¿Es Santander una nueva Bilbao?

El Centro Botín, como ya hizo el Museo Guggenheim de Bilbao, comenzó a trazar una senda que después se revelaría la gran avenida hacia la vanguardia

Que Santander es una de las capitales más agradables del Norte de España no hay muchos que puedan ponerlo en duda. Pero es que, además, impulsada por la apertura del Centro Botín, en 2017, la ciudad se está posicionando como uno de los destinos más interesantes desde el punto de vista cultural y de eso que algunos llaman la postmodernidad. Tanto, que algunos empiezan a compararla con la vecina Bilbao.

Desde luego se podrían establecer muchas analogías entre ambas urbes norteñas. Así, el Centro Botín, igual que hizo el Museo Guggenheim en Bilbao, ha supuesto una notable transformación de su entorno, el muelle de Albareda, y ha funcionado como un imán para iniciativas artísticas de todo tipo.

Foto FundacioÌn BotiÌn

Foto: FundacioÌn BotiÌn.

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Centro Botín

Obra de Renzo Piano, esta increíble obra de amplios espacios expositivos y enormes ventanales se asoma de una forma atrevida, incluso vertiginosa, al Cantábrico.

Exposiciones temporales aparte, lo cierto es que la colección permanente del Centro Botín resulta más que reseñable. Está alimentada por los fondos de la Fundación Botín, que desde hace más de 40 lleva apoyando el  trabajo de artistas como Miroslaw Balka, Tacita Dean, Carlos Garaicoa, Mona Hatoum, Joan Jonas, Jannis Kounellis, Julie Mehretu, Antoni Muntadas, Juan Uslé, Cristina Iglesias o Martin Creed.

Conviene mencionar también la labor de la Fundación Santander Creativa, participada por instituciones públicas y privadas y cuya razón de ser es el apoyo a la cultura y el arte, con varios espacios para la formación y la creación en la propia ciudad.

Reapertura Centro BotiÌn. Foto BeleÌn de Benito.

El Centro BotiÌn ha sido el primero de los grandes museos en reabrir sus puertas. Foto: BeleÌn de Benito.

Hay mucha más tela que cortar en esta inmersión en la vanguardia de la capital cántabra. De momento, dos proyectos completarán un triángulo que va a despejar las dudas de los más escépticos (que también los hay, por supuesto): la reconversión de la antigua sede del Banco de España en una sucursal del Centro del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía; y la transformación de la sede social del Banco de Santander en un museo y centro cultural, amén de una plaza pública con mirador en la cubierta. Proyecto este último a cargo del arquitecto David Chipperfield y conocido como Proyecto Pereda.

 

Proyecto de remodelación del Paseo Pereda en Santander.

Palacio de la Magdalena

Pero si hablamos de cultura en Santander sería imperdonable mencionar a una institución que lleva muchas décadas aupando a esta ciudad a las más altas cotas del conocimiento: la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, que cada verano trae hasta el Palacio de la Magdalena a lo más granado a nivel planetario del saber y de la creación.

En cualquier caso, la visita a los jardines y estancias de este antiguo palacio, construido y regalado por la ciudad a Alfonso XIII, que pasó aquí buena parte de sus vacaciones (junto con su familia) entre 1913-30, es más que recomendable en cualquier época del año.

Palacio de la Magdalena. Foto Katia de Juan Unsplash

Palacio de la Magdalena. Foto: Katia de Juan | Unsplash.

De la cultura al urbanismo

Como ya hemos comentado, los nuevos vientos culturales que barren Santander también tienen su correlación en un cierto cambio de costumbres sociales. Y esto influye, en parte, en las dotaciones urbanas.

Así, para salvar varias de las cuestas que caracterizan el trazado de la ciudad se han instalado escaleras mecánicas en plena calle. Incluso un funicular, el de Río de la Pila, que permite conectar en menos de un minuto de recorrido ese barrio con el de General Dávila, salvando un desnivel de unos 40 metros.

Como el resto de estas nuevas instalaciones para facilitar la movilidad urbana es gratuito y, además, desde el mirador de La Pila regala una fantástica panorámica a la bahía y parte de Santander.

Santander. Foto Pixabay

Santander. Foto: Pixabay.

Un descanso en clave gastro

De vuelta al centro se pueden reponer fuerzas comprobando la bien ganada fama que tiene esta ciudad en materia de bares y terrazas. Por ejemplo, en el entorno de la Plaza de Cañadío.

Lo normal es optar por la clásica ración de rabas, pero alentados por la proximidad con el País Vasco, lo cierto es que la creatividad (y calidad) en materia de pinchos y tapas está alcanzando cotas realmente admirables. Así que, ¿por qué no experimentar un poco?

También está la opción de recorrer, de ida y vuelta, los bares de las calles Arrabal y del Medio. Y, por supuesto se puede entrar en alguno de los locales del Mercado Municipal del Este, reconvertido hace unos años en centro comercial con varias tiendas-degustación de productos gourmet, incluida una vinoteca.

Mercado del Este. Foto Wikipedia.

Mercado del Este. Foto: Wikipedia.

Sin salir de este lugar, muy interesante resulta la visita al Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria. Más que nada, por no perder de vista el hilo cultural de esta ruta….

Situado en las entrañas del propio mercado desde el año 2013, aquí se muestran parte de los hallazgos de las cuevas de Altamira y El Castillo, conocidas en todo el mundo por la profusión y calidad de sus pinturas rupestres.

Última parada: El Sardinero

Una visita a Santander no puede prescindir del que, desde el punto de vista natural y turístico, es su barrio más conocido: El Sardinero. Una zona señorial y mundana crecida gracias a la atracción de sus dos espectaculares playas, que se convierten en una sola con las bajadas de marea.

A los clásicos reclamos del lugar, en las últimas décadas se han unido otros no menos atractivos. Por ejemplo, el parque Vaguada de las Llamas, con un paisajismo casi futurista en el que todos, desde los más pequeños a los más mayores, pueden encontrar espacios e instalaciones para su disfrute, la relajación o la actividad física.

Palacio de Deportes Foto Turismo de Cantabria

Palacio de Deportes, más conocido como ‘la ballena’. Foto: Turismo de Cantabria.

Aunque para futurismo, en esa misma zona está el Palacio de Deportes, conocido popularmente como ‘la ballena’.

Con una resplandeciente cubierta metálica y diseñado por los arquitectos Julián Franco y José Manuel Palao, se adelantó unos años (2003) a la inauguración del Centro Botín. Y, de alguna forma, como ha ocurrido con esa construcción, o con el Museo Guggenheim de Bilbao, comenzó a trazar una senda que promete convertirse en una gran avenida hacia la vanguardia.

 

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