Montevideo tras las huellas de Mario Benedetti

En el año en que el gran Benedetti cumpliría 100 años recorremos Montevideo y observamos sus barrios a través de los ojos de este uruguayo universal

“Al sur, al sur, está quieta/ esperando/ Montevideo…” dejó escrito Benedetti sobre la ciudad de la que él mismo es un icono universal. Hoy esa ciudad al sur del sur, tan bella como seductora, tan bohemia como vanguardista, está sin embargo más viva que nunca y se abre a los visitantes con novedosas fórmulas como las rutas virtuales que nos llevan a los lugares por los que inspiraron a Benedetti; los mismos que aparecen en novelas y poesías; los mismos que le vieron escribir, vivir y amar.

El 1920, un 14 de septiembre, la ciudad veía nacer a al escritor, poeta, dramaturgo y periodista Mario Benedetti, uno de los exponentes de la generación del 45. También le vería morir, 89 años y más de 80 obras después, en muchas de las cuales laten plazas y cafés, ramblas y parques, asados y tangos.

De la Ciudad Vieja a la Rambla y de Cordón a Punta Carretas las huellas de Benedetti están impresas en multitud de rincones de Montevideo

Así, si en sus primeras novelas recrea la agitación urbana de Centro y la Ciudad Vieja, un lugar herido por la represión desde el exilio madrileño y una ciudad transformada a su vuelta, lo cierto es que la capital uruguaya está siempre presente en su obra.

Retrato de Benedetti. Foto FundacioÌn Mario Benedetti.

Retrato de Benedetti. Foto: FundacioÌn Mario Benedetti.

Es por eso que muchos habrán leído Montevideo mucho antes de conocerla. Y por eso que reconocerán tantos rincones en la guía diseñada por la Fundación Benedetti -guardiana de su legado- que, ahora, en su centenario y en colaboración con la Intendencia de la ciudad, salta al plano virtual convertida en seis rutas que mezclan poesía y tecnología para un viaje que, como el propio Benedetti, no deja a nadie indiferente.

Las nuevas rutas virtuales tejen itinerarios que entremezclan lugares que existen y dejaron de existir, todos ellos vinculados a datos biográficos de Benedetti o sus personajes, que entremezclan la historia y las anécdotas de cada rincón

[Para leer más: Montevideo, un viaje a la capital ‘slow’]

Símbolo de la ciudad

Mezcla de orígenes españoles y portugueses, enriquecida por la inmigración europea y la influencia del resto del continente y con 300 años de antigüedad, la Montevideo de Benedetti se recorre en itinerarios a través de Ciudad Vieja, Centro, Cordón, Capurro y Prado, La Aguada, Parque Rodó y Punta Carretas.

Así, y a través de material audiovisual, escritos del autor, datos biográficos y anécdotas sobre la ciudad, las rutas, disponibles a través de una web y una aplicación para móviles, exploran la profunda relación del autor con Montevideo.

Interior del Teatro SoliÌs. Foto EFE.

Interior del Teatro SoliÌs. Foto: EFE.

Ciudad Vieja

En la Ciudad Vieja, antigua fortificación española de herencia colonial y salpicada de pequeños y coquetas librerías, anticuarios y cafés, este especial paseo nos lleva Las Misiones, con su fachada verde, el mismo lugar que aparece en la novela La Tregua “Estuve en el café de Veinticinco y Misiones […] “Tengo que hablar con ella”, pensé, “por lo tanto tiene que aparecer” […] Hasta que, de ponto, el milagro se hizo.

Inaugurado en 1856 y principal teatro de Uruguay, el Solís aparece en el obra ‘Gracias por el fuego’ de Benedetti

La peatonal Sarandí y la Plaza Constitución, en la misma obra, el Teatro Solís, que aparece en Gracias por el fuego, la calle Washington, presente en Corazonadas, el Mercado del Puerto, que cita en Andamios ligados al exquisito churrasco, o el Restaurante Nueva Bolsa, en La borra del café, son algunas de las paradas, que se complementan con visitas al Espacio de los Soles, inaugurado en 2010 y que rinde homenaje al escritor Idea Vilariño, además del propio Benedetti, las antiguas oficinas de La Industrial Francisco Piria (hoy Mosca Hnos.) donde trabajó el autor entre 1945 y 1960, o el Café Sorocabana, que hoy ocupa el establecimiento Big Mamma, donde se le rinde homenaje con un sentido altar.

Mercado del Puerto. Foto Intendencia de Montevideo.

Mercado del Puerto. Foto: Intendencia de Montevideo.

Centro

En apenas unas cuadras, como se mide aquí la distancia, nos dirigimos al Centro y a la Plaza Independencia (“A una muchacha el viento le levantó la pollera. A un cura le levantó la sotana. Jesús, qué panoramas más distintos”, La tregua), psaremos por la ex Casa del Gobierno y hoy Museo Palacio Estévez que aparece en El cumpleaños de Juan Ángel, admiraremos el Palacio Salvo “guarango, soso, recargado, simpático” como lo describió en La tregua, pasaremos por las calles 18 de Julio donde estuvo su domicilio y donde escondió al militante tupamaro Raúl Sendic, y Convención y Zelmar Mihcelini, donde también vivió, para llegar a la plaza Ingeniero Fabini, la Contaduría General de la Nación donde estuvo empleado entre 1940 y 1945, y el bar San Rafael, donde fue asiduo.

Merece la pena detenerse en el ascensor panorámico (el Panorámico) que ya se cita en Andamios y, por supuesto, en la Fundación Benedetti, ubicada en la calle Canelones.

Palacio Salvo, inaugurado en 1928 y que considerada la torre maÌs alta de LatinoameÌrica hasta 1935. Foto EFE

El Palacio Salvo, de 1928, tuvo la torre maÌs alta de LatinoameÌrica hasta 1935. Foto: EFE.

Cordón

En el recorrido por Cordón nos topamos con uno de sus lugares favoritos de la ciudad, que calificó de “feria mejor de los domingos” en Irse, y que no es otro que la Feria de Tristán Narvaja. También los monumentos al Gaucho y a los detenidos y desaparecidos en América Latina (“mi pregunta oficiosa es la siguiente /dónde están los verdugos, dejó escrito en Croquis para algún día) y la Iglesia Metodista Central, donde se casó con Lyropeya Luz López Alegre en 1946. Un lugar escogido, según el propio Benedetti, porque ser la única iglesia que no pedía certificado de bautismo.

El Teatro el Galpón, la Biblioteca Nacional y la Universidad de la República son otros de los lugares destacados.

La Feria de TristaÌn Narvaja cumplioÌ 100 años en 2019. Foto EFE.

La Feria de TristaÌn Narvaja cumplioÌ 100 años en 2019. Foto: EFE.

[Para leer más: Tras los pasos de Hemingway en el País Vasco]

Capurro y Prado

El parque Capurro (descrito “como una escenografía montada para una película de bandidos” en La borra del café) está en el inicio de esta ruta, que recorre también la calle del mismo nombre, donde estaba la casa de su infancia, la avenida Buschental, el parque El Prado y el Jardín Botánico “un parque dormido / en el que uno puede sentirse árbol o prójimo” según se describe en A la izquierda del roble.

El Museo de la Memoria, playa Capurro y el monumento a Bartolomé Hidalgo cierran esta ruta.

El Prado. Foto Intendencia de Montevideo.

El Prado, uno de los pulmones de la ciudad. Foto: Intendencia de Montevideo.

Parque Rodó y Punta Carretas

La rambla, ese paseo marítimo montevideano de casi 30 kilómetros por el que pasea toda la ciudad y que da acceso sus playas urbanas bañadas por el río de la Plata (al que todo el mundo llama mar, Benedetti incluido), es la espina dorsal de este recorrido.

Lo salpican el Parque Rodó, el Museo Nacional de Artes Visuales, el expenal de Punta Carretas, la célebre carbonería El buen trato, la iglesia Nuestra Señora del Sagrado Corazón, donde Benedetti tomó la comunión y a donde no volvió tras sentenciar un cura que Baltasar Brume era un “hereje”, la calle Ariosto y el Museo Juan Zorrila de San Martín.

Playa Pocitos. Foto Intendencia de Montevideo

Playa Pocitos. Foto: Intendencia de Montevideo.

Para terminar, nada como un chapuzón en Playa Pocitos, la más concurrida de la ciudad, de la que Benedetti escribió en Gracias por el fuego “En la tarde, cuando regreso por la Rambla, me conmueve ese murallón de grandes edificios que dan sombra a la playa y la cubren de una falsa melancolía”.

a.
Ahora en portada