La ruta por el triángulo de los monasterios catalanes

La Ruta del Císter es un circuito que toca los tres monasterios cistercienses más importantes de Catalunya: Santes Creus, Poblet y Vallbona. En su trazado se despliegan paisajes de sierras y campos salpicados de pueblos medievales

El monasterio de Poblet visto desde L’Espluga de Francolí. Foto Vimbodi i Poblet | Turismo de Catalunya

La Orden del Císter, que seguía las reglas monacales de San Benito, nació en la Borgoña francesa y tuvo una fuerte influencia en la Edad Media en la franja noreste de España.

Una muestra de ello son los tres monasterios que, en excelente estado de conservación, se encuentran en las provincias de Tarragona y Lleida. Se trata de los de Poblet (en la comarca de Alt Camp), Santes Creus (en Conca de Barberà), y el de Vallbona de les Monges (Urgell).

La ruta en forma de triángulo

Estos complejos religiosos siguen activos, y una forma diferente de conocerlos es realizar la Ruta del Císter, un trazado con forma de triángulo de 105 kilómetros que une a los tres centros, y que se puede realizar a pie si hay ánimo de estar entre tres y cinco días caminando, o bien en bicicleta. Sí, y también se puede hacer en coche.

La Ruta del Císter es un triángulo de 105 km por el sendero GR-175, que transcurre por las provincias de Tarragona y Lleida

El camino pertenece al GR-175, señalizado con las marcas rojas y blancas en postes de madera o en las rocas, que transcurre por valles que durante siglos han sido modificados por la presencia humana, en donde se recorren campos de cereales, almendros, olivos y viñedos por caminos delimitados por muros y con algunas cabañas de piedra seca.

El trayecto de 105 km se puede hacer a pie o en bicicleta. Foto Minerva Selles

También hay sectores boscosos y espacios protegidos como el Paraje Natural de Poblet, junto con el telón de fondo que dan las montañas de Prades y el Tossal Gros de Miramar y la sierra de Comaverd, en una experiencia que puede llegar a coronarse con el ascenso al Cogulló, a 881 metros de altura.

De Sant Carles a Poblet

El monasterio de Sant Carles puede ser uno de los puntos de partida. Fundado en 1160, tuvo su apogeo entre los siglos XIII y XIV por su estrecha relación con la nobleza.

Su iglesia es un ejemplo de transición del románico al gótico, donde oscila entre la solidez y austeridad del primer estilo y la grandiosidad del segundo.

En tanto su claustro, del siglo XIV, fue el primero diseñado bajo las pautas del gótico dentro de la Corona de Aragón.

Llegando a Santa Creus. Foto Eva Caballé

Para llegar a Poblet hay que realizar casi 35 kilómetros en los que se pasa por los pueblos de Pla de Santa María, Figuerola del Campo, Prenafeta y el recomendado Montblanc.

El claustro de Sant Carles fue el primero que se hizo en estilo gótico en el territorio de la Corona de Aragón

Esta es la capital de la Conca de Barberà y es uno de los conjuntos medievales mejor conservados de Cataluña, donde destacan las iglesias de Santa María la Mayor y la de San Miguel, la calle de los Judíos, los palacios de los Josa y los Alenyà y sus imponentes murallas.

Claustro del monasterio de Santes Creus. Foto Sergio Velaysof – Flickr

El trayecto sigue por las montañas de Prades y el Paraje Natural del Bosque de Poblet, con ascensos como el del Coll de la Venta, hasta que a lo lejos se divisa el monasterio de Poblet.

Desde Poblet a Vallobona de Les Monges

Antes de ponerse en marcha para realizar los 25,6 kilómetros de este tramo hay que visitar con calma el monasterio de Santa María de Poblet.

Catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es uno de los complejos monacales más grandes de Europa y seguramente el más importante de los tres de esta ruta.

Vistas del pueblo de Montblanc. Foto Miguel Campo – Flickr

En su edificio del siglo XIV, en su mayor parte románico (aunque el centro fue fundado en el 1129) todavía residen 30 monjes, y en su interior están las tumbas de reyes como Alfonso el Casto, Jaume I, Pedro el Ceremonioso y Martín el Humano.

La iglesia es de tres naves y su claustro es de estilo gótico, todo rodeado por tres hileras de murallas.

La belleza de sus puertas y el patrimonio de sus obras de arte sacro son algunos de sus valores más importantes.

Monasterio de Poblet. Foto Joan Grífols | Flickr

El monasterio solo permite que los hombres puedan quedarse a comer y dormir en sus celdas. Pero si se llega a las 20:30, no hay que perderse los cantos de los monjes en sus oraciones.

En el camino se bordea el pueblo de l’Espluga de Francolí y se pasa por viñedos, un paisaje típico de la Conca de Barberà, en donde se pueden divisar bodegas de estilo modernista.

Tras pasar por Montblanquet y al subir al camino de los Bosquets se ve la silueta del monasterio de Vallbona de Les Monges, el punto final

Desde Vallbona de Les Monges a Sant Carles

Fundado en el siglo XII, es el monasterio cirsterciense femenino más importante de Cataluña, y desde hace 800 años solo las mujeres están autorizadas a quedarse en su hospedería.

Interior del monasterio de Vallbona de les Monges. Foto Alberto Casanova - Flickr
Interior del monasterio de Vallbona de les Monges. Foto Alberto Casanova – Flickr

Su iglesia de Santa María es otro ejemplo de transición del románico al gótico, con un claustro en que además de este estilo se conjugan el románico y el renacentista. En la visita, hay que ver en detalle la sala capitular y la capilla de Madre de Dios del Claustro.

Desde hace 800 años la presencia femenina es constante en el monasterio de Vallbona de Les Monges

Esta última etapa es la más larga, son unos 43,7 km que muchos prefieren dividir en dos tramos si se hace a pie, con una escala en Rocafort.

El trayecto pasa por la sierra de Senadelles, se visitan los pueblos de Rocallaura y Belltall y se contemplan a lo lejos los gigantescos molinos de viento.

Tras tramos de cultivos y sectores de bosques se visita el pueblo de Rocafort de Queralt, con interesantes patrimonios históricos y tras algunos tramos empinados se accede a Montbrió de la Marca.

Molinos de viento en la Ruta del Císter. Foto Jordi London | Flickr

En la Roca de Cogulló se puden obtener algunas de las mejores panorámicas de la Conca de Barberá y el Camp de Tarragona.

Tras el Pont d’Armentera y cruzar el rio Gaià se llega, por fin, al monasterio de Santes Creus. Atrás han quedado 105 kilómetros del triángulo de los monasterios.

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