La Rioja: las carreteras que descubren los secretos del Ebro

La Baja Rioja es una de las regiones menos conocidas de esta provincia, donde el curso del Ebro es el hilo conductor para descubrir pueblos, viñedos, palacios, iglesias y restos prehistóricos

Viñedos en La Rioja Oriental. Foto Riojawine copia

En el último tercio del verano, cuando en el norte de España las temperaturas son más suaves, un programa recomendado para los amantes de las vacaciones en carretera es descubrir los secretos de La Rioja.

Esta tierra de viñedos y pueblos encantadores, de una ciudad con excelente gastronomía como Logroño, de yacimientos históricos y restos de fósiles, se puede explorar en viajes de dos a siete días.

Para ello seguimos las sugerencias de la guía ‘En ruta por La Rioja’, de Lonely Planet, que nos permite organizar viajes con datos útiles sobre lugares para pernoctar, comer y qué visitar.

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Las tres divisiones de La Rioja

La Rioja se puede dividir en tres franjas: la Alta es la meca de sus famosos vinos, con villas dueñas de un valioso patrimonio artístico y los bosques que cubren la sierra de la Demanda.

La Rioja Alta es famosas por sus vinos, la Media cuenta con la animada vida de Logroño, y la Baja es la más desconocida. Pero no la menos interesante

La Media, donde se encuentra Logroño, presenta un rosario de aldeas de aires rurales esparcidas a lo largo de los valles del Iregua y el Leza, paisajes de belleza áspera pero cautivante.

Y el último tercio es La Rioja Baja, que excepto por el patrimonio de Calahorra es la más desconocida de los tres segmentos.

Fortalezas medievales en la sierra de Los Cameros. Foto Turismo de La Rioja

De las tres rutas sugeridas exploramos la más prolongada, la que transita a la vera del Ebro, donde este río –además de regar las huertas y viñedos riojanos- es el hilo conductor para descubrir interesantes ejemplos de la historia local.

En carretera por el Ebro

Esta ruta de 64 kilómetros se puede realizar en dos o tres días, depende del tiempo que se quiera destinar a las pausas.

El punto de partida es el pueblo de Alcanadre, donde antes de partir se puede conocer la iglesia de Santa María y su mezcla de arquitecturas barroca y renacentista, el interesante puente Moros –un acueducto romano del siglo I- y probar los vinos de las Bodegas Aradón.

Paisaje agrícola cerca de Alcanade. Foto Turismo de La Rioja

¿Por qué hay tantas iglesias en el Ebro?

Antes de continuar, seguramente el viajero estará intrigado por qué en pueblos tan pequeños a lo largo del Ebro riojano hay iglesias tan grandes y fastuosas.

Catedral de Santa Maria en Calahorra. Foto Turismo de La Rioja

A lo largo del Ebro durante siglos se han construido iglesias y ermitas como devoción de los peregrinos que viajaban a Santiago de Compostela

La razón es que desde el siglo XII los senderos aledaños a este río fueron uno de los caminos de peregrinación más importantes hacia Santiago de Compostela, donde además de estos templos también se levantaron numerosas ermitas como muestras de devoción.

Los mejores champiñones de La Rioja

A los 10 km se llega a Ausejo, un pueblo con varias casonas señoriales y donde en las cercanías hay cuevas donde crecen champiñones y se usan como cava de vinos.

Por la N232 el camino conduce a El Villar de Arnedo, un pueblo de origen medieval con una iglesia con bellos retablos barrocos y un techo neogótico.

Pradejón es la capital del champiñón en La Rioja. Foto Turismo de La Rioja

Habíamos hablado de champiñones, pero la reina de estas setas es la cercana Pradejón.

Allí en mayo se organiza una fiesta popular en torno a estos hongos, pero en cualquier época del año se pueden conocer sus secretos en el Centro de Interpretación del pueblo.

En la visita al pueblo, hay que prestar atención a la gran cantidad de murales realizados por diferentes talentos del arte urbano como Okuda.

La historia en el valle del Ebro

Otros 10 km acercan al Calahorra, la capital de La Rioja Baja, una villa de orígenes romanos que concentra gran parte de la producción agrícola regional.

El arco de Planillo es la puerta de entrada al interesante centro histórico, que concentran numerosos monumentos, palacios como la Casa del Millonario, iglesias como la neoclásica de Santiago y la gótica catedral de Santa María, que presume de su fachada barroca.

Calahorra de noche. Foto Pedro | Flickr

A un lado está el Palacio Episcopal, cuyo Museo Diocesano atesora joyas como un Tiziano y una Biblia del siglo XII.

Más historia se puede encontrar en el Museo de la Romanización, que recoge un valioso patrimonio de la era romana en este rincón de La Rioja.

El sabor de los vinos de La Rioja

De regreso por la N232 se llega a Aldeanueva de Ebro, un pequeño pueblo con una gran cultura del vino, como se refleja en su museo dedicado a la enología. Allí también se puede visitar la iglesia renacentista de San Bartolomé y la ermita barroca De los Remedios.

El último destino de esta ruta es Alfaro, una villa atravesada por el río Alhama, en cuyo centro se eleva la colegiata de San Miguel, el templo más grande de la región, poseedor de una llamativa fachada barroca y 12 capillas laterales en su interior.

Cigueñas en los tejados de la colegiata de Alfaro. Foto Turismo de La Rioja

Pero uno de sus mayores atractivos es la gran población de cigüeñas que anidan en los tejados de la colegiata, un guiño de la naturaleza que se puede extender en la Reserva Natural de los Sotos del Ebro.

Esta protege los bosques ribereños del gran río, hogar de miles de aves acuáticas recomendado para hacer senderismo.

La ruta por el Valle de los Cidacos

Otra de las rutas sugeridas es la que transcurre por el Valle de los Cidacos, un camino de 44 km salpicado de encantadores pueblos donde se erigen palacios e iglesias centenarias como las de Arnedo, mientras que en Arnedillo se puede relajar el cuerpo y la mente en sus aguas termales.

La villa de Arnedo. Foto Turismo de La Rioja

En tanto cerca de Enciso se puede viajar a millones de años atrás analizando las huellas de dinosaurios del lugar.

La ruta por la Sierra de Alcarama

La última ruta transcurre por la Sierra de Alcarama, un macizo montañoso buscado por los amantes de la naturaleza más agreste, donde además de palacios barrocos también se encuentran fósiles prehistóricos.

Cervera del Rio Alhama. Foto Turismo de La Rioja

Este recorrido se extiende por 63 km y sus puntos más destacados son Cornago, considerada como la capital paleontológica de La Rioja; Cervera del Río Alhama, donde además de iglesias y palacios hay un curioso Museo de la Alpargata, y Aguilar del Río Alhama, que atesora los restos de una antigua ciudad celtíbera.

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