España se desmarca del veto a las fotos nocturnas de monumentos

La Société de Explotation de la Tour Eiffel prohíbe la difusión de las instantáneas del símbolo parisino; Bulgaria, Rumanía y Eslovenia no permiten fotografías si se destinan a la venta.

La Sagrada Familia, la Puerta de Alcalá o la Alhambra de Granada son algunos de los monumentos más retratados de España. Los ciudadanos y turistas que recorren las ciudades se llevan de recuerdos selfies, panorámicas e instantáneas de estos iconos nacionales. Fotografías que después se comparten, sin miedo, en redes sociales de todo el mundo. Pero no sucede lo mismo con otros monumentos europeos, por increíble que parezca.

El ejemplo que ha revolucionado las redes sociales ha sido el veto fotográfico a la Tour Eiffel más bonita, la que engalana la capital francesa cuando cae la noche. La Société de Explotation de la Tour Eiffel tiene los derechos de autor y de marca de la imagen nocturna de la mítica torre iluminada. Y no deja que se compartan las fotos sin previo aviso.

España no tapa los objetivos

Se escuda en la ley de propiedad intelectual que abarca a todos los países de la Unión Europa. Aunque cada Estado la hace suya a través de una cláusula opcional. En España, la normativa que lo regula, en su artículo 35.2, dice que «las obras situadas permanentemente en parques, calles, plazas u otras vías públicas pueden ser reproducidas, distribuidas y comunicadas libremente por medio de pinturas, dibujos, fotografías y procedimientos audiovisuales».

Ello sin perjuicio de la normativa especial que pudiera regir, por ejemplo, en el ámbito de sedes o instalaciones para la seguridad y la defensa, que no estaría en absoluto vinculada a cuestiones de propiedad intelectual, como especifican fuentes del Ministerio de Educación y Cultura a este diario.

Edificios en Bruselas

Al igual que la Tour Eiffel, hay otros monumentos en el Viejo Continente que tampoco pueden circular libremente por las redes. Es el caso del edificio del Atonium, en Bruselas. También está acogido a derechos de autor. Sólo se pueden distribuir imágenes si no es para uso comercial, si es para sitios webs privados y con baja resolución.

Pero el testigo emblemático de la Exposición Universal de 1958 no es el único monumento de Bruselas al que se le ha impuesto un veto fotográfico. También se incluyen los edificios del Parlamento europeo, en el corazón de la Unión, y los que están en Estrasburgo.

En otros países como Bulgaria, Rumanía y Eslovenia se pueden hacer cuantas fotografías se quiera siempre y cuando el fin no sea venderlas. Pero como en el caso español, Alemania, Reino Unido o Países Bajos no tapan el objetivo de nadie a ninguna hora.

a.
Ahora en portada