Florencia se cansa de los turistas gamberros

Florencia lanza una campaña con fuertes multas para frenar los actos de incivismo de los visitantes

“Los vamos a empapar”. Sin medias tintas, el alcalde de Florencia Dario Nardella propuso una solución para acabar con los turistas que se sientan en las escalinatas de la Basílica de la Santa Cruz para comer un bocadillo o una pizza con un refresco y luego dejan un reguero de basura.

Quizás no llegue a la acción de arrojar agua a los turistas, pero los servicios de limpieza riegan y limpian con más frecuencia los monumentos históricos, para desanimar a los visitantes a que descansen su humanidad en escalinatas y al pie de las estatuas renacentistas. Pero esta no será la única acción en defensa del patrimonio histórico: el ayuntamiento de Florencia está decidida a aplicar multas de hasta 500 euros por comportamientos incívicos en su casco histórico.

Previo a las sanciones ha lanzado una campaña de difusión por medio de pegatinas, tazas, folletos y posteos en redes sociales con el hashtag #EnjoyRespectFirenze para concienciar sobre la importancia de respetar el legado histórico y cultural de la ciudad de los Médici.

El ayuntamiento de Florencia amenaza con multas de hasta 500 euros por dejar basura o comprar recuerdos falsos

“Queremos acabar con la idea de que los turistas que vienen a Italia pueden hacer lo que quieran”, dijo la directora de Turismo, Anna Paola Concia, quién reconoció que la campaña florentina es más agresiva que la de Venecia, que emprendió acciones similares con la iniciativa #EnjoyRespectVenezia, que también busca frenar los perjuicios por la basura, el ruido y las molestias que causan los turistas poco educados, aunque no contempla las multas de su hermana de la Toscana.

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Además de la comida, la campaña de la ciudad de Miguel Ángel pide no sentarse en escalinatas de iglesias y edificios públicos y evitar la compra de recuerdos falsos en la calle.

Florencia recibe más de 12 millones de turistas al año, y su número crece cada temporada. Además su atractiva oferta cultural no conoce de temporadas bajas o altas: todo el año es un atractivo turístico mundial. “La mayoría de nuestros visitantes son respetuosos, pero cada vez hay más turistas que no respetan nuestra herencia cultural”, se quejó Nardella.

Choque con McDonald’s

Ya la alcaldía había chocado con McDonald’s, a quien se le impidió poder vender sus productos en la Piazza del Duomo, el corazón de su casco histórico donde se encuentra la catedral y el baptisterio, como parte de una política en la que se incentiva la venta de productos gastronómicos locales en los bares y restaurantes de la ciudad. La cadena de comida rápida protestó y llevó el caso a los tribunales, donde reclama 17,8 millones de euros en compensación.

Algo similar hizo Venecia, que ha prohibido vender kebabs en sus calles, mientras que en Roma no se permite el despacho de alcohol luego de la medianoche.

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