Que Mallorca es un auténtico paraíso en el Mediterráneo no es ningún secreto. Sus aguas cristalinas y fondos de color turquesa, sus amplias playas y calas secretas, sus miradores en los que disfrutar de interminables puestas de sol y sus terrazas en las que largar la magia de las noches de verano son de sobra conocidos.
Pero Mallorca es mucho más. Desde su cosmopolita capital, Palma, a sus coquetos pueblos como Alcúdia y Pollença, recientemente proclamados dos de los Pueblos más Bonitos de España, sus puertos deportivos, los bulevares con las firmas más exclusivas que se alternan con los mercados artesanales más auténticos, sus prestigiosos restaurantes o imponentes campos de golf, la oferta de ocio, cultura y diversión se extiende durante los 365 días del año.
Los meses entre octubre y mayo son, de hecho, los preferidos por los residentes. Lejos de los focos es más fácil reconocer el auténtico estilo de vida mallorquín y las experiencias más auténticas.
Más apacible y más mediterránea si cabe, la naturaleza cobra protagonismo en rutas de senderismo o birdwatching, las tradiciones y la cultura popular brillan y el patrimonio y la buena mesa lucen sin artificios.
Con las conexiones de Vueling estamos más cerca que nunca de la isla y todos sus encantos.