Las huellas que los españoles dejaron en la Ruta 66

Con sus casi 4.000 kilómetros de extensión, desde Chicago hasta el muelle de Santa Mónica en California, la Ruta 66 es la más famosa de EEUU por un motivo: está cargada de historias.

El largo trazado, el primero en ser asfaltado en EEUU, ha inspirado películas, toneladas de libros, y ha sido recorrida en uno y otro sentido por generaciones de aventureros, turistas, trotamundos y escritores en búsqueda de un cambio en su vida, el anhelo de cumplir con un sueño, o con el simple afán de descubrir experiencias.

España y su legado en las tierras norteamericanas

En el cúmulo de historias que se pueden encontrar en esta vía que atraviesa ocho estados también hay varias que tienen que ver con España.

Si uno cree que la tesis tiene poco asidero cabe recordar que gran parte del territorio de EEUU, desde Nevada y Utah hacia el río Grande, era colonia española hasta 1821 y territorio mexicano hasta 1848.

Las 15 historias saltan de la crónica histórica al relato en primera persona por parte de personajes españoles que hicieron su camino en EEUU

Y que los conquistadores y evangelizadores españoles en los siglos XVI y XVII llenaron de misiones y pueblos los territorios de las actuales Florida, California, Texas y Luisiana. ¿Cuál es el origen de la toponimia de San Antonio, Los Ángeles, San Francisco o Las Vegas, por ejemplo?

Otra forma de acercarse a la herencia española

Ya hay muchos tratados académicos sobre la influencia española en la creación de los EEUU, pero el escritor y diputado popular Mario Garcés busca una nueva veta en La huella española en la Ruta 66 (Pinolia).

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No es una guía de viajes para descubrir una misión jesuítica en medio del desierto ni un listado de monumentos en tal o cual pueblo relacionados con la historia española.

Se trata de 15 historias para recordar que España, desde que Juan Ponce de León puso un pie en Florida hasta el inmigrante que ayer llegó a Nueva York, ha sido una de las columnas vertebrales de la historia estadounidense; aunque gran parte de este legado haya sido borrado por los colonos anglosajones en el siglo XIX, considera Garcés.

El libro salta de estilo en estilo, entre recuerdos en primera persona de personajes o descripciones de sucesos históricos.

Obreros, payasos, ingenieros y frailes

Así se conoce los pensamientos de un asturiano que participó en las revuelta de Chicago que condujeron a instaurar el 1 de mayo como el Día del Trabajo (menos en EEUU, vaya paradoja); la vida del arquitecto valenciano Rafael Gustavino que diseñó un arco para el metro de Nueva York; la historia del club Spanish Society de Sant Louis que creó el ‘Chorizo Bowl’ en 1947, un torneo de fútbol entre españoles; la del jacetano Marcelino Orbés Ferrer que se convirtió en el payaso más famoso del mundo o las razones por la que Sevilla está hermanada con Kansas City (donde hay una réplica de la Giralda).

Garcés sigue transitando por la Ruta 66 y encuentra la historia del pastor vasco Wenceslao Moreno en las soledades desérticas de Arizona; llega literariamente a Las Vegas para conocer qué fue de la vida del artista Ramón J. Sender en su exilio; la persistencia del fraile Junípero Serra en evangelizar el Oeste con la fundación de nueve misiones; y la aventura de Enrique Jardiel Poncela en un Hollywood que a principios del siglo XX se convertía en la fábrica de los sueños.

Los viajeros sugieren recorrer la Ruta 66 durante dos semanas. La propuesta de Garcés es cada jornada de esos 15 días esté dedicada a una de las historias que presenta, y que permite conocer las huellas de España en ese inmenso territorio del otro lado del océano, con la famosa carretera como hilo conductor.