Los vinos del Bierzo, una alternativa de calidad al Rioja y al Ribera del Duero

Los caldos de la Denominación de Origen Bierzo tienen poco que envidiar a las marcas estrellas de la España vinícola. Ofrecemos una selección de los mejores con motivo de una cata pública celebrada en Madrid

La campaña terminó a mediados del mes de octubre con una cosecha de más de 16 toneladas métricas, un 1.99% más que el pasado año. El 91,74% de la producción se destinará a la elaboración de vinos con Denominación de Origen Bierzo.

Algunos de estos caldos de magnífica calidad, en su mayoría de uva mencía y godello, que por primera vez  superan el millón de kilogramos cosechados, fueron escenario de una cata presentación en Madrid donde 32 bodegas expusieron sus mejores buques insignia.

A continuación detallamos los más destacados.

Bodegas y viñedos Merayo

La experiencia de Pedro Merayo, fundador de la bodega, en el sector del vino y su conocimiento y amor por El Bierzo han hecho realidad que este proyecto familiar sea hoy por hoy un referente en esta tierra de viñedos. La Bodega se encuentra en Finca Miralmonte, en los alrededores de Ponferrada.

Según el hijo del propietario, Juan Merayo, La Galbana es el vino en el que han puesto más cuidado y mimo. Proviene de unas cepas que tienen más de cien años de antigüedad. Antes de llegar a la botella ha pasado entre 15 y 18 meses en barrica de roble francesa.

Con una producción muy pequeña (solo 850 botellas), es cien por cien uva mencía. Su fermentación se realiza en acero inoxidable a temperatura controlada. Embotellado sin clarificar. Tiene un color rojo picota, de capa alta.

En nariz es muy aromático y complejo. Frutos rojos y fruta madura, notas balsámicas y especiadas, ligero torrefacto y elegante mineralidad en el fondo. En boca es amplio, sensación grasa y voluminosa. Mantiene la frescura y complejidad que mostraba en nariz. Tanino sedoso y maduro perfectamente integrado, vino profundo y de largo recorrido.

Es un vino que es un buen acompañante para todo tipo de carnes, embutidos, quesos fuertes y en especial para tomar el afamado botillo berciano.

Dominio de Tares, Cepas Viejas 2012

El director comercial de esta bodega, José Manuel Fontán, nos indica que este vino –también cien por cien mencía– es de unos viñedos de entre 70 y 80 años. Está elaborado totalmente con el método tradicional, con un toque de madera especial, dejándolo reposar el 80% en barrica de roble francés y el resto (20%) en barrica de roble americano. Todo ello le da una carta de identidad muy característica, que además viene marcada por sus uvas procedentes de viñas situadas a unos 650 metros de altitud en terrenos pizarrosos.

Salta a la vista su color rubí en el centro de la copa y reflejos granate en los bordes, con marcada opacidad, que además deja gran cantidad de lágrimas  tras ser agitado.

En nariz es intenso y complejo, con un marcado aroma a frutos rojos y negros confitados con recuerdos de regaliz, clavo y frutos secos gracias a su larga crianza en barrica de roble francés y americano.

Seco en boca, con marcada acidez y alcohol, tanino pulido y redondo y con gusto a grosella negra, arándano, ciruela pasa, pino y panadería. Tiene a su vez un paso por boca suave, equilibrado y persistente.

Marida con platos de sabor intenso, como cocidos hechos a fuego lento, carnes asadas de ternera o cordero al horno.

Bodegas Peique, selección familiar

El enólogo de la bodega, Jorge Peique, nos apunta que el vino al que le han dedicado mucha intimidad y mimo es el Luis Peique, elaborado en honor del creador de la bodega cuya primera cosecha data del 2008, que vio la luz y se cató en el 2009.

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Este vino lleva el nombre de uno de los iniciadores de la bodega y procede de cepas de mencía de entre 80 y 90 años. Se trata de una edición muy limitada (apenas 600 botellas), que guardan un vino que combina la delicadeza y la potencia de muchos de los vinos bercianos. Todo un lujo para los buscadores de joyas únicas.

Se trata de un vino que ha pasado 18 meses en barrica de roble francés, al que se le quita la luna y se fermenta con el sistema tradicional que utilizaban los antepasados del enólogo y actual director de la bodega.

De color cereza picota oscuro. Aroma profundo y complejo a fruta fresca y floral. En boca potente, sabroso, taninos maduros y acidez suave. Tiene un final largo y elegante.

La historia del apellido Peique nació en Valtuille de Abajo, un pequeño pueblo del Bierzo leonés de no más de doscientos vecinos que siempre ha estado ligado a la cepa.

Viñedos y bodegas Pittacum, Aurea 2009

Perteneciente al grupo Terras Gaudas, ha sacado este vino que es solo mencia, en esta región leonesa donde desde tiempos inmemorables se sabía que pedazos de tierra del Bierzo producían los mejores vinos.

En uno de estos lugares se encuentra ubicada la finca Areixola, viñedo centenario, según explica el vicepresidente del grupo, Antón Fonseca, con cepas de 110 años de antigüedad, tratando de conseguir ser de lo mejor de la D.O Bierzo.

Nos apunta que se trata de un vino equilibrado, elegante, frutas rojas, guinda y grosella, pura fragancia de Mencía. Más tarde aparece la parte mineral, tierra y piedra. Armado en la boca, equilibrado y fresco termina con un final largo. Un vino franco, cabal y profundo.

Es un vino que marida muy bien con asados de cordero y cabrito, guisos de buey y caza cocinados en el propio vino, carnes a la brasa, así como pescados en su salsa.

Cuatro Pasos, el vino del oso

Cuatro huellas de oso descubiertas en un magnífico viñedo de las zonas más elevadas del Bierzo, inspiraron el nombre de este vino, según nos cuenta Pablo Buján, su director .

Después de llevar más de 30 años apostando por los vinos blancos –en concreto, por el albariño– Martin Codax decidió en el 2003 apostar por esta zona y por sus caldos de uva mencía, con el fin de lograr un vino tinto de alta calidad.

Este vino perteneciente al grupo de la bodega gallega ha sido elaborado solo con uva mencía seleccionada de cepas centenarias, procedente de suelos pizarrosos situados en zonas altas de la comarca del Bierzo a una altitud de 900 metros, con una crianza de 10 meses en roble (75% roble francés y el resto roble americano).

De aspecto visual y de color rojo guinda con reflejos violáceos. En fase olfativa tiene una intensidad media-alta. Predominan aromas varietales de frutas rojas con un sutil aporte de los tostados de la madera. En la fase gustativa es elegante y equilibrado en boca, con un postgusto varietal muy afrutado.

Es un vino muy versátil en su maridaje. Acompaña perfectamente a la carne asada o estofada, caza menor, carpaccio, cecina, pastas, patés, revueltos de verduras y queso de oveja.

a.
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