El oasis más elegante de Marrakech

Los jardines Majorelle, restaurados por Yves Saint Laurent, es un remanso de naturaleza y tranquilidad con construcciones de un azul intenso

Con justicia cromática se dice que Marrakech es la ciudad rosa. Pero uno de sus espacios naturales más bonitos, los jardines Majorelle, presentan un azul cobalto tan intenso que bautizaron a un color llamado, obviamente, ‘azul majorelle’.

Este espacio de 9.000 metros cuadrados fue creado por Jacques Majorelle, un pintor francés que se enamoró de Marruecos y de la cultura bereber, también llamada amazigh, los habitantes originales del norte de África antes de la llegada del Islam.

Un catálogo de naturaleza

Este artista, desde que se instaló en Marrakech en 1922, comenzó a plantar especies de todo el mundo para crear, más que un jardín, un santuario botánico. Estas se presentan divididas en grupos de cactus, palmeras, bambúes, plantas de jardín y acuáticas, un catálogo de naturaleza que ayuda a mitigar el intenso calor de este rincón de Marruecos.

Los 9.000 metros cuadrados de los jardines Majorelle son un oasis de naturaleza y cultura en construcciones art-decó

Esta relajación de la temperatura también se obtiene por las fuentes y canales que cruzan los espacios, otro de los parámetros de su diseño heredado de la cultura árabe.

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La decoración rinde homenaje a la herencia árabe. Foto: Jardines Majorelle.

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Y donde hay plantas y árboles, siempre hay aves, que otorgan un bonito hilo musical natural mientras se recorren los senderos donde el verde de las plantas contrasta con el azul intenso de las construcciones de estilo art-decó.

La llegada del rey Midas de la moda

El modisto francés Yves Saint Laurent, que se deslumbró con Marrakech en 1966, compró con su socio Pierre Bergé los jardines Majorelle en 1980, para evitar que caigan bajo los planes comerciales de las cadenas hoteleras.

En el otoño se combina el verde de algunas especies con las hojas marrones de otras, y en medio el azul majorelle de las construcciones

A pesar de sus intensas actividades creativas y empresariales ambas personalidades pusieron grandes esfuerzos en restaurar este espacio, que lo eligieron como vivienda y lo rebautizaron como Villa Oasis. Aunque están abiertos al público, los jardines siguen bajo la propiedad de los herederos de Yves Saint Laurent.

La época más recomendada

El otoño es una de las épocas ideales para visitar a este espacio verde, ya que además de las temperaturas más frescas hay que ver cómo los jardines se tiñen de marrón y ocre.

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El Museo Bereber tiene 600 objetos de este pueblo del norte de África. Foto: Jardines Majorelle.

En la visita también hay que conocer el interesante Museo Bereber, instalado en el antiguo atelier de Majorelle.

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Allí se presentan más de 600 objetos recolectados por Saint Laurent y Bergé en sus viajes por el Sahara, el Rif y otras regiones de Marruecos, que permiten aproximarse a la interesante historia de este pueblo que no entiende de conquistas ni fronteras.

Una merecida pausa

En las antiguas dependencias de servicio se encuentra el elegante Café Majorelle, un espacio ideal para tomar el té dulce con menta como se sirve en la región, y probar los dulces típicos del Magreb, para degustar en los salones con chimeneas ricamente decoradas o en el exterior rodeado de naranjos y buganvilias.

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Una pausa y un refrigerio en el café de los jardines. Foto: Jardines Majorelle.

Las herencias bereber y árabe, así como la influencia de Saint Laurent, también están presentes en los artículos que se venden en la tienda, muchos elaborados de manera artesanal por cooperativas locales y con materiales de alta calidad.

a.
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