La clave del secreto de la Mona Lisa está en Madrid

Leonardo da Vinci combinó el retrato de la Mona Lisa de El Louvre con una copia, hoy expuesta en el Museo de El Prado en Madrid, para crear la primera imagen tridimensional de la historia. Las conclusiones de dos estudios de dos académicos germanos arroja luz sobre uno de los cuadros más misteriosos de la historia del arte.

El misterio de La Gioconda no se esconde tras una película de Hollywood, sinó que podría estar en el Museo del Prado de Madrid. Esta es la tesis de los académicos germanos Claus-Christian Carbon y Vera M. Hesslinger, que indican que Leonardo da Vinci combinó el retrato original del Louvre con la copia en Madrid para crear la primera imagen 3D de la historia.

En un artículo en la revista científica Perception, los psicólogos defiendieron en 2012 que ambos retratos fueron pintados al mismo tiempo, uno al lado del otro. La combinación de ángulos y colores hace que ambos trabajos superpuestos generen una imagen estereoscópica o tridimensional. Ahora, un nuevo estudio centrado en el paisaje del retrato confirma su teoría.
 

 
Los investigadores creen que original y copia se expusieron juntos en el pasado para crear la imagen tridimensional

 
«Es increíble. Leonardo pintó la obra en la primera década de 1500, 300 años antes que se inventara el primer estereoscopio», ha declarado el autor de la investigación. Según su trabajo,el artista italiano habría encargado a un estudiante pintar un retrato de la Gioconda desde otro ángulo, a 69 milímetros del original.

Los autores recuerdan que la distancia interocular media en los varones italianos es de 64 milímetros, lo que habría facilitado el efecto. Una vez terminados, ambos cuadros se expusieron juntos, y los espectadores habrían sido invitados a usar la técnica de la vista paralela para formar una tercera imagen de la Gioconda en relieve, separando las dos obras.

«Otros elementos de la obra de Madrid, como el paisaje del fondo, son idénticos que el original, pero con un 10% de relieve», ha concluido el científico en el segundo estudio.

Para argumentar su tesis, los autores han comparado las perspectivas de ambos cuadros usando referencias como la punta de la nariz de la modelo. Además, se han valido de un equipo de 32 observadores para reproducir todas las posiciones desde las que los pintores inmortalizaron a la dama italiana.

Así, si se juntan ambos lienzos bajo filtros cyan y rojo, la Mona Lisa cobra vida ante el espectador, ganando relieve. Para ello, los autores han usado unas gafas 3D convencionales.
 

 
Con filtros cyan y rojo y unas gafas 3D se aprecia el relieve, afirman los autores

 
Ambos trabajos han puesto en valor la copia de la Mona Lisa en la capital española, que hasta ahora se consideraba una reproducción más del cuadro original en París. Según El Prado, la obra de Madrid la pintó alguno de «los alumnos más cercanos al maestro y que tenían acceso directo a sus dibujos de paisaje».

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