La prodigiosa reinvención de Medellín

Reina de la innovación y de espíritu festivo, la segunda ciudad más grande de Colombia se ha convertido en uno de los destinos más codiciados de Sudamérica

Es fácil enamorarse de esta urbe enclavada entre colosales y verdes montañas que en los últimos años ha protagonizado una impresionante transformación. Dejando atrás su pasado turbulento –llegó a ser una de las ciudades más peligrosas del globo–, ha apostado por infraestructuras vanguardistas, arte urbano y gastronomía sibarita. Con una sensación térmica perfecta, la innegable amabilidad de sus habitantes y audaces proyectos de inclusión social, Medellín es una joya que todos deberíamos conocer.

Bonita, ajardinada, entusiasta y con un espíritu en el que reina la tenacidad, la capital del departamento de Antioquia lleva años presumiendo de su faceta industrial. La geografía irregular de su territorio le valió un aislamiento del resto del país hasta muy entrado el siglo XIX, que llevó a sus ciudadanos a ingeniarse nuevas formar de comunicación y de supervivencia.

Medellín es también conocida como la ciudad de la eterna primavera

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Infraestructura de vanguardia

De su empuje nació una prodigiosa industria, la textil, hoy representada en su edificio más alto. Construido en forma de aguja, el Coltejer simboliza uno de los oficios que caracteriza la cultura antioqueña. Cultura que, en 1995, se tradujo en respeto y sentido de pertenencia cuando los paisas vieron nacer su metro, único en Colombia e inicio de un sistema de transporte público integrado.

MedelliÌn. Foto: Daniel Vargas | Unsplash.

MedelliÌn es una ciudad moderna y dinámica. Foto: Daniel Vargas | Unsplash.

Hoy Medellín es una de las ciudades mejor conectadas de Sudamérica, con dos líneas férreas, buses articulados, seis líneas de metrocable (teleférico) que conectan las laderas más empinadas con el centro y, su más reciente adición, un impecable tranvía.

Este último, inaugurado en 2016, cobra un sentido especial para sus habitantes pues es ejemplo de movilidad sostenible y les devolvió más de 100.000 metros cuadrados de espacios públicos y zonas verdes. Además, ha revitalizado el barrio trayendo consigo turistas que quieren evidenciar la transformación.

El moderno tranvía de Ayacucho supone también una galería que saca el arte de museos y galerías y lo acerca a locales y visitantes

Transporte… y arte

La Placita de Flórez, el primer mercado cubierto que se edificó en el país (hace 124 años) es una parada ideal en la zona para comprar las flores más frescas y todo tipo de bártulos típicos.

Los 4,3 km del recorrido del tranvía de Ayacucho fueron intervenidos por decenas de artistas con el objetivo de acercar a locales y visitantes al arte, más allá de galerías y museos.

El tranviÌa de Ayacucho es una galeriÌa de arte urbano.

El tranviÌa de Ayacucho es una galeriÌa de arte urbano.

Entre murales, grafitis y pinturas, se rinde homenaje a los oficios tradicionales, al barrio y a la naturaleza. Esta galería de arte urbano, que podemos apreciar desde los coches del tranvía o a pie, es una de las patas de la reinvención cultural que vive Medellín.

Graffitour, que recorrer los principales murales de arte urbano de la Comuna 13, es una de las visitas imprescindibles en Medellín

Arte contra la violencia

Al otro lado de la ciudad, en las laderas de la Comuna 13 (está metrópoli está dividida en 16 de ellas), jóvenes del colectivo Casa Kolacho también usaron las paredes como lienzos en blanco para plasmar tanto su dolor como su esperanza. Además, consolidaron su llamado Graffitour, como uno de los reclamos turísticos de Medellín.

Las calles de ‘La 13’ se convirtieron en un gran museo al aire libre, casi tan famoso como el de la Plaza Botero, en el centro de la ciudad, en el que se exhiben 23 voluptuosas esculturas del célebre maestro Fernando Botero.

Grafittour en la Comuna 13. Foto Pixabay.

Grafittour en la Comuna 13. Foto: Pixabay.

Resiliencia a través del arte callejero y la música, eso significa esta ruta que, entre helados caseros de mango verde con lima y vistas alucinantes cuenta cómo la unión de jóvenes artistas ha convertido su barrio –una vez el más peligroso del mundo– en ejemplo de regeneración urbana.

En una clara apuesta por conectar barrios anteriormente marginales, ‘La 13’ cuenta con nuesvas infraestructuras como unas escaleras eléctricas que funcionan como transporte público

Tal fue la transformación que conllevó incluso nuevas soluciones de movilidad, con una audaz apuesta por mejorar el dificultoso transporte que brindan las empinadas y estrechas calles de la comuna.

Ahora, después de ocho años, ‘La 13’ cuenta con las únicas escaleras eléctricas del mundo en ser usadas como transporte público. Sus seis tramos cubiertos con techos de color naranja sustituyeron 350 escalones de concreto, transportan a más de 4.000 personas al día (entre locales y turistas) y son, además, uno de los ejes centrales del Graffitour.

La plaza Botero cuenta con varias de las voluptuosas esculturas del artista. Foto: Julian zapata Pixabay

La plaza Botero cuenta con varias de las voluptuosas esculturas del artista. Foto: Julian Zapata | Pixabay.

Vanguardia culinaria

Llegar del aeropuerto al barrio El Poblado, la zona que concentra la mayor cantidad de hoteles y de ofertas de ocio, es más fácil y rápido desde la inauguración, en agosto de 2019, del modernísimo Túnel de Oriente. Con 8,2 km, es actualmente el túnel vehicular excavado más largo de América y una evidencia más de que Medellín apuesta en grande por mejorar su infraestructura. Innovadora, creativa y dinámica, así es ahora la ciudad.

Medellín está viviendo una revolución más, esta en el plano gastronómico, de la mano de restaurantes como El Cielo

Lo es tanto desde perspectivas de transporte y cultura ciudadana como desde proyectos gastronómicos. Con una de las escenas culinarias –con permiso de Bogotá– más interesantes del país, Medellín comienza a estar en el radar de los gastrónomos más sibaritas.

Arbol de pan de yuca. El Cielo Restaurante

Arbol de pan de yuca. Foto: El Cielo Restaurante.

La cocina de autor paisa tuvo un antes y un después con Juanma (el chef Juan Manuel Barrientos) y su célebre restaurante El Cielo. Abierto en 2006, no ha dejado de innovar en su oferta gastronómica y ha sabido cautivar, año tras año, a comensales ávidos de una experiencia multi sensorial a la hora de comer.

En esta especie de parque de atracciones culinario, el chef involucra sus conocimientos en neurociencias y su altísima creatividad en un menú de degustación inspirado en las recetas colombianas de siempre y usando ingredientes de comercio justo y de pequeñas granjas nacionales.

A este estilo vanguardista se han sumado muchísimos restaurantes en la ciudad desde que El Cielo abriera sus puertas. Los últimos vienen cargados de ingredientes naturales y una onda fit que en Medellín ha pegado con fuerza. Lavocadería, por ejemplo, es el primer bar de aguacate de Colombia y ofrece platos tan sonoros como deliciosos: Avochicken, Guacaburger y Avobaby.
Avotartar en Lavocaderia.

Avotartar en Lavocaderia.

Justo Restaurante, por su parte, ha elegido una cocina enteramente a base de plantas y tiene una tienda de productos saludables en loa que podemos, por ejemplo, hacer nuestra propia mantequilla de cacahuete, 100% natural.

Lujo y diseño hotelero

En frente de Justo se plantó en marzo el Click Clack Hotel. Allí, y además de sus tres restaurantes, destaca su experiencia inmersiva y el diseño interior. Basado en el concepto Bangsequence –acción/reacción– manipula la percepción que tenemos de los objetos cotidianos para disfrutar un poco más del momento.

La vanguardia hotelera también se evidencia en el Celestino Hotel Botánico. Ubicado en la Vía Primavera, meca de la moda, la gastronomía y el arte, este hotel combina a la perfección diseño y naturaleza, transportando a sus huéspedes a un paraíso botánico.

Celestino Hotel BotaÌnico

Celestino Hotel BotaÌnico.

Ambos están ubicados en la zona turística por excelencia, El Poblado. Allí vamos a dormir la mar de cómodos, no sin antes pasarnos por el barrio Provenza, el centro de la jarana nocturna de Medellín; donde comprobamos que su espíritu es festivo, su gente más que amable y su sensación térmica casi celestial.  

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