El fenómeno astronómico que enloquece a Manhattan

Dos veces al año sucede el Manhattanhenge, cuando el sol entra de lleno en las calles que se dirigen al Oeste y la ciudad se cubre de una luz particular

Si alguien se perdió la oportunidad de presumir en redes sociales con el Manhattanhenge, tendrá una revancha en poco más de un mes. Este fenómeno en realidad es el tradicional solsticio de verano, pero el trazado de cuadrícula de Manhattan permite que el atardecer se convierta en un espectáculo visual que solo se puede ver dos veces al año.

El término es una creación del famoso divulgador Neil deGrasse Tyson, astrofísico del Museo Americano de Historia Natural.

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El científico combinó el nombre de este distrito de Nueva York con el yacimiento de Stonehenge, que precisamente en la fecha de la llegada del verano el sol entra en medio del círculo de rocas (lo que congrega a una multitud de místicos).

Una cuadrícula particular

El Plan de los Comisarios de 1811 para urbanizar Manhattan estableció un trazado de cuadrícula, con sus calles en sentido norte-sur y este-oeste girados a 29 grados respecto a los puntos cardinales.

Gracias al trazado de cuadrícula de Manhattan en el ocaso se ve cómo el sol se pone flanqueado por los rascacielos

Por ello las fechas del Manhattanhenge no coinciden exactamente con la llegada de la estación estival, que será el 21 de junio. En ese momento, (en España será a las 17:54 horas) el sol se encuentra en su máxima declinación con respecto al ecuador.

La cuadrícula de Manhattan permite ver al sol ponerse entre los rascacielos. Foto: Astronomy at Stevens.

Precisamente el término ‘solsticio’ proviene de sol quieto, ya que durante varios días la altura del sol al mediodía no cambia.

El próximo Manhattanhenge

En Manhattan este fenómeno sucedió el pasado miércoles 29, pero volverá a suceder el 12 y 13 de julio, a las 20:20 y 20:21 horas, respectivamente.

Los mejores sitios para observar cómo el sol cae en medio de los rascacielos son las calles 14, 23, 34, 42 y 57. Precisamente esta última avenida, por su anchura, es ideal para poder realizar las mejores fotografías.

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El Manhattanhenge hay que fotografiarlo jugando con los contrastes. Foto: Diana Robinson.

Otros puntos recomendados son el paso bajo nivel de Tudor City (cerca de la sede de las Naciones Unidas) y en el parque Hunter’s Point South, en el distrito de Queens.

Claves para las fotografías

En los últimos años la llegada del Manhattanhenge se convierte en una tendencia en redes sociales.

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Pero al momento de realizar fotografías conviene tener un par de puntos en claro. Las sombras dan un interesante efecto de contraste, por lo que en vez de centrarse en el sol del ocaso es mejor enfocar algún punto (un coche, una persona, una farola) y jugar con su silueta.

Nada de selfies: por el contraluz es mejor jugar con las siluetas y las sombras

Un plano general solo queda bien si se toma desde un punto distante, que permita que edificios y sol queden encuadrados con bastante cielo en la parte superior.

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Toda la ciudad busca la foto perfecta.

Eso sí: mejor olvidarse de las selfies. El contraluz es tan fuerte que lo mejor es jugar con la silueta de la persona, ya sea de perfil o de espaldas.

¿Y en invierno?

Las condiciones climáticas del Manhattanhenge en el verano son ideales para la fotografía.

De hecho el mismo fenómeno ocurre en el invierno, como sucederá el 5 de diciembre y el 8 de enero. Pero como esos días suele llover, estar nublado o hay nieve cubriendo el cielo, los neoyorkinos lo descartan con indiferencia.

Foto de portada: Michael Kowalczyk CC BY-SA 4.0

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