Esquiar en el Atlas: la aventura blanca más exótica del invierno

Marruecos y Argelia suman atractivos para convertirse en el próximo destino de los amantes del descenso más original. Esquiar en el Atlas es todo un desafío

La cordillera del Atlas se ha convertido en uno de los destinos preferidos de quienes buscan vacaciones de invierno que tengan un poco de cultura, otro de exotismo y un mucho de nieve y esquí. Las estaciones de Marruecos y el tímido resurgir de las argelinas prometen una aventura diferente, con muy poca presencia de turistas y la garantía de no olvidar jamás la experiencia de marcarnos un eslalon en África.

Cuando pensamos en una escapada a la nieve, no solemos mirar al sur. O, al menos, no más allá de Sierra Nevada. Sin embargo, en la orilla de enfrente del Mediterráneo andaluz también se puede esquiar. Nada menos que en el Atlas, cuyas montañas esconden descensos que muy pocos han practicado.

Durante los años 60 y 70, Argelia desarrolló una incipiente industria turística de esquí con la puesta en marcha de tres estaciones, las de Chréa, Tala Guilef y Tikjda

Es difícil encontrar referencias a Argelia cuando hablamos de deportes blancos. Sin embargo, durante los años 60 y 70, el país desarrolló una incipiente industria turística de esquí, que fue reducida a la nada durante la guerra civil que asoló el país en los 80. Tres eran las estaciones que se pusieron en marcha: Chréa, Tala Guilef y Tikjda.

Chrea, Algeria. Foto Sauzeonline.
Estación de Chréa, Argelia. Foto Sauzeonline.

Resurgir del esquí en Argelia

La llegada de tiempos de paz ha permitido un tímido intento de recuperación del esquí, si bien no es desde hace unos años que vuelve a haber una mínima infraestructura, aún lejos de la que hubo. Prueba de ello es la lenta recuperación de Tikjda.

Las pistas de la estación argelina de Tikjda se encuentran en el Parque Nacional de Djurdjura, famoso por sus cuevas y barrancos

A 40 kilómetros de Argel, con una cota mínima de 1.460 metros y una máxima de algo más de 2.000, solo tiene un telesquí y un telesilla en funcionamiento. La temporada allí no es muy larga, prácticamente los días de invierno, pero eso no quita para que cada fin de semana se llene de locales amantes de tirarse por las laderas en trineos o con esquís.

Las pistas se encuentran en el Parque Nacional de Djurdjura, famoso por sus cuevas y barrancos, y pueden albergar a más de 1.000 personas cada fin de semana.

Tdjka Djurdjura. Foto Z. Mekdas.
Tikjd112a Djurdjura. Foto Z. Mekdas.

Tala Guilef, situada a 1.500 metros sobre el nivel del mar, en pleno Atlas y cerca de la localidad de Boghni, permite esquiar rodeados de una extensa zona boscosa de cedros. La temporada de nieve se extiende desde finales de noviembre a principios de abril los años con nieve, llegando a acumular 5 metros en todo el invierno.

En la estación de Chréa no hay instalaciones modernas, telesillas o remontes por lo que todo hay que hacerlo ‘a la antigua’. Solo apto para quienes no se desalientan

No es menos boscosa Chréa, en pleno parque nacional, en el noreste del país (a 50 km de Argel). Además de poder esquiar, cuenta con una gruta visitable, es Reserva de la Biosfera y alberga el pico Koudiat Sidi Abdelakader, con 1.629 metros. No hay instalaciones modernas, ni telesillas, ni remontes… por lo que todo hay que hacerlo ‘a la antigua’. Solo para quienes no se desalientan.

El Gran Atlas

Al otro lado de la frontera sí existe una industria en torno al esquí más moderna, si bien Marruecos también se enfrente al problema de la falta de nieve los años de pocas precipitaciones debido al cambio climático. Lo sufren sus tres estaciones: dos en el Atlas Medio (Michlifen y Jbel Hbri, cerca de Ifrane) y una a 90 minutos en coche de Marrakech, en el Gran Atlas, la de Oukaïmeden, que es la más importante de las tres (de hecho, de toda África).

Marruecos cuenta con una industria en torno al esquí más modern con tres estaciones como bandera: las de Michlifen y Jbel Hbri, en el Atlas Medio, y Oukaïmeden, en el Gran Atlas

Oukaïmeden cuenta con pocos días de temporada, apenas 90 entre enero y marzo, de ahí que sean frecuentes las aglomeraciones durante algunos fines de semana, que se llenan de locales. La base está a 2.600 metros, mientras que la cota más alta supera los 3.250.

Las nieves del Atlas. Foto Turismo Marruecos.
Las nieves del Atlas. Foto Turismo Marruecos.

Coincide con el pico Jebel Attar, culmen de uno de los siete remontes con los que cuenta la estación. Ofrece un total de 18 pistas (3 verdes, 4 azules, 8 rojas y 3 negras) que suman 20 kilómetros esquiables. Las rutas principales se denominan Grand Combe y Pistes des Mouflons, pero ninguna supera los tres kilómetros.

El exotismo está asegurado si te encuentras con comerciantes que forman un zoco improvisado en plena estación, o si hay burros que suben a esquiadores que lo prefieren al remonte. Y no faltan vendedores ambulantes en algunas de las pistas. Un caos que a algunos les chifla. El precio del día ronda los 30 €.

El exotismo está asegurado en plena estación, con comerciantes que forman un zoco improvisado o con los burros que suben a esquiadores que lo prefieren al remonte

Esquí en Marruecos. Foto Turismo Marruecos.
El exotismo está servido en las estaciones del Atlas. Foto Turismo de Marruecos. 

Estaciones de Ifrane

Las estaciones de Ifrane son más pequeñas, con apenas un kilómetro esquiable, de ahí que estén más pensadas para los amantes del relax en la nieve que para los esquiadores. La de Michlifen tiene dos pistas de 500 metros cada una, y un desnivel de 160 m. La de Jbel Habri es aun más corta, pero se esquía entre cedros, lo que permite una imagen bucólica. Perfecta para familias.

Michlifen Resort. Foto Michlifen Resort Spa Golf.
Michlifen Resort Spa Golf.

Poco a poco, empiezan a tener mejores instalaciones. Michlifen cuenta con un hotel cinco estrellas que, fuera de temporada de nieve, también ofrece servicios de golf (desde 170 €/noche, con traslado incluido al aeropuerto de Fez). No faltan otras posibilidades de tres y cuatro estrellas, más modestas.

La pequeña estación de Jbel Habri ofrece bucólicas bajadas esquiando entre cedros y es perfecta para familias

En cambio, en Oukaïmeden apenas hay hoteles en como tal, ya que la gran mayoría prefiere quedarse en Marrakech, por lo que abundan especialmente las casas de turismo rural o quedarse en la propia estación (alrededor de 140 €/noche la habitación doble).

Lago de Ifrane. Turismo de Marruecos.
Lago de Ifrane. Turismo de Marruecos.

El desarrollo de la estación de Oukaïmeden va de la mano de la de Sierra Nevada, en Granada. La española asesora a la marroquí en su proyección, así como en la organización de eventos e infraestructuras. 

A poco más de diez kilómetros de la estación encontramos Imlil, una localidad que quiere especializarse en esquí de montaña con travesías desde la que ver en todo su esplendor el pico Toukbal, de 4.167 metros, de cuya conquista aun no se ha celebrado el primer centenario (lo coronó el francés René de Segonzac en junio de 1923, aunque los lugareños están seguros de que algún vecino lo haría antes, sin ninguna repercusión…).

a.
Ahora en portada