Los festivales de luz del Reino Unido son una tradición que todos los años atrae a propios y extraños por la diversidad de propuestas artísticas, luminosas y sobretodo espectaculares que hacen más llevadero el invierno de Europa occidental.
El país no solo ofrece festivales de luz en edificios y zonas urbanas, sino que también los hay en los pueblos rurales donde abunda la vegetación. Las largas noches de invierno no alcanzan para cubrir toda la oferta lumínica de los británicos.
La temporada arranca con el Lumiere en Durham, a mediados de noviembre. Este festival en el condado de Durham (al norte de Yorkshire) presenta 29 obras de arte en su mayoría interactivas, en espacios como el río Wear, la catedral del pueblo o un campo de flores.
Se espera que el festival, que es gratuito después de las 19.30 horas, convoque a unas 200.000 personas en su quinta edición. El Lumiere luego se trasladará a Londres, en enero, para una exposición de tres días en la capital.
El York Christmas Festival también es otra parada obligatoria en cualquier tour de luces por el Reino Unido. La ciudad de York tiene cuatro puertas medievales que serán iluminadas hasta el 22 de diciembre, al igual que dos de sus puentes más famosos.
El Arboreto de Westonbirt, en Gloucester, ilumina todos sus árboles durante algunas fechas de diciembre y ofrece rutas de 45 minutos para recorrer de noche el iluminado jardín botánico.
El festival Enchanted Christmas, como se le conoce a la actividad, tiene un precio de 14 euros por persona y es un ejemplo de la diversidad con la que los británicos se toman sus luces de invierno.
Otros momentos en los que el invierno es un faro en el Reino Unido son el Longleat’s Christmas Festival of Light, las noches iluminadas del Blenheim Palace de Oxford, el Magical Lantern Festival que se realiza en varias ciudades, y el Festival of Light and Sound del Eden Project.
