Palma renuncia a sus orígenes turísticos

No la reconocerás. Palma ha renunciado a sus orígenes como patio trasero del 'sol y playa'. La capital mallorquina ha mutado a destino pijo, o a lugar perfecto para un 'city break'. Sus promotores presumen: la ciudad ya ni aparece en los catálogos de sol y playa.

Palma renuncia a sus orígenes turísticos. La capital mallorquina ha mutado de patio trasero de kilómetros de urbanizaciones de sol y playa a destino pijo perfecto para un ‘city break’. La transformación turística la resume Pedro Homar, director gerente de la Fundación Turismo Palma: «Ya no aparecemos en los catálogos de sol y playa«, explica a 02B.

Esta semana, Homar ha presentado el Estudio de competitividad sobre el destino Palma. La conclusión es palmaria: el 64% de los visitantes son repetidores, mientras que el 97% recomendaría el destino a un amigo o familiar. 

¿Qué se esconde tras este éxito? «Palma se ha reposicionado. Era un destino con fuerte dependencia de sol y playa. Una ciudad de visitas de un día cuando llovía y no se podía ir a la playa. Esto se ha acabado», anuncia Homar.

Hoteles y aviones

El cambio arrancó en 2012, con un Plan Estratégico. Su objetivo: que Palma dejara los turistas con chancletas y rivalizara –a cierta distancia- con Barcelona, Lisboa, Budapest, Praga y Ãmsterdam como destino urbano. Dicho y hecho. «En cuatro años han abierto dieciocho hoteles de alto nivel (foto inferior). La oferta alojativa ha subido de precio«.

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A la vez, el destino ha ganado más vuelos. «Este invierno, los movimientos en el aeropuerto de Palma aumentarán un 20,5%, y las plazas, un 15,5%. Habrá 36.000 movimientos del 1 de noviembre al 30 de marzo, la temporada baja». 

La apuesta por el turismo 365 días al año está dando frutos. «En mercados emisores secundarios (Francia, Suiza) crecemos a un ritmo del 20%. Y en los principales, Reino Unido y Alemania, confiamos en ganar más pastel», espera el directivo.

Fórmula ganadora 

El destino start-up o historia de éxito no tiene fórmulas mágicas. «Han trabajado las instituciones públicas, y han colaborado las empresas privadas». Un ejemplo: el Ayuntamiento permite la apertura de tiendas los siete días a la semana. Pronto, el domingo abrirá hasta el propio consistorio. «Palma es una ciudad viva los 365 días al año».

En paralelo, Mallorca como destino vacacional se ha beneficiado de las crisis en el norte de Ãfrica. «En la última feria de turismo de Londres, la World Travel Market, había una fuerte demanda por la isla», ilustra Homar. Poco importa. Palma no confía en su músculo costero, y espera consolidarse como destino urbano en sí mismo.

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