Figueres tras los pasos de Dalí

Es imposible hablar de Figueres sin hacerlo de Dalí: aquí están su casa natal, la iglesia donde fue bautizado y en la que se celebró su funeral, el lugar donde pintó sus primeras obras o una de sus creaciones más complejas, el Teatro-Museo Dalí

Interior del Museo dedicado a Dalí en Figueres. Foto: Moise Gh-Marian | Pixabay.

Nos situamos en la comarca del Alt Empordà, concretamente en su capital, Figueres. Es imposible hablar de esta población sin hacerlo de su hijo predilecto, el artista Salvador Dalí. Aquí se conserva su casa natal, la iglesia donde fue bautizado y en la que se celebró su funeral, la vivienda donde pintó sus primeras obras o una de sus creaciones más complejas, el Teatro-Museo Dalí. Bienvenidos al universo del genio con el bigote más famoso del mundo.

El 11 de mayo de 1904 nacía en el número 6 de la calle Monturiol de Figueres un bebé, un niño que estaba destinado a convertirse en uno de los artistas más polifacéticos de la historia. Pasó allí parte de su infancia, a pocos números de esta primera dirección, en una casa modernista que compartía con la notaría de su padre.

Cúpula de la Torre Galatea. Foto: PTCBG.

Recuerdos de otra época

Apenas a unos pasos de allí, en el Museo del Juguete de Catalunya, además de viajar en el tiempo con los que fueron compañeros de juegos de niños de otro tiempo, se atesora otro de esos objetos que cuenta una historia, Don Osito Marquina, un peluche que los padres de Dalí trajeron como recuerdo de un viaje a París.

El osito era uno más en la familia, tanto que impresionó al mismísimo Federico García Lorca, que lo conoció en un viaje a Figueres acompañado por Dalí desde la Residencia de Estudiantes de Madrid. En las cartas que se enviaba con Anna Maria, hermana de Salvador, se despedía diciendo de él ‘es mono y remono’.

Los niños crecieron y sus ideales fueron cambiando. Entraba en juego el surrealismo, tanto que muchos afirman que en el desaparecido café Emporium del hotel París de Figueres, Dalí y Buñuel escribieron de una sentada el guión de la película Un perro andaluz.

Museo del Juguete en Cataluña. Foto: Maria Geli Pilar Planaguma | PTCBG.

¡El surrealismo soy yo!

Si existe un lugar donde vivir el mundo onírico de Salvador Dalí plenamente, ese es su Teatro-Museo, de muros rojos adornados con panes de tres picos simulando la Casa de las Conchas de Salamanca y la torre Galatea coronada con huevos.

En el antiguo teatro municipal de Figueres, que Dalí visitaba de niño y que quedó casi en ruinas durante la Guerra Civil, fue donde decidió que quería tener su museo. Pero la elección no fue baladí y hubo tres razones para elegir este espacio. La primera, que él se consideraba un artista eminentemente teatral. La segunda, que estaba frente a la iglesia donde lo bautizaron, y la tercera, porque en una de sus salas fue donde hizo su primera exposición de pintura.

Allí donde antes había butacas ahora se encuentra el patio que recibe al visitante la instalación surrealista más grande del mundo, el Taxi lluvioso, con el Cadillac que Dalí regaló a Gala como pieza central.

El museo de Dalí es el mas visitado de Cataluña. Foto: Sergey Mind | Unsplash.

El resto de salas recogen muchas de las obsesiones y motivos característicos de su obra. Gala, por supuesto, pero también panes, hormigas, relojes… La paranoia crítica como su gran aportación al surrealismo, con grandes obras como Gala desnuda mirando al mar que a 18 metros aparece el presidente Lincoln, como una anticipación a la era del píxel o Poesía de América, la primera vez que se retrató una Coca-Cola en el arte, mucho antes que Andy Warhol.

También la sala dedicada a Mae West, en la que se representa la cara de la actriz como si de un apartamento surrealista se tratase. Pero sin duda, una de las más especiales es la Sala del tesoro, una sala tapizada en terciopelo rojo como si fuese el interior un joyero, donde el artista guardaba sus obras más preciadas.

Esta obra de arte total guarda su legado, pero también su descanso eterno. En un movimiento no exento de polémica, fue allí es donde se le enterró, en el centro de aquel gran decorado que no le era ajeno.

Museo Teatro Dalí. Foto: Macarena Escrivá.

Hotel Durán, el favorito de Dalí en Figueres

Hay más Dalí en Figueres. Siempre que volvía a su ciudad natal, se alojaba en el Hotel Durán. ¡Si sus paredes hablasen!

Cierto que ellas no hablan, pero a los actuales propietarios no les faltan las anécdotas de cuando se paseaba por sus habitaciones. En 1910 el matrimonio formado por Joan Duran y Teresa Camps decidió alquilar esta conocida fonda del centro de Figueres y lo convirtió en un restaurante.

Poco a poco se fueron labrando un nombre y aquello empezó a tomar forma. ¿Lo más importante? Su propuesta gastronómica. «Mi abuelo salió al extranjero y visitó muchos restaurantes franceses en Lyon y Chamonix. Allí aprendió sobre la cocina francesa y la incorporó a la carta del restaurante, por eso sigue habiendo esas pinceladas hoy en día, adaptadas a la gastronomía catalana», explica a Tendenciashoy Ramón Durán, actual propietario.

Cumpleaños de Dalí en el Hotel Duran.

«Tenemos la gran suerte de que mi abuelo fue contemporáneo a Salvador Dalí, tanto que fueron juntos a la escuela. Eso forjó una relación íntima entre el Hotel Durán y Dalí», continúa.

En aquellas épocas en las que Gala y Dalí vivieron en París o Estados Unidos, cada verano, cuando regresaban a Cadaqués a su casa de Port Lligat, pasaban antes por el Durán.

Los favoritos de Dalí

Lo más interesante es cómo cuentan que cuando Dalí no tenía público, era una persona bastante normal. «Cuando estaban construyendo el Teatro-Museo, Dalí se alojaba aquí. Tenía un código con el botones de recepción que le avisaba con un guiño de si cuando bajaba a desayunar, estaba solo o había gente en el hall. Si había personas, salía ya del ascensor con el bastón haciendo aspavientos y montando el show. Por el contrarío, si no tenía público, daba los buenos días y seguía su camino. Sabía perfectamente cuándo, dónde y con quién hacer de Salvador Dalí», recuerda Ramón Durán.

Foto: Hotel Durán.

Fiestas, celebraciones… todos sus compromisos sociales los organizaban aquí y concretamente en el espacio tan especial como es su bodega, conocida como el celler Ca La Teta, haciendo honor al nombre original de la fonda. Y así lo conmemoran en este lugar con fotos en las que Gala y Dalí se codean con políticos, escritores o celebrities como Amanda Lear, los Duques de Cádiz o el escritor Josep Pla, habitual de la casa también.

A la hora de sentarse a la mesa, Dalí comía de forma bastante normal, saludable y de producto cocinado a la brasa, como pescados frescos o las costillas de cordero por las que tenía una especial predilección.

Hoy en el Hotel Durán, los comensales que se sientan a su mesa disfrutan con cocina de temporada y territorio, que va desde unos caracoles de la casa a los canelones o arroz con langosta de Cap de Creus, pasando por medallones de rape de Cadaqués con gambas y almejas, un entrecote flambeado a la pimienta negra o steak tartar.

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