La ruta de los oficios que (casi) nadie recuerda

¿Alguien recuerda haber trabajado como curtidor, arriero, papelero o alfarero? Varios museos cerca de Barcelona revelan cómo eran los oficios manuales siglos atrás

Museo de la Estampación

Hace un par de décadas, hablar de experto en big data o gestor de redes sociales entraba en el terreno de la ciencia ficción.

Pero así como surgen nuevas alternativas laborales también desaparecen otras, que quedan en la memoria de nuestros mayores y, por suerte, en varios museos comarcales.

Este es el caso de cinco museos cercanos a Barcelona, que mantienen el recuerdo de oficios que han pasado a la historia, pero que siempre conviene recordar para afianzar las raíces.

Esta es la ruta que ofrece la Diputación de Barcelona para descubrir una historia de trabajo y herramientas que no está tan lejana.

Museo del Arriero (Igualada)

En Igualada, a 60 kilómetros de Barcelona, se encuentra el Museo del Arriero, que recuerda cómo evolucionó el transporte de mercancías, como el ganado, a lo largo de la historia hasta que la llegada del ferrocarril primero y de los vehículos a combustión lo desterraron a la historia.

Antes de la llegada del ferrocarril y los camiones el oficio de arriero era esencial para el transporte de mercancías entre las comunidades

En el museo se puede ver cómo este oficio se relacionaba con otras tareas rurales, como los guarnicioneros, los toneleros o los carreteros.

Museo del arriero

Estas historias se pueden descubrir en una bonita masía del siglo XVIII, que también acoge una colección de carros, sillas, herramientas y arreos que esconde verdaderas joyas, como un carruaje de época barroca.

Museo de la Estampación (Premià de Mar)

¿Cómo hacían en los siglos pasados para tejer, crear motivos y producir telas en serie? El pasado de la industria textil, previo a la llegada del vapor, se puede conocer en el Museo de la Estampación, ubicado en la localidad costera de Premià de Mar.

Entre los oficios que se pueden descubrir están el de estampador, que se centraba en técnicas de repetición de motivos que ya se conocían en el siglo XVIII; el de tintorero, que trabajaba en los pigmentos naturales; el de tejedor, a partir del tacto de los diferentes hilos y la experimentación con la urdimbre y la trama; y el de grabador, especializado en la creación de moldes.

Curtiembre medieval (Granollers)

En Granollers, en el corazón del Vallès Oriental, se puede visitar los restos de la antigua curtiembre de Ginebreda, en el Museo de la Adobería, que data de épocas medievales.

Museo de la Adobería

Allí se puede entender cómo era la dura rutina de los artesanos de la piel para quitar los pelos o lanas de los animales, ablandar el cuero y teñirlo para que sea trabajado por otras manos maestras para elaborar prendas de vestir, tapizados o monturas.

El espacio también destaca la importancia de Granollers como núcleo de población que nació en un cruce de caminos y en el que, desde el siglo X, existe un mercado que es clave en la riqueza de la comarca.

Museo del Botijo (Argentona)

Argentona, un pueblo a 30 kilómetros de Barcelona, desde hace siglos mantiene una viva tradición en torno a la alfarería. Ya en la entrada se pueden ver grandes ánforas que recuerdan el oficio en torno a la cerámica.

La antigua tradición de la alfarería persiste en el Museo del Botijo de Argentona, donde las ánforas también se usan para decorar pasos viales y calles del pueblo

Museo de Botijo-Argentona. Foto Consorcio Costa de Barcelona-Maresme

Allí se encuentra un interesante Museo del Botijo, con una exposición permanente de cántaros, y la continua organización de muestras temporales, como la actual de cerámicas de Erik Schmitz.

En el museo se organizan talleres para adultos y niños, muestras monográficas y una Feria Internacional de Cerámica.

En ese evento anual se aprende a trabajar el barro, desde la extracción de la tierra hasta la cocción en el horno, pasando por el modelado en el torno manual y las técnicas de decoración muy diferenciadas. 

Museo Molino Papelero (Capellades)

A la vera del río Anoia, en la localidad de Capellades, el edificio del siglo XVII que acoge el Museo Molino Papelero es un viaje al pasado para conocer cómo se hacía siglos atrás para fabricar la materia prima para los libros.

En el edificio se concentra una importante colección de herramientas, documentos y máquinas relacionados con el oficio artesanal del papelero.

Museo Molino Papelero

Además es posible participar de los talleres para recrear este oficio que sobrevive en manos de pocos expertos.

a.
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