Gozo: la pequeña isla de los grandes descubrimientos

La milenaria historia de Gozo se explora en sus fortalezas, sus pueblos hospitalarios y sus paisajes ondulados que se interrumpen en acantilados marítimos

Gozo, la hermana menor de Malta, se puede recorrer de punta a punta en tres horas. Y hablamos de ir a pie. Esta isla mediterránea atesora un rico patrimonio histórico, una variada gastronomía, bonitos paisajes campestres e impactantes panorámicas desde los acantilados o las torres medievales que salpican su territorio.

El otoño es una época de temperaturas templadas en este país, el más pequeño de la Unión Europea. Si bien no hace el calor suficiente para bucear o bañarse en sus playas (que no son muchas), sí es posible tener un bonito viaje por la historia matizado por tradiciones y un fuerte sentir religioso, en un pueblo que habla una lengua que recuerda al árabe, o un inglés con acento italiano.

Recuerdos del pasado

La historia de invasiones y resistencias en Gozo se percibe en gigantescas fortalezas como la de Victoria, también conocida por su antiguo nombre de Rabat.

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Las inexpugnables murallas de la Ciudadela, en Victoria. Foto: JPCh.

Esta ciudad, como las demás de Gozo, son un laberinto de casas revestidas de piedras claras, con una bonita plaza central llena de cafés y, en una elevación del terreno, emergen los poderosos muros de la Ciudadela, construidos en el siglo XVI por la Corona de Aragón primero y la Orden de Malta después.

La fortaleza de la Ciudadela, en Victoria, permite tener una vista de 360 grados de la isla de Gozo, y descubrir cómo el mar la rodea desde todos los ángulos

Desde las terrazas superiores es posible divisar casi toda la geografía de Gozo en 360 grados: un rosario de pueblos recostados sobre mesetas elevadas o la costa, con el tapiz de los sembradíos en diferentes tonos de verde.

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Las vistas panorámicas desde el balcón natural de la ciudad de In-Nadur. Foto: JPCh.

Fervor religioso

Malta es uno de los países católicos más devotos, con un fervor que supera al de los italianos o polacos. El tamaño de las iglesias, como el inmenso santuario de Ta-Pinu cerca del pueblo de Għarb, así como su galería con ofrendas y exvotos, son un par de muestras.

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Otra huella es la belleza de sus interiores, como los muros de mármol de colores de la iglesia de San Pedro y San Pablo en In-Nadur (un detalle: unos cañones custodian su entrada), o el moderno dibujo del domo de la pequeña parroquia de Santa Lucija, realizada por un artista local.

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El santuario de Ta-Pinu sorprende por su tamaño. Foto: JPCh.

Distinción de la UE

Varias localidades de Gozo fueron galardonadas por la Unión Europea con la distinción EDEN, acrónimo de Destinos Europeos de Excelencia.

Con este premio se busca reconocer a sitios que ofrecen un valor añadido a los visitantes, y es una buena manera de buscar alternativas turísticas que vayan más allá de la tradicional oferta de sol y playa.

Más concretamente, en la isla de Gozo las que se llevaron esta distinción son In-Nadur, Santa Lucija, Għarb y Xagħra.

Bellezas naturales

Los amantes del senderismo tienen varios circuitos para realizar por Gozo. Una de las excursiones con mejor recompensa parte desde Għarb hacia la costa, donde el mar erosionó uno de los acantilados hasta convertirlo en una ventana por donde pasan las olas.

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La ‘ventana’ natural en las rocas de It-Tieqa. Foto: JPCh.

El paraje de It-Tieqa es menos famoso que Tieqa żerqa, la ‘ventana azul’ que colapsó y que pretenden reconstruir en acero; pero no por eso tiene menos belleza.

La ventana natural de It-Tieqa es uno de los rincones naturales más bonitos para descubrir en Gozo

Cabe precisar que este pueblo este fin de semana organiza un colorido festival internacional de cometas, y en su calendario de tradiciones, es famoso por las alfombras de flores, llamadas ‘infioratas’ que montan en sus calles y lo exportan a sitios como Cataluña o México.

El balcón de Gozo

Otras bonitas panorámicas se pueden encontrar en el citado pueblo de In-Nadur, ubicado en una elevación del terreno, donde un jardín lineal que culmina en la torre de comunicaciones Ta’Kenuna, construida por los británicos hace 150 años, se convierte en uno de los mejores balcones de la isla.

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En este pueblo hay un par de sitios que cocinan uno de los productos estrella de su gastronomía: la ftira, una especie de pizza pero elaborada con patatas o cobertura de queso de cabra. Contundente y deliciosa, no se puede abandonar la isla sin probarla.

Gozo 10 okUn cañon protege la entrada de la iglesia de In-Nadur. Foto: JPCh.

Misterios neolíticos

La historia de Malta se remonta a épocas neolíticas, y la huella de aquellos habitantes se ve en los dos templos de Ggantija, en la localidad de Ix-Xagħra.

Un museo arroja algo de luz en cómo, sin más herramientas que rocas, maderas y cuerdas, este pueblo hace 5.600 años levantó bloques de piedra de hasta 20 toneladas para adorar, se supone, a figuras femeninas que representaban la fertilidad y que hoy serían señaladas como obesas.

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Ggantija, una de las impactantes huellas de las civilizaciones neolíticas de Gozo y Malta. Foto: JPCh.

Tradiciones gastronómicas

Los quesos de Gozo, elaborados con leche de cabra, oveja o vaca, pueden ser muy fuertes, pero maridados con mermeladas de higos o tomates su sabor se atenúa.

Es soprendente cómo los primeros habitantes de Malta, hace 5.600 años, levantaron templos con piedras de más de 20 toneladas

Las islas maltesas tiene una larga tradición vitivinícola, que según Joseph Spiteri, de la bodega Ta’Mena, fueron el primer territorio que recibió la cultura del vino desde la Mesopotamia, y de allí se expandió a Fenicia, Grecia, Roma y el resto del mundo antiguo.

Ftira  Traditional Pizza
Ftira, la variedad de la pizza de Gozo elaborada con patatas. Foto: Visit Malta.

Tras probar estos productos tradicionales hemos podido descubrir la hospitalidad de los vecinos de pueblos como Santa Lucija, donde la asociación cultural Ta’Klula cuenta con un pequeño bar en los que sirven espectaculares raviolis de ricota.

Allí los visitantes pueden aprender a hacer queso artesanal, una de las tradiciones que los habitantes de Gozo se empeñan en conservar. Y en mostrar a mundo.

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