El templo de la música indie de BCN se mete en un lío por una presunta agresión homófoba

La catedral de la música indie y pop en Barcelona se enfrenta a una crisis de imagen después de que tres clientes, incluída una pareja de chicas, ha denunciado una presunta agresión que habría terminado con insultos homófobos y lesbófobos por parte del equipo de seguridad de Razzmatazz. La sala niega ningún maltrato y acusa a las clientes de "actitud violenta". Las denuncias cruzadas y la filmación de las cámaras de seguridad deberían esclarecer los hechos.

La catedral del pop en Barcelona se enfrenta a una crisis de imagen después de una denuncia en redes sociales de una presunta agresión con insultos homófobos y lesbófobos por parte del personal de seguridad de Razzmatazz. La sala niega cualquier maltrato y alega que echó del club a los tres denunciantes por su «actitud violenta y agresiva».

Los hechos se remontan a la madrugada del sábado 27 de abril, según consta en el acta del teléfono de emergencias 112. Sobre las cuatro de la madrugada, un incidente entre tres clientes y los porteros de la discoteca requirió la presencia de la Guardia Urbana. En su denuncia posterior, las dos chicas, pareja, aseguran que fueron conducidas a un «punto oscuro» sin cámaras y allí apaleadas. «Hubo también algunos insultos lesbófobos. Fue terrible», relata una de ellas a 02B.
 

 
«Hubo insultos lesbófobos y fuimos pisoteadas», dice una de las denunciantes

 
Según Alba Torres, ella y su pareja, tras un empujón fortuito con la seguridad, «se vieron rodeadas de 14 individuos», que les estuvieron «pegando, estrangulando, reteniendo contra el suelo y maltratando». Finalmente, las dos chicas y un acompañante, que habría sido agredido y vejado, fueron escoltados a una salida de emergencia. Allí, siempre según su versión, se habrían reproducido las agresiones, insultos y uso de esposas que tildan de «excesivo».

Posteriormente, los tres fueron trasladados en ambulancia al Hospital del Mar de Barcelona, donde fueron atendidos y requirieron un parte médico. Todos ellos han iniciado acciones legales contra la sala.

Por su parte, la versión del club es diametralmente opuesta. En un comunicado, Razzmatazz ha desmentido la versión de los clientes y lamenta «su actitud agresiva y violenta». Además, su gerente recuerda que la Guardia Urbana examinó las grabaciones de vídeo del local minutos después y exoneró al personal de seguridad, valorando que «hizo correctamente su trabajo».
 

 
La sala recuerda que la Guardia Urbana, personada en el lugar, avaló la actuación del personal de seguridad

 
En el mismo sentido, la discoteca indica que su historial de programación de conciertos es evidencia de que en Razzmatazz «no se han permitido ni permitirán jamás comportamientos homófobos, lesbófobos, tránsfobos, machistas, xenófobos o racistas por parte de su personal»

Con todo, las denunciantes no están satisfechas y exigen «garantías de que no se repita» una situación similar. Admiten que Razzmatazz «no es una sala homófoba» pero exigen que se aclaren los hechos, «no se encubran» y se coloquen cámaras en todo el recinto. El caso ha tenido amplia repercusión en redes sociales dentro y fuera de España, ya que dos de los denunciantes tienen nacionalidad irlandesa.

Razzmatazz, antigua sala Zeleste, es uno de los clubes con más solera de la Ciudad Condal y cuenta con predicamento entre el público local y turista. Abrió a principios de los años 70 y tiene capacidad para unas 4.000 personas.

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