Magaluf opta por la mano dura ante el turismo de borrachera

Magaluf recurre a la represión con multas mientras promociona una cara amable por redes sociales para cambiar la imagen del turismo de borrachera

Las calles de Magaluf volvieron a presentar, con la apertura de la temporada de verano, carteles que advierten de multas de hasta 500 euros por comportamientos incívicos en su centro comercial.

Este balneario, perteneciente al municipio de Calviá (Mallorca), carga con el triste honor de ser uno de los sitios emblemáticos del turismo de borrachera en España.

Cada año, cientos de miles de jóvenes –en su mayoría visitantes británicos, seguidos por colectivos alemanes y franceses- transita la calle de Punta Ballena en un tour de gritos, provocaciones, vestidos como si acabaran de salir de la playa y, con el correr de las horas, deviene en un carrusel de botellas, personas dormidas en la calle, vómitos y orines.

La difusión de imágenes de una joven irlandesa practicando sexo oral en una discoteca, hace un par de años, fue la gota que colmó el vaso a las autoridades y hoteleros que quieren erradicar la nefasta imagen que transmite el enclave turístico.

Multas y sanciones

Coincidiendo con la apertura de la temporada estival las autoridades de Calviá instalaron una veintena de banderolas, en inglés y español, en Magaluf y Santa Ponça para fomentar el civismo entre los turistas, que pueden ser sancionados con 500 euros si beben en la vía pública, 400 euros si chillan por la calle, se pelean o molestan y 200 euros si ensucian los paseos peatonales.

Magaluf sancionará con 500 euros al turista que beba en la vía pública y 400 a los que armen escándalo en las calles

Para transmitir este mensaje se han instalado carteles de colores vivos y tipografía llamativa con el objetivo de que sean muy visibles. La campaña se identifica con los hashtag #diviérteteconrespeto y #havefunwithrespect.

Basta de alcohol

Además de estas medidas disuasivas, el Ayuntamiento busca alternativas para frenar el alto consumo etílico de los visitantes.

Por este motivo, reiteró la necesidad de que el Govern tome medidas «como la regulación del todo incluido en los hoteles, para que se excluya el alcohol», o «la prohibición en los locales de ocio de ofertas como los dos por uno o barras libres”. Para ello solicitaron que se modifique la normativa sanitaria, para que esté en la línea de la restricción del consumo de tabaco.

El lado amable de Magaluf

La estrategia de las autoridades recuerda a la del “poli bueno-poli malo”. En paralelo a la campaña con la amenaza de sanciones, busca por redes sociales difundir una imagen saludable y sofisticada del balneario.

La idea es seguir los pasos de Benidorm, otro enclave turístico donde siempre estuvo presente el fantasma del turismo de borrachera, y que lo ha podido frenar con inversiones de hoteles de lujo y locales gastronómicos más sofisticados.

Se buscan inversores

Un paso importante para erradicar el estigma el turismo de borrachera lo dio la cadena Meliá: la hotelera mallorquina invirtió 200 millones de euros en un hotel y complejo comercial llamado Momentum Plaza.

Con 5.000 metros cuadrados, busca dar una imagen más familiar y elegante de Magaluf. Además, al estar abierto todo el año, se combate la estacionalidad del turismo y anima a los vecinos a que vuelvan a transitar las calles de su ciudad.

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