Las iglesias de Polonia que parecen escenarios de ciencia ficción

Durante los años del comunismo en Polonia se construyeron más de 3.000 iglesias. Muchas fueron un campo de pruebas de las ideas arquitectónicas más audaces

En grandes ciudades de Polonia como Varsovia, Breslavia o Cracovia, así como en pueblos minúsculos, se encuentran iglesias que presumen de modernidad, con aires de ruptura con los estilos tradicionales. La gran mayoría fueron construidas durante los años en que el Partido Comunista gobernaba al país, y es una de las mayores aportaciones del país europeo a la arquitectura moderna.

Entre 1945 y 1989 se construyeron más de 3.000 iglesias católicas en Polonia, uno de los países con tradición religiosa más fuerte del continente. ¿Pero cómo fue posible esta explosión de arquitectura sacra en las narices del gobierno comunista?

Una explosión de arquitectura poco conocida

Eso es lo que explora el libro Day-VII Architecture, editado por Dom Publishers, donde a través del análisis de unas 60 construcciones y varias entrevistas con arquitectos polacos se analiza este movimiento poco conocido en el resto de Europa.

Entre 1945 y 1989 se construyeron más de 3.000 iglesias católicas en Polonia

Los diseños, de líneas modernistas, abundantes en ángulos rectos y de estética decontructivista, contrastan con la imagen aburrida y racionalista de los barrios que rodean a los templos.

Templo de la Divina Providencia, en Varsovia. Foto: Igor Snopek

Templo de la Divina Providencia, en Varsovia. Foto: Igor Snopek

A golpe de vista se adivina que en la Polonia de la posguerra y en los años del comunismo había dos tipos de arquitectura: la del Estado y la de la Iglesia.

Entre el Estado y la Iglesia

Lo curioso es que las personas que estaban al frente de los planos eran las mismas. Según describe este libro, una nueva generación de arquitectos escapaba de las rígidas reglas de los burócratas para diseñar interiores y fachadas de templos de estética renovadora.

Iglesia de Nuestra Señora de Polonia, en Turun. Foto: Igor Snopek

Iglesia de Nuestra Señora de Polonia, en Turun. Foto: Igor Snopek

“Este tipo de arquitectura buscó una nueva forma de expresión en el posmodernismo, que se infiltró desde Occidente”, precisa uno de los autores Kuba Snopek.

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Mientras que los barrios se construían a toda prisa y con una calidad bastante deplorable, las iglesias se levantaban a un ritmo más lento, debido a la falta de financiación, las trabas del gobierno y la ausencia de mano de obra disponible.

Y si para los apartamentos y las fábricas se usaba hormigón, en los templos se recurrió al ladrillo, la piedra y en menor medida al acero, como se ve en Nuestra Señora de la Paz, en Breslavia.

Iglesia de Santa Eduviges, en Lublin. Foto: Igor Snopek

Iglesia de Santa Eduviges, en Lublin. Foto: Igor Snopek

Las ingeniosas soluciones ante la falta de medios

Uno de los rasgos llamativos es que la innovación no fue solo estilística, sino que implicó un desafío logístico: el Estado controlaba la provisión de materiales y herramientas, por lo que ante su ausencia hubo que reemplazar maquinarias o directamente inventarlas.

Ante la falta de materiales y equipos los constructores llegaron a montar grúa de madera, tal como en la Edad Media

Así lo recuerda StanisÅ‚aw Niemczyk, diseñador de cinco parroquias, entre ellas la Iglesia del Espíritu Santo en Tychy, quien describe cómo recurrieron a improvisadas mezcladoras de cemento donde las bicicletas hacían girar a los barriles industriales.

Iglesia de los apóstoles Pedro y Pablo, en Siedliska. Foto: Igor Snopek

Iglesia de los apóstoles Pedro y Pablo, en Siedliska. Foto: Igor Snopek

En otras como Nuestra Señora de Polonia, en Åšwidnica, hubo que recurrir a la madera para construir grúas, tal como en la Edad Media.

La ambivalencia del gobierno polaco

El estado comunista tuvo una actitud ambivalente con las iglesias: no las permitía pero tampoco las prohibía. Algunos jerarcas del partido eran muy religiosos, y ocultaron su fe con tal de ascender en la escena política; pero se cuidaron de no perseguir a las comunidades.

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Las huelgas y reivindicaciones del movimiento Solidaridad, de donde surgió el futuro presidente y premio Nobel Lech WaÅ‚Ä™sa, dio un impulso inesperado a principios de los años ’80. El gobierno, con tal de reducir la presión sindical, autorizó la construcción de numerosos templos.

Iglesia de la Virgen Maria en Pionki Foto Igor Snopek

Iglesia de la Virgen Maria, en Pionki. Foto Igor Snopek

Solidaridad consiguió que el sábado sea día no laborable, con lo que un ejército de voluntarios se acercó a los templos en marcha para ofrecer su mano de obra, aunque muchos no tenían ni idea de colocar un ladrillo.

Con la caída del comunismo los proyectos siguieron adelante y pudieron finalizarse, aunque algunos demoraron más de 15 años en concluir.

De hecho estos nuevos templos fueron la carta de presentación de los nuevos estudios de arquitectura que surgieron al amparo de la iniciativa privada y la libre competencia.

Portada del libro Day-VII Architecture. Foto Dom Publishing

Portada del libro Day-VII Architecture. Foto Dom Publishers

 

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