Israel, más allá del turismo religioso

Israel desarrolla nuevas alternativas para seducir al turista español, que encuentren opciones más allá del turismo histórico y religioso

En su breve vida como Estado, Israel ha aprovechado su patrimonio arqueológico, cultural e histórico para explotar el turismo religioso. Los templos, ruinas y parajes de Jerusalén y alrededores han sido un imán para personas que viajan por motivos de fe o simplemente para conocer las raíces de la cultura occidental.

Este país de siete millones de personas recibió a más de tres millones de turistas el año pasado. De este número, sólo 46.000 han llegado desde España, pero sus autoridades desarrollan diversas estrategias captar más visitantes de tierras ibéricas. Y si bien la mitad aterriza para visitar puntos religiosos, el objetivo del ente de turismo israelí es que conozcan otros atractivos del país mediterráneo.

“Israel está a cuatro horas de Barcelona, y sorprende cómo en un país tan pequeño hay tanta diversidad de historia, gastronomía y geografía, que se puede pasar del punto más bajo de la tierra hasta la ciudad más alta, como la fortaleza de Masada. Aquí convive la espiritualidad de Jerusalén con una ciudad cosmopolita como Tel Aviv; se pueden recordar historias de cruzados en San Juan de Acre y seguir los pasos de Jesús en Galilea”, describe Dolores Pérez Frías, directora de turismo de Israel para España y Portugal.

Naturaleza y salud

Una de las apuestas es promover el turismo de naturaleza y salud. En el primer punto el desierto de Negev cuenta con diversos circuitos de desfiladeros, cañones y oasis, mientras que la ciudad de Eilat, en el extremo sur tocando el Mar Rojo, se mantiene como una meca del submarinismo. Llama la atención que un territorio que equivale a dos tercios del de Cataluña cuente con 65 parques naturales y 150 reservas naturales.

mar muerto
La alta concentración de sales hace imposible que se pueda hundir en el Mar Muerto.

En tanto, para el turismo de salud, el Mar Muerto es un imán por la relajación y las propiedades curativas que brindan su exagerada concentración de sal.

Seducción de los millennials

Israel aprovechará el empuje al sector que tendrá el futuro aeropuerto internacional de Ilan Ramon, “cuya apertura es inminente”, dice Pérez. No puede revelar qué aerolíneas llegarán, pero muchas de estas serán low cost, que permitirán aumentar el número de visitantes millennials que aprovechen la oferta cultural y gastronomía de sus principales ciudades, o los circuitos de naturaleza por costas y desiertos. O a determinados eventos, como el festival LGTBi de Tel Aviv, llega a congregar hasta 200.000 personas el tercer viernes de junio.

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La gastronomía de Israel combina sabores tradicionales con recetas innovadoras.

Por los conflictos políticos Israel mantiene una fuerte seguridad dentro de sus fronteras, aunque Pérez precisa que los mayores controles se encuentran en el aeropuerto Ben-Gurión, “y a los pocos días, cuando paseas, ni lo percibes”.

Para evitar problemas a los viajeros que quieran viajar a otros países de la región (o más lejanos), el gobierno de Israel no sella el pasaporte a sus turistas sino que lo escanean y le entregan una tarjeta provisoria para dejar constancia de su visita.

Israel mantiene un nivel de precios similar a los de París o Londres, pero hay opciones de traslado y alojamiento más económicas que llegan de la mano de Uber o Airbnb, “que parecía que no iban a entrar y están haciendo furor”. En el caso de la plataforma de reservas, se convierte en una opción en un país donde hacen falta más hoteles para recibir a su creciente demanda turística.

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