La magnética atracción de navegar lentamente por el sur de Francia

Los 240 kilómetros del Canal del Midi, que comunican al Atlántico con el Mediterráneo, son un paseo imperdible para amantes del slow travel

La idea es tan sencilla como atractiva: se trata de navegar a través de un canal de 20 metros de ancho y solo dos de profundidad durante varios días. Si se elige el recorrido completo, se parte desde Toulouse, sobre el Mediterráneo, hasta la albufera de Thau, cerca de Sète, que asoma al Atlántico. O viceversa.

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Los 240 kilómetros de este canal se transitan en un tipo de barca llamada ‘penichettes’ , a una velocidad que no supera los ocho kilómetros por hora. O sea, slow travel con todas las letras

Un techo de árboles

A lo largo del recorrido los plátanos cubren los lados del canal como un techo de hojas y ramas, que para los meses de otoño, se torna en un agradable tono marrón.

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En el trayecto se atraviesan 130 puentes. Foto: Roi Soleil.

En casi todo el trayecto discurre un sendero, que va saltando de orilla en orilla, y que es irresistible para los amantes del turismo ciclista. Justamente, muchas compañías de penichettes ofrecen la posibilidad de ir fatigando kilómetros en bicicleta mientras la barca sigue su trayecto lentamente.

Un largo sueño de Francia

El canal fue una maravilla de la ingeniería del siglo XVII. En realidad, la idea de un paso que comunique el océano con el Mare Nostrum ya venía de la época de los romanos.

El Canal del Midi se construyó en el siglo XVII para agilizar el comercio y transporte de Francia, y evitar el paso por la Península Ibérica

Los franceses estaban cansados de tener que recorrer más de 3.000 kilómetros de mar para que las mercaderías de Marsella puedan llegar hasta Bretaña. Y además, tener que pagar peaje a la corona española por pasar por el Estrecho de Gibraltar.

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Las barcazas cuentan con detalles de lujo. Foto: Roi Soleil.

Recién en 1681 se cumplió el sueño, y fue posible por la pericia técnica del ingeniero Pierre Paul Riquet, que logró que el rey Luis XIV financie este proyecto, y ponga a trabajar a más de 12.000 obreros en el canal.

Obra maestra de la ingeniería hidráulica

Para poder sortear los desniveles del terreno hubo que levantar un sistema de compuertas, que es uno de los puntos fuertes del viaje.

En todo el trayecto se cuentan 63 esclusas, la mitad se abre en forma automática, pero otras necesitan la mano humana de trabajadoes que se turnan, durante los siete días de la semana, para dar paso a las barcas y los veleros.

En todo el trayecto hay 63 esclusas para sortear el desnivel del terreno. La más impactante es el complejo de Fonserannes

La joya de las esclusas es la de Fonserannes, cerca de Béziers, un sistema de ocho compuertas que se suceden para sortear un desnivel de 21,5 metros. Pero otros quedan encantados con la esclusa redonda de Agde, o hay quienes optan por elegir al túnel de Malpas como el tramo más impactante.

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El Canal de Midi a su paso por Narbona. Foto: Turismo de Langedoc-Rosellón.

Pero quizás el punto más fotografiado sea el puente del canal sobre el río Orb, donde las barcas circulan a centímetros de no quedar encalladas bajo la construcción.

Descubriendo pueblos, viñedos y castillos

Además de la belleza del túnel de plátanos, de los más de 130 puentes y de los paisajes de viñedos y sembradíos, los turistas también van descubriendo los secretos de diversas villas históricas, como la famosa Carcasona y sus murallas reconstruidas, la ciudad medieval de Castelnaudary, el pasado romano de Narbona, o las ciudades de Tolouse o Béziers, entre otras.

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Gran parte del trayecto se puede realizar en bicicleta. Foto: Turismo de Langedoc-Rosellón.

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Hay barcas de toda clase, pero entre las más lujosas se encuentran las de Roi Soleil, que pueden transportar a seis pasajeros y una tripulación de capitán, chef, azafata y guía.

Con habitaciones más amplias que otras gabarras, spa y miradores de teka, uno de sus atractivos son las clases de cocina francesa que el chef va preparando antes de cada comida.

En cinco o siete días, se habrá llegado a destino. Atrás habrá quedado este hermoso circuito fluvial y su atractiva combinación de historia, gastronomía, paseos al aire libre y atardeceres.

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El Canal de Midi transcurre por pueblos y villas medievales. Foto: Turismo de Langedoc-Rosellón.

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