Mallorca tierra adentro: planes para disfrutar de la isla fuera de temporada

Enoturismo, golf, mercados, deportes náuticos, y algunos de los pueblos y paisajes más bellos de España dibujan un mapa lleno de posibilidades en cualquier momento del año que descubrimos de la mano de Vueling

Que Mallorca es un auténtico paraíso en el Mediterráneo no es ningún secreto. Sus aguas cristalinas y fondos de color turquesa, sus amplias playas y calas secretas, sus miradores en los que disfrutar de interminables puestas de sol y sus terrazas en las que largar la magia de las noches de verano son de sobra conocidos.

Pero Mallorca es mucho más. Desde su cosmopolita capital, Palma, a sus coquetos pueblos como Alcúdia y Pollença, recientemente proclamados dos de los Pueblos más Bonitos de España, sus puertos deportivos, los bulevares con las firmas más exclusivas que se alternan con los mercados artesanales más auténticos, sus prestigiosos restaurantes o imponentes campos de golf, la oferta de ocio, cultura y diversión se extiende durante los 365 días del año.

Los meses entre octubre y mayo son, de hecho, los preferidos por los residentes. Lejos de los focos es más fácil reconocer el auténtico estilo de vida mallorquín y las experiencias más auténticas.

Más apacible y más mediterránea si cabe, la naturaleza cobra protagonismo en rutas de senderismo o birdwatching, las tradiciones y la cultura popular brillan y el patrimonio y la buena mesa lucen sin artificios.

Con las conexiones de Vueling estamos más cerca que nunca de la isla y todos sus encantos.

Entre viñedos y bodegas en Mallorca

Sin la presión por conseguir hueco para la toalla en esa cala que todo el mundo retrata en Instagram, explorar la tradición vitivinícola es una excelente opción.

Con dos Denominaciones de Origen (Pla i Llevant y Binissalem) y tres Indicaciones Geográficas Protegidas (Vino de la Tierra de Mallorca, Vino de la Tierra Serra de Tramuntana-Costa Nord y Vino de la Tierra Illes Balears), la elaboración de vino en la isla forma parte de su cultura y también de su paisaje.

Hoy son más de 70 las bodegas que producen vino, con 500 marcas y una variedad de propuestas de reconocido prestigio que se pueden descubrir in situ para descubrir aromas, texturas y sabores.

En el este de la isla, por ejemplo, encontramos los viñedos de premsal blanc, giró ros, callet o manto negro que crecen a escasos metros sobre el nivel del mar con los que se elaboran los vinos tintos, bancos, rosados y espumosos de la D.O. Pla i Llevant.

Mallorca cuenta con dos Denominaciones de Origen y tres Indicaciones Geográficas Protegidas. Foto: Fundación Mallorca Turismo

El centro es territorio de los vinos Binissalem, cuyas viñas se extienden al abrigo de los vientos del norte y cuyo producto estrella es el tinto elaborado con, al menos, un 30% de la variedad autóctona manto negro. Sus 13 bodegas visitables ofrecen la opción perfecta para conocer el proceso de elaboración y, a la vez, descubrir sus pueblos que conservan un valioso patrimonio arquitectónico y cultural.

En la zona más abrupta de la isla, la que va de Andratx a Pollença, se cultiva, en bancales junto al mar, la malvasía con la que se produce un vino blanco con IG Vino de la Tierra Serra de Tramuntana-Costa Nord.

De compras y mercados

Productos frescos, plantas, artesanías o complementos de moda: cada semana se celebran más de 200 mercados en toda Mallorca, lugares visitados tanto por locales como por viajeros y perfectos para tomar el pulso a calles y plazas de la isla.

Los hay permanentes, como el Mercado de Inca o los de El Olivar, Santa Calina o Pere Garau en Palma, y semanales, a los que los productores se desplazan según el día de la semana con su producto fresco.

Entre estos últimos están el mercado de Sineu, una cita semanal (los miércoles) que se lleva celebrando desde la Edad Media en el centro de Mallorca. Se pueden encontrar productos de la tierra como queso, sobrasada, aceite o vino, fruta y verdura de proximidad, pero también herramientas para el campo, calzado tradicional mallorquín y artículos textiles y de piel.

El de Felanitx, que se celebra los domingos en el centro de esta localidad y donde adquirir buenas ensaimadas, almendras o artículos de cerámica; el de Santa María del Camí, que destaca por sus productos ecológicos; el de Santanyí, miércoles y sábados en la bella localidad del mismo nombre; y el de Pollença, al norte de la isla, todos los domingos, son algunos de los imprescindibles.

Colmado Santo Domingo, en Palma. Foto: Eduardo Miralles | ©AETIB.

Por su parte, los amantes de la moda y el diseño encontrarán en Palma su milla de oro: el Paseo del Borne, Jaime III o calle Unión son algunas de las favoritas para encontrar las mejores firmas internacionales de alta gama.

En la ciudad también se pueden encontrar comercios históricos con todo el sabor de la isla, como Fornet de la Soca y Forn des Teatre con su hermosa fachada modernista, el colmado La Pajarita (fundado nada menos que en 1872 como chocolatería), la Mimbrería Vidal (imposible salir sin uno de sus capazos), o el Colmado Sant Domingo, todo un paraíso gourmet donde adquirir deliciosas sobrasadas, quesos o confituras mallorquinas.

365 días de bici y golf

Más de 20 campos hacen de Mallorca un paraíso para la práctica del golf que, además, se puede practicar durante todo el año, gracias a su temperatura media anual de 19 grados.

Arabella Golf Mallorca en Palma, Canyamel Golf en Capdepera, Capdepera Golf, Club de Golf Alcanada en Alcúdia, Golf Maioris en Llucmajor, Golf Pollença, Golf Santa Ponça I en Calvià, Golf Son Termens en Bunyola o Golf de Andratx son solo algunos de ellos.

Camp de golf Son Vida. Foto: Gaspar Monroig | ©AETIB.

La isla es también el destino idóneo para pedalear, ya sea para participar en reconocidas pruebas como la Mallorca 312 o el Ironman como para recorrer la costa en tranquilos paseos, atravesar la Reserva Natural de S’Albufereta o pasear entre viñedos en el corazón de la isla.

Por supuesto el senderismo es siempre una opción para descubrir llanuras y parajes maravillosos entre mar y montaña y acceder a mágicos rincones donde apreciar la belleza de la naturaleza mediterránea y escuchar el silencio.

La excursión al Castillo de Alaró, la ruta circular desde Sant Telm al antiguo monasterio de La Trapa, en uno de los extremos de Sierra de Tramuntana, el Cami des Correu que conecta Esporles con Banyalbufar, la ruta del embalse de Cuber o la que nos lleva desde el Santuario de Lluc al pueblo de Pollença son solo algunas de las opciones, pero hay infinidad de ellas.

Puertos deportivos y beach clubs

Sea cual sea el mes y la estación los puertos deportivos de Mallorca mantienen sus atractivos en todas las temporadas.

Puerto Portals, Puerto Adriano, Andratx, Pollença o Alcúdia son solo algunos de los más de 40 repartidos por toda su costa.

Entre imponentes yates es posible disfrutar de restaurantes de alta cocina y tiendas de marcas premium, pero también son el punto de partida para navegar por los rincones más mágicos de la costa de Mallorca (alrededor de 500 embarcaciones con base en la isla prueban la amplia y variada oferta de chárter náutico).

Escuela de vela. Foto: Eduardo Miralles | ©AETIB.

Además de organizar eventos de prestigio internacional como el Trofeo S.A.R Princesa Sofía, la Copa del Rey de Vela, la regata Breitling, la Superyacht o Palma Vela, la isla cuenta con diversas escuelas de vela en las que también se puede aprender esquí náutico o windsurf, entre otras opciones.

También practicar buceo, quizás la actividad que más visitantes atrae a Mallorca, gracias a sus aguas cristalinas y espectaculares reservas en las que observar abundante vida marina, cuevas y algunos pecios hundidos.

De vuelta en tierra firme, nada como relajarse y dejar que el tiempo se deslice suavemente en uno de los beach clubs con vistas. Urbanos o escondidos en remotas calas, son el lugar perfecto para ver un atardecer o, por qué no, disfrutar de una buena fiesta.

Los pueblos más bonitos de Mallorca

Del hermoso Deià, cuya panorámica sorprende tras una curva en la montaña al histórico Banyalbufar, en cuyas calles se respira historia, pasando por Fornalutx y sus vistas a la Tramuntana y el coqueto Sóller, sin olvidar el bucólico Valldemossa donde el pianista Frédéric Chopin pasó una temporada, el artístico Artà o el elegante Port d’Andratx, cada pueblo de Mallorca tiene un algo especial que te conquistará.

También las localidades de Alcúdia y Pollença, recientemente proclamadas como dos de los Pueblos más Bonitos de España.

Pollença destila personalidad e historias que contar. Envuelto en montañas verdes y abrazando al azul del mar, todo en este municipio parece formar parte de un lienzo, incluida la espectacular península de Formentor con su playa, su mirador o su icónico faro que han servido de inspiración a todo tipo de artistas y personalidades que van del poeta local Miquel Costa i Llobera al premio Nobel español Camilo José Cela, Winston Churchill, el Dalai Lama, Le Corbusier, Severo Ochoa, Charles Chaplin, John Wayne, Audrey Hepburn o Grace Kelly.

Faro Formentor. Foto: Fabian Schneidereit | Unsplash.

En Alcúdia, por su parte, se respira historia: la de los restos arqueológicos de la ciudad romana de Pol·lèntia o la de sus murallas medieval y renacentista. Fundada como villa por el rey Jaume II en 1325, el emperador Carlos V le concedió el título de Ciudad Fidelísima.

Al noroeste de Mallorca, también es singular su geografía, ya que forma una península entre dos bahías con muchos km de costa que incluyen playas arenosas y también profundos acantilados