La Generalitat pone en venta la ruina del aeropuerto de Castellón

El Consell admite por primera vez que contempla deshacerse de esta obra, aunque insiste en que su prioridad es externalizar la gestión cuando consiga todos los permisos para empezar a funcionar

La Generalitat valenciana ha reconocido por primera vez que está dispuesta a vender el aeropuerto de Castellón, una obra que todavía espera el aterrizaje de su primer avión un año después de ser inaugurada. Hasta ahora se ha convertido en un aeropuerto peatonal en el que el Consell se ha gastado 150 millones en su construcción y otros 30 millones en publicidad.

Además, su mantenimiento le supone a las arcas públicas cerca de 300.000 euros mensuales, ya que entre otras cosas debe pagar las nóminas de los siete empleados que perciben 382.000 euros al año.

Frente a semejantes cifras, la Generalitat, la autonomía más endeudada con los proveedores, sumida en una dura asfixia económica, ha admitido que estaría dispuesta a vender el aeropuerto, aunque insiste, al menos en público, en que la opción en la que trabaja actualmente es la externalización de su gestión.

La consellera de Turismo, Lola Johnson, ha explicado este lunes que se decidirá su gestión una vez finalice el expediente de seguridad. «No hay que inventar el modelo, sólo decidir quién gestiona», ha puntualizado.

Aerocas, gestora momentánea

Además, la consejera ha avanzado que, a pesar de que la empresa pública Aerocas ha pasado a gestionar el aeropuerto castellonense tras romper la relación con Concesiones Aeroportuarias, la idea es «buscar a un gestor externo» con el fin de «desarrollar al máximo el potencial en diferentes líneas de negocio».

En cualquier caso, la Generalitat preferiría vender el aeropuerto si surge algún comprador interesado, una opción por ahora improbable, ya que sólo ha generado pérdidas. Aún así, el Consell insiste en que no quiere desprenderse de él gratis. “La venta es una alternativa más que no se descarta», ha zanjado Jonhson.

El aeropuerto, inaugurado el 25 de marzo de 2011, sigue sin fecha prevista de funcionamiento, puesto que todavía no cuenta con los permisos necesarios y faltan por ejecutarse una serie de obras de subsanación en las instalaciones, como la ampliación de la pista de giro.

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