La Isla de Pascua también pone el cerrojo al turismo

La Isla de Pascua quiere evitar la masificación, y limita la duración de las estancias a 30 días

La Isla de Pascua, hogar de los enigmáticos moais, sufre de saturación turística. Y eso que no supera las 100.000 visitas por año. Pero la pequeña isla, ubicada a 3.700 kilómetros de Sudamérica, sigue los pasos de Machu Picchu, Cinque Terre, Dubrovnik y otros destinos que ponen un freno al turismo.

Las visitas, así como la inmigración de habitantes del continente, están desestabilizando la cultura polinésica y ponen en peligro el patrimonio arqueológico de Rapa Nui, el nombre nativo de la isla del Pacífico Sur, dijo el alcalde Pedro Edmunds a la agencia AFP.

A partir de ahora, las visitas a la isla se limitarán a 30 días, frente a los tres meses que era posible pasar en el territorio.

La Isla de Pascua no puede absorber más personas

En realidad, casi no hay turistas que quieran pasar tanto tiempo en la isla. De hecho, los 163 kilómetros cuadrados del lugar, y los principales yacimientos de moais se recorren en un par de días. Contando el tiempo de llegada y excursiones, los visitantes no necesitan más de cuatro jornadas en sus viajes.

Quien quiera pasar más de 30 días en la Isla de Pascua deberá tener una invitación formal de un habitante de la etnia rapanui

Esta limitación apunta, además, a la inmigración: aunque la población rapanui estuvo a punto de extinguirse cuando Chile tomó la soberanía de la isla, a fines del siglo XIX, la cultura pudo sobrevivir pero siempre bajo la amenaza de la transculturación, o sea la pérdida de su historia milenaria por las influencias del continente.

Una población de dos orígenes

Actualmente el 51,4% de los 7.500 habitantes son pascuenses, el 46% nacidos en Chile continental y el restante 2,8% son extranjeros.

Con la nueva ley, sólo las personas que tengan una invitación de un habitante de la etnia nativa puede permanecer más de 30 días, un freno a los inmigrantes que llegaron en búsqueda de trabajo.

Otras consecuencias del progreso es el aumento del 44% en el parque automotor en los últimos ocho años, y la generación de 7.500 toneladas de residuos anuales, en un lugar que cuenta con un solo vertedero y que carece de red de alcantarillado.

La necesidad del turismo

El turismo es una fuente de ingresos sumamente apreciada en la isla, que carece de industrias, y que excepto la actividad pesquera, el sector primario apenas tiene presencia con una población de vacas y caballos de 4.000 cabezas.

Pero la Isla de Pascua tiene una capacidad para recibir hasta 2.779 turistas al mes, infraestructura que está al límite.

Por ello lo que buscan los pascuences es un punto de equilibrio: las autoridades prevén limitar el número de visitantes, aunque todavía no se precisó en qué cantidad. Más que un turismo masivo, buscan personas de un mayor poder adquisitivo, interesados en la cultura local, y que respeten el patrimonio arqueológico que convirtió a la Isla de Pascua en un sitio de fama mundial.

a.
Ahora en portada