décadas, y volver a sacarlo a la luz para saber dónde quedó parado este rincón de Barcelona.

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Las oficinas 2.0 no tienen papeles, son luminosas y siempre conectadas.

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