Estambul: una ciudad, mil caras

Viajamos a la capital económica y cultural de Turquía, una metrópoli vibrante que empuja con su vitalidad y creatividad a todo un país en dirección oeste

Estambul sigue siendo una ciudad de excesos, con tantas caras como esquinas, tantos olores y sonidos como habitantes tiene. El tiempo dulcifica su rostro oriental pero no oculta su pasado. Viajamos en 2019 para ver hacia dónde se mueve ahora la vieja Bizancio.

Y es que hay ciudades tan cambiantes que debería ser obligatorio revisitarlas cada tanto. Estambul, sin duda, es una de ellas.

El palacio imperial de Topkapi permite el acceso a las que fueran las cocinas más fastuosas del Imperio Otomano, donde hoy se exponen algunas de sus colecciones de cerámicas y otros objetos

[Para leer más: El nuevo aeropuerto de Estambul (por fin) despega]

Si optamos por la capital económica y cultural de Turquía, el primer paso obligado incluye descubrir la ubicación exacta de los andamios con los que los restauradores luchan por conservar su valioso patrimonio. Santa Sofía, la Mezquita Azul o el Palacio de Topkapi nos retan a buscar ángulos imposibles para sacar la foto en la que parezca que no hay obras.

No importa las veces que vayamos a Estambul: hay que pasar por Santa Sofía interior. Foto: José María de Pablo.
No importa las veces que vayamos a Estambul: hay que pasar por Santa Sofía. Foto: José María de Pablo.

Entre palacios y bazares

En Topkapi, el palacio imperial que custodia el acceso al Bósforo y al mar Negro, permanece cerrado el famoso harén, pero por contra se han abierto bien acondicionadas otras dependencias.

El Gran Bazar es otro de los lugares imprescindibles para tomar el pulso a Estambul, un lugar fascinante donde aún es posible encontrar pequeños (o grandes) tesoros

Es el caso de los las cocinas, las más grandes de todo el Imperio Otomano, donde 800 personas preparaban comida a diario para 4.000 personas, además de medicamentos y afrodisíacos para el sultán. El espacio se ha adaptado para exponer parte del tesoro como la colección de porcelanas -la tercera más grande- y otros utensilios relacionados con el arte de comer y beber.

Otro lugar donde se mide el pulso a Estambul son sus bazares. En el Gran Bazar los comerciantes ya no te buscan, solo esperan… algunos hasta rechazan el divertido -u odioso, según los gustos- regateo.

Puesto de sedas en el Gran Bazar. Foto: José María de Pablo.
Puesto de sedas en el Gran Bazar. Foto: José María de Pablo.

Pero aun así, este primitivo y encantador centro comercial con 22 puertas sigue siendo un sitio fascinante por el que callejear sin prisas, sabiéndose a salvo de las inclemencias del tiempo. Y si de paso se encuentra un pequeño tesoro -una pipa tallada, una cajita con miniaturas pintadas a mano, un fular de seda o las sempiternas delicias turcas- pues se compra.

Al otro lado del Gálata

Dejamos a un lado ese Estambul milenario y cruzamos el puente Gálata, donde están algunos de los restaurantes en los que el pescado se sirve tan fresco que es difícil no parar. Galata Nergis Balik es el favorito de los guías más avezados, toda una garantía de calidad frente a la amplia oferta que brinda este puente con privilegiadas vistas al ajetreo de barcos entre Europa y Asia.

La avenida de Istiklal, la más icónica de la ciudad, es imagen de la Estambul más moderna

Al otro lado del puente nos espera otra ciudad bien distinta, orgullosa de ser heredera de la república laica que fundó Kemal Ataturk, el padre de la moderna Turquía que nació en 1923 tras la desintegración del Imperio Otomano.

Istiklal atrae a los más urbanitas de Estambul. Foto: José María de Pablo.
Istiklal atrae a los más urbanitas de Estambul. Foto: José María de Pablo.

Dicen que por esta zona pasan cada fin de semana más de 3 millones de personas atraídas por sus tiendas históricas, las franquicias de moda y las instituciones culturales que tienen su sede en Istiklal, la más icónica avenida de Estambul.

Además, cualquiera de las calles que la rodean están equipadas con bonitos ejemplos de arquitectura ecléctica, además de cafés bohemios, como Galata Sokak Kulübü, uno de los muchos que pueblan la calle Galip Dede, que desciende desde Istiklal hasta la torre genovesa de Gálata.

La zona de Istiklal está llena de cafés con encanto. Foto José María de Pablo.
La zona de Istiklal está llena de cafés con encanto. Foto José María de Pablo.

La meca del arte

Desde hace casi una década Estambul se ha convertido en un hervidero de propuestas artísticas que se pueden admirar en nuevos museos y galerías, la mayoría de ellos ubicados en esta zona, oficialmente conocida como distrito de Beyoglu.

El más importante de todos es Istanbul Modern, una institución comprometida desde hace tres lustros en dar a conocer el patrimonio cultural turco en todas sus áreas. Hoy muestra sus colecciones en una sede temporal mientras se termina otra diseñada por Renzo Piano, que estará a orillas del Bósforo sobre el solar de su primera y original ubicación.

Estambul es hoy un hervidero de artistas y creativos que exhiben sus obras en innumerables museos y galerías, especialmente en el distrito de Beyoglu

Otro espacio para la creación es Salt, una institución cultural que cuenta con dos sedes en la zona, una de ellas es un impresionante edificio otomano situado en plena avenida Istiklal donde se exhibe, crea e investiga alrededor del arte.

Proyecto del nuevo Istanbul Modern. Render Renzo Piano Building Workshop.
Proyecto del nuevo Istanbul Modern. Foto: Renzo Piano Building Workshop.

De crucero por el Bósforo

Una de las mejores experiencias que se pueden vivir en la ciudad es navegar por las casi 20 millas que mide el estrecho del Bósforo. Desde las cubiertas de los barcos que realizan esta travesía se disfruta de las vistas sobre los palacios y castillos de las orillas tan bien como en un crucero de lujo.

Durante el recorrido se atraviesan los dos puentes que cruzan el Bósforo y se pueden admirar los más hermosos ‘yalis’, residencias de verano, hechas en madera y equipadas con un embarcadero, destinadas para disfrutar del relax y el campo durante la era otomana.

En las orillas del Bósforo encontramos los restaurantes más exclusivos, así como los clubs nocturnos de moda en Estambul

Hay unas 620 y las más bonitas se pueden en la orilla asiática. La mayoría ejerce como sedes de instituciones culturales y están abiertas al público sólo durante la celebración de eventos.

A bordo de un yate en el Bósforo, castillo Rumeli. Foto José María de Pablo.
A bordo de un yate en el Bósforo, castillo Rumeli. Foto: José María de Pablo.

La vida social también tiene su protagonismo en estas orillas donde encontramos los restaurantes más exclusivos y algunos de los clubs nocturnos de moda.

Para tomar el brunch hay que ir a los bares cercanos al embarcadero de Bebek como Mangerie Bebek; para cenar o tomar una copa viendo el atardecer sobre el estrecho que separa dos continentes, Chilai es una opción.

En la misma orilla europea del estrecho, camino de vuelta al centro, se puede admirar la belleza del consulado egipcio y el palacio de Dolmabahçe, la versallesca residencia del sultán que dejó sin funciones al viejo palacio de Topkapi.

Terrazas en la zona de Bebek. Foto: José María de Pablo.
Terrazas en la zona de Bebek. Foto: José María de Pablo.

Un poco de shopping

A tiro de piedr a de la plaza Taksim, célebre por ser el punto de encuentro de todas las ‘estambules’ queda el barrio de Nisantasi, una de las áreas más sofisticadas del centro.

Es aquí donde se ubican algunas de las mejores boutiques de moda y diseño, no solo de las grandes marcas internacionales como Chanel, sino también las enseñas turcas más prestigiosas como es el caso de Yargici, donde además de ropa femenina se venden objetos para la casa de diseño exclusivo.

No muy lejos de esta boutique está City’s, uno de los centros comerciales más exclusivos del país, un paraíso para los amantes del shopping.

Yargici, Estambul. Foto José María de Pablo.
Si buscamos diseño local debemos visitar Yargici. Foto: José María de Pablo.

Entre compra y compra podemos disfrutar de los diversos cafés –The House Café– y restaurantes – Develi– que llenan las aceras de este sofisticado lugar.

Dónde dormir

Lo mejor de un día lleno de emociones llega al caer la noche, hora de retirarse al hotel. Barceló Hotels Group ha apostado fuerte por Estambul inaugurando recientemente dos nuevos hoteles, el Barceló Istanbul y el Occidental Pera Istanbul, ambos situados estratégicamente a dos pasos de la plaza Taksim.

Si entre los atractivos del primero destacan su rooftop donde degustar los mejores platos y un wellness center en la planta 11 desde donde admirar unas vistas a la ciudad espectaculares, el segundo cuenta con un restaurante en el que se sirven algunos de los mejores mezzés, las deliciosas tapas turcas.

Mezze en Occidental Istanbul. Foto: José María de Pablo.
Mezze en Occidental Istanbul. Foto: José María de Pablo.

Innovación con alas

Conocer el impresionante aeropuerto nuevo de Estambul, inaugurado al principio de 2019, es otra buena razón para venir a una ciudad que se ha convertido, gracias a Turkish Airlines, en uno de los hubs más importantes de Europa.

Al margen de sus dimensiones y servicios, y dejando al margen los retrasos en la inauguración, el gran hito de esta operación fue la ‘Gran mudanza’ de toda la tecnología y mobiliarios desde el viejo aeropuerto hasta el nuevo, que se realizó en tan solo 24 horas.

Turkish Airlines, aerolínea de bandera que opera la inmensa mayoría de los vuelos que despegan y aterrizan aquí, ofrece gratuitamente a sus pasajeros en tránsito (seis horas al menos entre vuelos) una visita a Estambul, cubriendo también los gastos de desplazamiento al centro. Si ese tiempo no te parece suficiente, la compañía también ofrece realizar un stopover a su costa, una escala más larga que incluya una o dos noches, según la clase en la que se vuele.

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